El análisis de la eficiencia de la economía

Introducción.

La economía en su conjunto consiste en muchos mercados, vinculados de dos maneras:

-Por el lado del consumo, la demanda de cada bien se ve afectada por los precios de los otros bienes.

-Por el lado de la producción, los productores de diferentes bienes compiten por los mismos factores de producción.

Para analizar la economía en conjunto, se tiene que pensar en muchos mercados, tanto de bienes como de factores. Una economía de mercado competitiva es aquella economía en la que todos estos mercados son perfectamente competitivos, con precios de equilibrio fijados por la oferta y la demanda. En cada mercado tanto las curvas de oferta como de demanda con toda probabilidad se verán afectadas por lo que ocurra en otros mercados.

Cuando todos los mercados han alcanzado el equilibrio, es decir, cuando la demanda de cada bien y factor es igual para los precios del mercado vigentes, dicha economía se encuentra en un equilibrio general. En otras palabras, a nivel de la economía, el equilibrio general es el equivalente del equilibrio normal en un mercado individual.

Cuando se analiza la eficiencia en un mercado individual, se usan los conceptos de excedente del consumidor y del productor, que miden los costos y beneficios en términos monetarios; considerando que se hable del mercado como un único bien, porque se considera que los precios de otros bienes, y por lo tanto el valor en unidades monetarias, son constantes. No obstante, cuando se analiza el conjunto de la economía, medir costos y beneficios en términos monetarios deja de tener sentido, ya que no hay ningún precio que sea constante de antemano.

Desarrollo.

Indica las condiciones que deben cumplirse para que los recursos se asignen de manera eficiente.

Una economía está constituida por diferentes mercados, tal es el caso del mercado de bienes y servicios y del mercado de factores de producción (mano de obra y capital, por ejemplo), los cuales a su vez se conforman por diversos agentes que interactúan entre sí. Dentro de estos agentes se encuentran los consumidores y productores de bienes y servicios, así como las empresas que demandan mano de obra y los individuos que la ofrecen a cambio de un salario. Cada uno de ellos busca obtener el máximo beneficio de sus transacciones y cuando se alcanza este objetivo, de tal manera que cada agente esté satisfecho con el uso que le dio a sus recursos, se dice que dicha asignación es eficiente. Para que se dé esta situación, el sistema de precios juega un papel determinante.

Los precios emiten señales con respecto a la oferta y la demanda de los factores de producción, así como de los bienes y servicios, por lo que facilitan que los mercados dirijan sus recursos hasta donde pueden ser utilizados de manera más productiva.

Sin embargo, cuando existe incertidumbre con respecto a la inflación, dicho mecanismo deja de funcionar, imponiendo costos de los diferentes mercados. Por una parte, la inestabilidad de los precios representa mayores riesgos para los agentes, ocasionando que éstos se enfoquen en el corto plazo; por ejemplo, si los precios en un país están aumentando de manera continua, la población preferirá gastar de inmediato el dinero que posee, ya que si los precios siguen subiendo en el futuro, los individuos podrán comprar menos bienes y servicios con la misma cantidad de dinero. Lo anterior tiene consecuencias negativas sobre el ahorro y la inversión, variables que son fundamentales para el crecimiento de una economía.

Así mismo, existen problemas adicionales derivados de la incertidumbre con respecto a la inflación. Un caso podría darse en el mercado laboral, pues si los aumentos salariales se pactan con base en la inflación esperada, y ésta

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