El despliegue de la vida La complejidad de la vida

La complejidad de la vida

En el capítulo “el despliegue de la vida” el autor nos da una visión detallada de lo que fue, y sigue siendo, la formación  de la vida sobre nuestro planeta tal y como la conocemos actualmente; reconociendo procesos moleculares y celulares que dan paso a grandes trasformaciones morfológicas y comportamentales en cada una de las especies.

Es de mucho valor que no solo se presentan las teorías tradicionales desde LaMark, Darwin y Mendel, entre otros,  las cuales brindaron un gran entendimiento respecto a la forma como los organismos fueron desarrollando sus características para su posterior transmisión de generación en generación , sino que también lo  trabajado desde la biología molecular y el análisis de las bacterias; ampliando el espectro de estudio y la visión frente a cómo la vida se abrió paso a través de un sin número de condiciones difíciles en términos atmosféricos y de condiciones químicas.

Sin embargo, es de mi interés hacer mención en tres aspectos que me generaron un gran interés al momento de hacer la lectura, no solo por su valor a la hora de comprender el  enramado proceso del desarrollo y la conservación de la vida, que genera tanto interés en nosotros y que ha abarcado un sin número de trabajos teóricos-experimentales en las comunidades científicas, sino porque han generado una serie de variaciones y reflexiones respecto a lo que siempre he  comprendido de este tema, incluso en  mi quehacer docente de biología y química.

1. La coevolución.

A través del estudio de las transformaciones de las condiciones atmosféricas, de suelos y aguas que ha sufrido la tierra a lo largo de su historia como medio para el inicio de la vida, puede uno ver que el contexto donde estos procesos se dieron eran hostiles y fuertes, en términos químicos  para la fragilidad de la vida; Incluso podría pensarse que el medio no le facilitaría a los primeros pequeños microrganismo bacterianos y a los organismos más complejos a los que dieron estos lugar,  prosperar, y que era entonces su deber, si querían hacerlo, adaptarse a esas condiciones.

Entonces, si las especies querían sobrevivir, debían modificarse lo suficiente para que estas condiciones no fueran un impedimento en su desarrollo y lograran abrirse paso a través de la evolución.

En el texto, se propone la idea de la coevolución, es decir, que las especies no se adaptan al medio, sino que él cambia junto con ellas, e incluso la posibilidad de que las mismas especies generen los cambios en el medio, concibiendo una reflexión respecto a que la evolución es más un proceso sinérgico entre las especies y su medio y no un asunto de lucha entre ellos.

1. Cooperación, y no competencia.

La evolución de las especies no implicaba entonces solo un asunto de entendimiento y relación con su medio, sino que además de manera simultánea coexistían otros organismos en ese mismo proceso de modificarse y adaptarse. Siempre, desde mi experiencia académica había entendido los procesos evolutivos y de adaptación como una experiencia cruel en donde las especies “débiles” no tenía oportunidades frente a otras de mayor capacidad adaptativa.

La premisa  “la sobrevivencia de más apto” me ha llevado a pensar que las especies hemos tenido que sobrevivir a la competencia de unas con las otras y solo aquellas que hemos tenido la capacidad de estar “por encima” de las demás, hemos sido las que hemos logrado sortear las dificultades de la evolución.  Esta idea ha sido tan arraigada, que incluso algunos la han  traslado a otros contextos como el social.

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