ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Curso De Latin I


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2013  •  7.300 Palabras (30 Páginas)  •  254 Visitas

Página 1 de 30

UNIDAD I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL LATÍN

1. ORGEN DEL LATÍN.

Pertenece a la familia lingüística indoeuropea, es decir, a los idiomas que tuvieron origen común, semejanzas lingüísticas, desde la India, en el oriente de Asia, hasta la Europa occidental; es hermano del sanscrito y del griego.

Desde el segundo milenio antes de Cristo los pueblos que las hablaban se situaban en sus territorios históricos; los primeros pueblos, como los hititas, de la región de la Anatolia (Turquía), o los aqueos, quienes formaron la civilización minoica la isla de Creta y la civilización micénica de la Grecia continental (del peloponeso). Otros pueblos lo hicieron siglos más tarde; como los portadores de la lengua latina que cuya entrada en la península itálica coincidiendo con la invasión de los dorios en Grecia.

Algunas de estas lenguas presentaban afinidades entre ellas, lo que hace suponer que, estos pueblos ocuparon un mismo territorio o estuvieron en territorios vecinos, creando una manera de hablar parecida. De allí que se hayan distinguido varias lenguas entre sí, como las lenguas de la franja central de Italia; el latín, el osco y el umbrío. O las atestiguadas en Asia, como el indoiranio, o las antiguas lenguas germánicas o eslavas.

Para finales del primer milenio antes de Cristo, la mayoría de estas lenguas siguieron evolucionando de manera lenta pero imparablemente, transformándose y fragmentándose, dando paso a diversas lenguas modernas.

2. SU EVOLUCIÓN.

Aparece hacia el año 1000 a.C. en el centro de Italia, al sur del río Tiber, entre los Apeninos y el mar Tirreno, en una región llamada Latium (Lacio) de donde proviene el nombre de la lengua y el de sus primeros habitantes, los latinos. Una pequeña región llamada Roma conseguirá imponer su dominio y con ellos, sus costumbres y su lengua al resto de los pueblos itálicos. Los primeros testimonios escritos datan del siglo VI a. C., como la inscripción de Duenos y otras similares.

El latín tenía una extensión territorial limitada: Roma y algunas partes de Italia, y una población escasa. Era una lengua de campesinos. Destaca los términos de stippulare ('estipular'), derivado de stippa ('paja'), o emolumentum('emolumento'), derivado de emolere ('moler el grano'), en el lenguaje del derecho; hablaban de un sermo rusticus ('habla del campo'),

Comenzó a extenderse a medida que se extendía el poder del Imperio romano; primero en Italia, después en los países ribereños del Mediterráneo occidental (incluida la península ibérica) hasta abarcar finalmente la Europa central, desde las islas británicas hasta Rumana.

Cuando se alcanzó a toda la península itálica, el latín predominó entre los demás dialectos (el osco y el umbrío). Al extenderse el Imperio romano, la administración pública lo llevó a todos sus territorios; no sólo en la forma literaria y oficial (latín culto), sino también en su aspecto usual de conversaciones populares (latín vulgar); este es el que exportaron los soldados, los mercaderes, los funcionarios romanos a la provincias del imperio.

Como fue una lengua que abarcó un muchas regiones, durante varios siglos, su pronunciación no fue uniforme en ellas, en relación a Roma; siempre existió una fractura entre el latín de las clases cultas y el del vulgo; así, frente al "latín culto", hablado por los cultos o literarios, usado en los textos escritos (sobre todo entre el s. I a. C. y el s. II d. C.), siempre existieron otras variantes de "latín vulgar".

A la caída del Imperio Romano de Occidente, los pueblos bárbaros mezclaron sus costumbres y su lengua con la de los pobladores latinos; pero como los primeros no poseían escritura, el latín "clásico" conservó su preeminencia en el plano cultural y administrativo. Con el paso de los siglos, por un lado las distintas variedades regionales del latín "vulgar" fueron convirtiéndose en las actuales lenguas romances (francés, italiano, castellano, portugués, etc.), mientras que el uso del latín "culto o clásico" se fue restringiendo, de modo que en la Alta Edad Media fue escrita y hablada por eclesiásticos, diplomáticos, maestros universitarios.

Actualmente la corriente filológica mayoritaria, con argumentos muy razonables pero no siempre definitivos, pretende haber “restablecido” la correcta pronunciación de la edad dorada de la lengua latina (s. I a.C. - s. II d.C.). Y por otro lado, se halla la pronunciación llamada “eclesiástica", conservada hasta hoy básicamente en prácticas oficiales y jurídicas de la Iglesia católica y que toma algunos de sus rasgos de la pronunciación romana tardía y medieval (s. III - s. XI).

2.1. El latín vulgar y el latín culto o literario.

A). Latín vulgar.

Era la lengua hablada, de manera popular y corriente de los romanos en la edad media; en continua evolución y con diferencias dialectales entre las regiones de la misma Italia; y más aún, entre las diferentes provincias del Imperio (ejemplos; se hablaba de un latín hispano, un latín gallego, un latín galo, un latín africano).

Al descomponerse el Imperio e iniciar el medioevo, la evolución y fragmentación de la lengua se acelera y acentúan hasta que se convirtió en otra lengua, en parte igual y en parte distinta del latín tradicional; y ya en el siglo IX empezó a llamársele LENGUA ROMANA RÚSTICA, de donde procede el nombre de lenguas románicas o romances para denominar a las diversas lenguas nacionales a que dio lugar.

B). Latín culto o literario.

Fue la lengua utilizada por los poetas, prosistas e intelectuales romanos, entre el siglo III a. C. y el siglo II, d. C. A; sus características son: culto, literario, escrito.

Se convirtió en una de las grandes lenguas literarias de la antigüedad (lenguas clásicas). Como tal, permanece prácticamente inalterado y unificado a través de los siglos.

Autores como Cicerón, Virgilio y Tácito, dan fe de ello en distintas etapas de dicha época; después lo hacen personajes como Tomás de Aquino, Dante y Petrarca.

Además de ser lengua de la literatura, en sentido estricto, fue con la que se transmitió el legado cultural romano: derecho, ciencia, lingüística, filosofía, etc. El pueblo casi no lo entendía; y por eso, preferían hablar el latín vulgar o popular.

De la lengua de Roma en los tiempos primitivos se conservan algunos documentos escritos de carácter no literario. Se trata fundamentalmente de documentos oficiales, cantos rituales y litúrgicos; y textos de alabanza de familias nobles. A medida que el poder de Roma

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (51 Kb)
Leer 29 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com