EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO
Enviado por joseluciapetro • 24 de Abril de 2014 • Examen • 2.206 Palabras (9 Páginas) • 261 Visitas
EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO
Para abordar con provecho el estudio de la metodología científica es
necesario situarse, previamente, en el contexto en que ésta adquiere su
sentido. La metodología, como veremos más adelante, [V. infra, 2.3.] no
es realmente una ciencia, sino un instrumento dirigido a validar y a hacer
más eficiente la investigación científica. Esta, a su vez, es la actividad que
alimenta un singular tipo de conocimiento, la ciencia. Por tal razón no es
posible estudiar la metodología como disciplina si no se posee una
comprensión mínima sobre ciertos problemas relativos al conocimiento en
general y a la ciencia en particular.
A este objetivo dedicaremos en consecuencia los dos primeros capítulos
de esta obra: revisaremos Baunque muy sucintamenteB algunos
conceptos y nociones básicas del complejo campo filosófico que suele
llamarse epistemología, o teoría del conocimiento, procurando dar una
perspectiva razonada del conjunto de la materia que tratamos. De este
modo esperamos que los problemas metodológicos que se desarrollan más
adelante se comprendan mejor en su auténtico significado y puedan
estudiarse con menor dificultad. [V., para una exposición mucho más
completa, Los Caminos de la Ciencia, Op. Cit., especialmente sus cinco
primeros capítulos.]
1.1 El conocimiento como problema
En nuestra vida cotidiana, en el trabajo, los estudios o la constante
interacción social, adquirimos y utilizamos una inmensa cantidad de
conocimientos, tan variados como el universo mismo: sabemos cual es la
El proceso de la investigación
Carlos Sabino
llave que abre la puerta de nuestra casa y cómo cambia el semblante de
la persona que amamos, aprendemos cuantos electrones orbitan en un
átomo de helio o la fecha en que fue fundada nuestra ciudad. El
conocimiento se nos presenta como algo casi natural, que vamos
obteniendo con mayor o menor esfuerzo a lo largo de nuestra vida, como
algo que normalmente aceptamos sin discusión, especialmente cuando lo
adquirimos en la escuela o a través de medios escritos de comunicación.
Pero en algunas ocasiones, o con respecto a ciertos conocimientos,
percibimos que las cosas no son tan simples, que hay afirmaciones
discutibles o sencillamente falsas. Encontramos que, en una conversación
cualquiera o en una polémica determinada, hay aseveraciones que tienen
diverso valor, que son más o menos confiables que otras y que dicho valor
depende Ben buena medidaB del modo en que se ha llegado hasta ellas.
Esto puede ocurrir, por ejemplo, cuando descubrimos que una persona
relata hechos que no ha tenido ocasión de comprobar o cuando
comprendemos que se han sacado inadvertidamente conclusiones
erradas, ya sea por haberse confundido los términos de un problema o por
basarse en datos incompletos, aproximados o directamente equivocados.
Si reflexionamos sobre estos casos encontraremos que es posible hacerse
una pregunta, una pregunta tal que cambia por completo nuestra actitud
ante los conocimientos que tenemos: )cómo sabemos lo que sabemos?
Bpodemos inquirirB )en qué nos basamos para afirmar o para aceptar una
determinada afirmación? )Cómo sostener que algo es verdad, por
ejemplo, si no hemos podido comprobarlo directa y personalmente, o si
tenemos sólo una información parcial al respecto? Y más todavía, aun
cuando nuestros sentidos parezcan indicarnos claramente una respuesta
)podremos siempre estar seguros de lo que vemos, oímos y sentimos?
Porque el sol parece girar alrededor de nuestro planeta, y sabemos que
eso no es cierto, la materia presenta un exterior inerte, y sin embargo está
cargada de una tremenda energía, las personas afirman que han hecho
esto o aquello, pero pueden estar confundidas o faltar a la verdad.
Al llegar a este punto podemos entonces vislumbrar que existe un
problema alrededor de lo que es el conocer, el saber algo acerca de los
objetos que nos rodean o de nosotros mismos. Y este problema radica en
que la verdad no se muestra directa y llanamente ante nosotros, sino que
debe ser buscada más o menos activamente por medio de un trabajo
indagatorio sobre los objetos que intentamos conocer. Todo conocimiento
supone un cierto esfuerzo para adquirirlo y este esfuerzo puede ser hecho
de una manera más o menos completa o efectiva.
El proceso de la investigación
Carlos Sabino
Surge entonces una primera distinción que es preciso resaltar y tener
siempre en cuenta: no debemos confundir una afirmación respecto a un
hecho o a un objeto, con el proceso mediante el cual se ha obtenido tal
conocimiento, es decir, que nos ha permitido llegar a dicha afirmación. En
otras palabras, aquello que dice un profesor o que dice un libro o un
periódico Bdigamos, por ejemplo, que la economía de cierto país ha
crecido 4% en el añoB es una afirmación que, cierta o falsa, nosotros
podemos recordar y utilizar; es, por tanto, un conocimiento, que recibimos
si se quiere de un modo pasivo, y que incorporarnos y relacionamos con
otros que poseemos de antemano. Pero resulta evidente que alguien, una
o más personas, son los responsables de esa afirmación; alguien, de algún
modo, en algún momento, ha estudiado la economía a la que nos
referimos y ha determinado por algún medio que su crecimiento anual ha
sido del 4% y no del 3% o del 5%. )Cómo lo ha hecho? )de qué recursos se
ha valido para saberlo?: éste es el punto que nos interesa destacar.
Cuando comenzamos a preocuparnos acerca del modo en que se ha
adquirido un conocimiento, o cuando intentamos encontrar un
conocimiento nuevo, se nos presentan cuestiones de variada índole,
muchas de las cuales integran el campo de estudio de la metodología.
Algunos de estos problemas, los más generales, serán apenas esbozados
en las páginas siguientes, por cuanto son el tema de la epistemología y
de la filosofía del conocimiento en general y no podemos desarrollarlos en
profundidad; otros, más específicos, son los que abordaremos a partir del
capítulo 3 de este libro.
1.2. El conocimiento como proceso
El hombre parece haber estado siempre preocupado por entender y
desentrañar el mundo que lo rodea, por penetrar en sus conexiones
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