Diagnóstico de un curso

DIAGNOSTICO CONTEXTUAL DEL GRUPO DE ALUMNOS

El establecimiento donde realicé las observaciones es un Colegio Secundario público de la Localidad de Icaño, departamento Avellaneda.  Funciona  por la tarde, de 13.10 a 18.10 hs. Está  integrado por una población estudiantil de 300 alumnos y un cuerpo docente de 50 profesores aproximadamente (incluyendo administrativos y catedráticos).  Comparte edificio con la escuela primaria, ya que no posee uno propio.  Elegí   este colegio por su orientación en Cs. Naturales y  por ser el más cercano de los establecimientos que cuentan  con materias afines a mi formación como técnico agrónomo. Cuando fui a solicitar permiso para realizar las observaciones y prácticas, la rectora fue muy cordial,  accedió a brindarme su autorización y apoyo en lo que necesite.  Me comento que el establecimiento había comenzado con el proyecto  de una Huerta Educativa el año anterior, y que este año continuarían. Llamó entonces al profesor encargado de dicho proyecto para que dialogara con él y vea la posibilidad de realizar mis prácticas  en su espacio.

Me entrevisté  entonces con el profesor Pablo  Ariel  Rea,  profesor de Biología, quien aceptó con agrado que yo realizara las observaciones y residencia en la materia que el dictaba: Ecología de los ambientes urbanos y rurales en 3º año. Es un docente novel, tiene un año de antigüedad, y me manifestó que sería el primer residente que tendría. Me dio los horarios y me dijo que justamente en su espacio iban a iniciar el tema “Agro-ecosistemas”, donde trabajan con el proyecto de la huerta escolar, y que mi aporte como técnico agrónomo sería muy valioso.

El día 12 realicé mi primera observación en 3º año “A”, un curso con 23 alumnos cuyas edades oscilan entre los 14 y 16 años.  El alumnado es muy participativo, solo dos alumnas son algo tímidas y en general son muy buenos alumnos.  Uno de ellos es repitente y regreso luego de haber abandonado el año pasado. Pese a que no es su grupo de pares original, está muy integrado al mismo.  Son muy emprendedores, y durante los días que compartí con ellos, ocuparon horas libres en limpiar y acondicionar su curso. Les gusta trabajar en equipo, son colaboradores y  unidos.  Es un grupo alegre, algo inquieto,  muy respetuosos y amables con sus profesores, valor que todavía encontramos  sorprendente cuando visitamos escuelas de pueblos pequeños, pues comparamos con las escuelas más populosas de nuestra ciudad (Añatuya  en mi caso).

Cuando el  profesor les comentó  que yo realizaría las observaciones y luego las prácticas, trabajando con ellos en la huerta escolar, se mostraron entusiasmados y manifestaron que esperan ansiosos las clases prácticas. Por mi parte me siento animado y espero durante mi residencia adquirir conocimientos y experiencia en cuanto al manejo de un grupo, y poder también colaborar en la formación de estos jóvenes y en el proyecto huerta escolar del establecimiento.

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