El Descubrimiento del Universo Inicios de la cosmología

El Descubrimiento del Universo

1. Inicios de la cosmología

En nuestra época hemos aceptado la idea de que la Tierra es solo un punto perdido en la inmensidad del Universo; pero las verdaderas dimensiones cósmicas se descubrieron hace sólo medio siglo. Para muchos la Tierra no se extendía más allá de las regiones en que habitaban, tampoco tenían algún indicio de la edad del mundo y sólo podían afirmar que se formó algunos cientos, quizás miles de años atrás.

La cosmología moderna, estudio de las propiedades físicas del Universo, nació de la revolución científica del siglo XX.

Cosmogonías y cosmologías de la antigüedad

El mito babilónico de la creación se encuentra en el Enuma elis en donde se relata el nacimiento del mundo a partir de un caos primordial en el que el cielo y la Tierra estaban unidos y el dios de los vientos los separó.

Como todos los mitos, la cosmogonía babilonia estaba basada en fenómenos naturales que fueron extrapolados a dimensiones fabulosas, esté mito influyó en la cosmogonía egipcia en donde de igual manera el aire separó el cielo de la Tierra formando así el mundo habitable.

También el mito babilónico se encuentra en el Génesis hebreo, donde el viento separa las aguas para formar el mundo, y la tierra firme surge como sedimento de las aguas primordiales.

En el Veda de los antiguos hindúes se encuentran varias versiones de la creación del mundo. La idea común en ellas es que el Universo nació de un estado primordial indefinible; después de pasar por varias etapas, habrá de morir cuando el tiempo llegue a su fin, entonces se iniciara un nuevo ciclo de creación, evolución y destrucción, y así sucesivamente. Según el Rig Veda, en el principio había él no ser, del que surgió el ser al tomar conciencia de sí mismo: el demiurgo Prajapati, creador del cielo y de la Tierra separó la luz de las tinieblas y creo al primer hombre. En otro mito, el dios Visnu flotaba sobre las aguas primordiales, de su ombligo brotó una flor de loto, del que nació Brahma para forjar el mundo.

Según los mitos hindúes el Universo era una superposición de tres mundos: el cielo, el aire y la Tierra. La Tierra era plana y circular, y en su centro se encontraba el mítico monte Sumeru. El cielo tenía siete niveles y otros siete niveles el infierno, debajo de la Tierra.

Desde la conquista de la India por Alejandro Magno las ideas cosmológicas de los hindúes fueron modificadas sustancialmente.

La concepción del Universo en la China antigua se encuentra en Chou pi suan ching en donde el cielo y la Tierra son planos. El Sol se mueve circularmente en el plano del cielo, cuando se acerca a China es de día y cuando se aleja es de noche. Posteriormente se modificó el modelo según la nueva versión de Kai t’ien en donde ahora el cielo y la Tierra son semiesferas concéntricas, sin embargo era demasiado complicado para cálculos prácticos y cayó en desuso. Al mismo tiempo siguió la teoría del hun t’ien según la cual el cielo es como un huevo de gallina, el cielo es grande y la Tierra pequeña.

Posteriormente, las teorías cosmogónicas en China girarán alrededor de la idea de que el Universo estaba formado por dos sustancias: el yang y el yin, asociados al movimiento y al reposo, respectivamente. El yang y el Yin se encontraban mezclados antes de que se formara el mundo, pero fueron separados por la rotación del Universo. El yang formó el cielo y el yin la Tierra; los elementos intermedios, como los seres vivos y los planetas; guardaron proporciones variables de ambas.

Los mayas habían realizado observaciones astronómicas de una precisión que apenas se ha podido igualar, realizaban complicados cálculos astronómicos, su calendario era más preciso y habían medido la precisión del eje de rotación terrestre con un error de 54 días en 25 720 años. Las concepciones cosmológicas de los mayas eran bastante primitivas. Creían que la Tierra era rectangular y que el Sol giraba alrededor de ella.

Los mayas tenían cuidado de construir sus templos según la orientación de los lados de la Tierra, creían en la existencia de siete cielos, planos y superpuestos, y de otros tantos niveles subterráneos donde residían dioses y demonios, el mundo había sido creado por Hun ab ku a partir de aguas primordiales.

Cosmología y cosmogonía de Grecia a la Edad Media

Algunos pensadores griegos deben los primeros intentos, aún muy limitados, de concebir al mundo como el resultado de procesos naturales y no como algo de los dioses. Los filósofos jónicos concebían a la Tierra como un disco plano que flotaba en el centro de la esfera celeste. Posteriormente se habían dado cuenta de que  la Tierra es redonda, el primero en afirmarlo fue Pitágoras porque según él la esfera es el cuerpo geométrico más perfecto, los astros, el cielo y las estrellas giraban alrededor de la Tierra.

Filolao propuso que el día y la noche eran producidos por la rotación de la Tierra alrededor de un centro cósmico. Ecfanto y Heráclides propusieron que la Tierra gira alrededor de su eje en un día y no las estrellas, aunque aún creían que el recorrido anual del Sol por la eclíptica se debía a que giraba alrededor de la Tierra en un año.

El sistema heliocéntrico lo propuso Aristarco de Samos y posteriormente fue Copérnico.

No todos los filósofos griegos aceptaban que la Tierra pudiera poseer algún movimiento propio. Platón describe que el mundo lo creó Demiurgo a partir de cuatro elementos y puso en él a los seres vivos, el Universo debía ser esférico y los astros moviéndose circularmente. Aristóteles declaró que la Tierra es esférica e inmóvil en el centro del Universo girando alrededor de él el cielo y todos sus astros, los cuerpos terrestres estaban formados por cuatro elementos y éstos poseían movimientos naturales propios, mientras que los cuerpos celestes estaban formado por otra sustancia con movimiento circular, el Sol y la Luna eran esferas que giraban alrededor de la Tierra y las estrellas estaban fijas. Adoptó el sistema contemporáneo Eudoxio que explicaba el movimiento de los planetas, también propuso que más allá de la esfera lunar el Universo dejaba de regirse por las leyes de la naturaleza mundana.

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