El Origen de La Vida.
Enviado por seraor123 • 25 de Abril de 2017 • Apuntes • 2.648 Palabras (11 Páginas) • 271 Visitas
https://www.youtube.com/watch?v=B-m1gx0s0Ro
4. El Origen de La Vida
De lo más simple a lo más complejo, De menor a mayor organización.
La vida evolucionó de la no vida.
Alimentándose en las aguas
primigenias de energía e erupciones
volcánicas y descargas eléctricas.
Erupciones volcánicas venenosas y
siniestros relámpagos.
Las células comenzaron a comer luz, extrayendo azúcar del Sol.
Cántico Cósmico... Ernesto Cardenal
Por sus repercusiones filosóficas, éticas y científicas, el problema intelectual más importante
en la historia del pensamiento tal vez sea el descifrar el origen, significado y naturaleza de la
vida. ¿Es ésta una consecuencia necesaria de las propiedades de la materia? ¿Es un
fenómeno tan improbable que se requería la infinitud del cosmos para que pudiera ocurrir una
sola vez, un suceso muy afortunado? O, antes bien, ¿es un fenómeno común y, por lo tanto,
algo que ha ocurrido y ocurrirá muchísimas veces y en distintas regiones del universo? O,
como creía el gran físico y fisiólogo Hermann Helmholtz, la materia viviente es eterna, esto es,
siempre ha existido en el cosmos, y lo que los humanos encontramos en la tierra es sólo uno de
sus innumerables ciclos de éxito. ¿Será la vida sólo química organizada de cierta manera? O,
¿habrá algún elan vital que acompañe en forma invisible todo lo que consideramos vivo?
Estas son solamente una parte de una lista de preguntas que el hombre ha venido haciéndose
desde que adquirió conciencia y elaboró la cultura, sin que hasta el momento se hayan ofrecido
respuestas claras y definitivas. El verdadero proceso que dio origen al primer organismo vivo,
por el lamentable hecho de no dejar rastros fósiles_eso se cree en la actualidad_, quizá
nunca lo conoceremos. Pero la ciencia tiene el poder de hacer predicciones hacia delante y
hacia atrás. Y puede crear teorías que siguen la realidad con relativa fidelidad. Por tanto, existe
la esperanza de que algún día será posible reconstruir el proceso que le dio origen a la vida, o
plantear uno semejante, si son permitidas otras alternativas
¿Qué es la vida?
Cuando en una entrevista le preguntaron a Jorge Luis Borges por el significado del amor,
contestó: “Es algo tan esencial que yo no podría definirlo sin diluirlo en palabras”. Algo parecido
ocurre con el fenómeno de la vida— cualquier intento en esta dirección termina diluyendo el
significado. No obstante, pueden enunciarse dos propiedades básicas de los seres vivos: la
capacidad de producir copias esencialmente iguales a ellos mismos, esto es, la capacidad de
perpetuarse, o de prolongarse a lo largo del tiempo, y la de tomar elementos del medio,
metabolizarlos y asimilarlos; o equivalentemente, transformar materia inerte en materia viva.
Carl Sagan expresa esto último de una manera trivial e ingeniosa: “Las espinacas con crema de
ayer son los glóbulos rojo de hoy”. Y otro científico anotaba: “Que curioso, todo lo que come
Srta. Luci se convierte en Srta. Luci”. A las propiedades anteriores pueden añadirse otras
menos básicas, pero, de todos modos, características de lo vivo: la capacidad de crecer desde
dentro—los cristales se reproducen y crecen, pero desde fuera— la virtud de autorepararse; la
aspiración a extenderse, “a prender en todo lo circundante como un incendio forestal”—dice
2
Konrad Lorentz—, cuando las condiciones ambientales lo consienten; y la capacidad de
irritación, esto es, la de responder a estímulos exteriores.1
Un hecho biológico por demás curioso es que todos los seres vivos parecen derivarse de un
diseño inicial básico y único: utilización de proteínas como catalizadores; membranas construidas
a partir de lípidos y proteínas; vías metabólicas semejantes; código genético único; cinco
nucleótidos, un fosfato y dos azucares para formar ADN y ARN; la misma tecnología en los
ribosomas para la síntesis de proteínas; y solo aminoácidos levógiros, cuando los dextrógiros,
imágenes especulares de los anteriores, son tan buenos como los primeros. Graham Cairns-
Smith (1990) escribe: “Una de las características más singulares de la unidad bioquímica es la
universalidad de este convenio”.2
Y Carl Sagan escribe “...pero en el fondo de todo, en el núcleo molecular de la vida, los
árboles y nosotros somos esencialmente idénticos. Ellos y nosotros utilizamos los ácidos
nucleicos para la herencia; utilizamos las proteínas como enzimas para controlar la química de
nuestras células. Y lo más significativo es que ambos utilizamos precisamente el mismo libro de
código para traducir la información de proteína, como hacen prácticamente todos los demás
seres de este planeta”.3
Todo esto puede explicarse en forma sencilla si lo vivo, todo lo vivo, procede de un
antepasado común, y si algunas particularidades básicas de ese adán causal, características
que pudieron aparecer por necesidades circunstanciales, o por simples caprichos del momento,
se han conservado intactas en todos los descendientes. Y nada obliga a que los hechos tengan
que ocurrir siempre de esta manera. Podrían existir seres vivos en otras regiones del espacio
elaborados sólo a partir de aminoácidos dextrógiros. O seres mixtos: levógiros y dextrógiros.
Por lo menos en teoría nada le prohíbe.
Para los científicos, el hecho de que toda la biosfera está construida a partir de los mismos
veinte aminoácidos, y edificada sobre un código genético semejante en todas las especies, es
un indicio serio de que la vida que conocemos se originó una sola vez en la historia de la tierra.
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