El Insomnio
Enviado por jhonniel • 21 de Noviembre de 2012 • 1.341 Palabras (6 Páginas) • 1.161 Visitas
Este artículo trata sobre el trastorno de sueño. Para otros usos de este término, véase Insomnio (desambiguación).
Insomnio
Clasificación y recursos externos
CIE-10 F51.0, G47.0
CIE-9 307.4, 780.5
CIAP-2 P06
MedlinePlus 000805
PubMed Buscar en Medline mediante PubMed (en inglés)
Sinónimos
falta de sueño
Aviso médico
El insomnio es uno de los trastornos del sueño más comunes.
Aunque el insomnio únicamente suele concebirse como la dificultad para iniciar el sueño, lo cierto es que la dificultad para dormir puede tomar varias formas:
dificultad para conciliar el sueño al acostarse (insomnio inicial, el más común de los tres)
despertarse frecuente durante la noche (insomnio intermedio)
despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal)
Esto impide la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno, pudiendo ocasionar somnolencia diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante el día.
Varios son los determinantes de este trastorno de sueño. Factores como el estrés, la elevada activación del organismo o la depresión son relevantes. En la actualidad, es frecuente la prescripción de fármacos para el tratamiento a corto plazo del insomnio. Sin embargo, el tratamiento farmacológico no constituye una solución adecuada a mediano y largo plazo, y es preferible evaluar en estos casos el uso de otras técnicas, como la terapia conductual o cognitivo-conductual. Un asunto de primer orden en el abordaje de este trastorno de sueño (el insomnio es en realidad un síntoma, y no una enfermedad) consiste en instruir al paciente acerca de los principios de la llamada profilaxis o higiene del sueño.
Índice [ocultar]
1 Prevención
2 Tipos de insomnio
3 Causas del insomnio
4 Consecuencias
5 En las artes
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
[editar]Prevención
Algunas de las pautas profilácticas más conocidas son las siguientes, sobre todo para quienes tienen predisposición a las dificultades para conciliar el sueño:
La cafeína es un estimulante del sistema nervioso y se debe interrumpir su consumo 4-6 horas antes de acostarse (dentro de ese lapso sigue habiendo, en la sangre, trazas de esta sustancia que, al menos en algunas personas aparentemente más susceptibles, siguen provocando insomnio, ansiedad, intranquilidad, nerviosismo). Además, aunque no provoca adicción (dependencia física en el organismo), sí puede provocar una dependencia psicológica.
La nicotina también es un estimulante del sistema nervioso (y no, como suele creer quien fuma consuetudinariamente, un tranquilizante) y debe evitarse cerca de la hora de acostarse y en los despertares nocturnos. Además, provoca adicción (dependencia física y psicológica).
El alcohol es un depresor del sistema nervioso; si bien puede facilitar el inicio del sueño, provoca despertares a lo largo de la noche. Además, provoca adicción (dependencia física).
Una comida ligera puede inducir al sueño, pero una comida copiosa en un momento demasiado cercano al sueño puede hacer que éste sea menos profundo, si bien es cierto que no es recomendable irse con hambre a la cama. En otras palabras, hay que tener una comida ligera.
No hacer ejercicio vigoroso en las 3-4 horas previas a la hora de acostarse, pues el sistema nervioso se activaría y la sensación de somnolencia se perdería; el ejercicio regular por las tardes puede hacer que el sueño sea más profundo; sin embargo, el ejercicio matinal tiene poco o ningún efecto sobre el sueño de esa noche.
Minimizar el ruido, la luz y las temperaturas extremas (no más de 24 °C ni menos de 12 °C) durante el periodo de sueño, utilizando tapones para los oídos, ruidos tenues de fondo como un ventilador, persianas en las ventanas, mantas eléctricas o aire acondicionado.
Tratar de acostarse y despertarse más o menos a la misma hora todos los días. Se ha demostrado que cambios constantes en los horarios de sueño aumentan la probabilidad de que en algunas personas se generen dificultades graves y crónicas para dormir.
Hacer lo posible por no estar al pendiente de la hora, del paso del tiempo. Cambiar, si es posible, el tipo de reloj (no utilizar, por ejemplo, despertadores cuyas manecillas brillen en la oscuridad o produzcan sonidos a cada segundo, como el típico tic-tac, o incluso voltear el reloj de tal modo que no resulte visible desde la cama).
Evitar en la medida de lo posible la proliferación de insectos tales como chinches o mosquitos. No sólo perturban el sueño con sus picaduras y zumbidos, sino también pueden poner en riesgo
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