El entorno politico de la opinion pública
Enviado por JHOON • 20 de Mayo de 2012 • Trabajo • 3.246 Palabras (13 Páginas) • 761 Visitas
EL ENTORNO POLITICO DE LA OPINION PÚBLICA
I. EL SISTEMA POLITICO, EL SISTEMA DE PARTIDOS Y ELL SISTEMA ELECTORAL COMO CONDICIONANTES DE LA OPINION PÚBLICA
Durante más de un siglo y medio la opinión pública encontró su mejor elaboración teórica y justificación practica junto a las ciencias jurídico- político, el desarrollo del régimen de opinión, la actividad de los partidos políticos y la puesta en práctica de los distintos sistemas de representatividad. Es la visión institucionalista de la opinión pública que domino desde sus orígenes hasta el periodo de entreguerras y que fue interpretada, principalmente como un concepto jurídico y político. Herman héller, por ejemplo en 1947, todavía seguía entendiendo como verdadera manifestación de la opinión publica la manifestación de la voluntad pública, y E Fraenkel (1957), y G. Leibhloz (1958), según J. Habermas, serán buenos exponentes de esta visión institucionalista. Fraenkel, por ejemplo equipara opinión con el sector dominante en el parlamento y para Leibholz, al hacer coincidir la voluntad de los partidos con la voluntad activa de los ciudadanos, el partido en cada caso más votado será el que mejor represente la opinión pública. Por eso no es extraño encontrar entre los numerosos escritores que hablan de opinión pública durante el siglo XIX que esta se articula principalmente a través de la prensa, los grupos de presión, los partidos políticos y el sufragio. Los acontecimientos que se suceden en torno a las dos guerras mundiales, el peso de los medios de comunicación en la sociedad, las nuevas técnicas de persuasión y de medición y las aportaciones de la sicología social, la sociología y las ciencias de la comunicación traerán una visión mas amplia, distinta y convergente que complementara, aunque no anulara la interpretación que fue mayoritaria durante el siglo XXIX.
1) De las distintas clasificaciones que la teoría política ha dado sobre regímenes sistemas políticos, nos interesa destacar aquí aquella que sitúa a todos en la dimensión democrático-autoritaria. Todos, los regímenes que se han dado a lo largo de la historia pueden posicionarse en una u otra parte del continuo, reconociendo sin embargo, que hasta principios del siglo XIX, los sistemas dominantes han sido los de signo autoritario y en numerosos ocasiones, los sistemas autoritarios duros(dictaduras y tiranías). Esto explica que el concepto y la realidad de la opinión pública no haya aparecido en la historia hasta que no se dieran las condiciones mínimas para la expresión y la contestación pública. Históricamente esto sucedió en el siglo XVIII, y formalmente a partir del siglo XIX.
Ya hemos hablado de un apartado anterior del régimen de opinión como aquel régimen n que surge y se desarrolla al amparo de la democracia formal. La democracia, como sistema político reconoce y protege numerosos derechos y libertades y cuando hablamos de opinión pública, subrayamos como importante la idea de soberanía, los derechos de opinión pública y expresión públicas, la participación en la elección de los gobernantes y el control de las acciones de gobierno y el reconocimiento implícito y real del importante poder papel que juegan la opinión pública en el equilibrio de poderes.los doctrinarios del siglo pasado la incluyeron entre pesos y contrapesos que deben llevar el equilibrio político, Maquiavelo dejo escrito en EL PRINCIPE que loa gobernantes deben gozar del favor popular para mantenerse en el poder y los usos que los gobiernos han hecho de las encuestas de opinión que confirman que la opinión pública ocupa un espacio importante en la esfera pública y en concreto en la esfera del poder.
La opinión publica nos remite a esa parte de los ciudadanos informados, conscientes y activos que quieren intervenir en la cosa pública y ha sido tan importante a lo largo de dos siglos la atención que le han prestado los gobiernos democráticos que esta atención se ha extendido, por lo menos en sus formas, hasta los estados totalitarios. La opinión pública se ha hecho un hueco en todos los países del mundo, pero más y mejor en los países democráticos. Por eso decimos que el lugar natural de la opinión pública se encuentra en la democracia. Este es el sistema que, en teoría o por aproximación hace posible el respeto al individuo y al pueblo, la conciencia individual y a la conciencia pública, posibilita la educación para todos y la libertad de información, el pluralismo político y la circulación de ideas, la libertad de opinión y condiciones que sitúan al hombre y al sociedad por encima del estado o de cualquier otra forma de superestructura.
Sin embargo, habría que hacer alguna distinción entre la democracia como ideal y la democracia real o formal. Las declaraciones de derechos, tanto francesa como la norteamericana y más tarde la declaración universal de los derechos humanos, son declaraciones de intenciones que más tarde las constituciones democráticas recogerán en forma de ley. Aun admitiendo su carácter obligatorio- que lo que dice la ley ha de cumplirse – la historia de las democracias nos recuerdan las conquistan y los numerosos avances en derechos y libertades, pero también nos habla del hecho democrático, de enquistamiento de la cultura política, del cinismo político, de los guiños que hacen frecuentemente los gobernantes añorando formas autoritarias, de los intentos de control , censura y manipulación del ciudadano en general y de aquellas instancias criticas relacionadas con el ejercicio de las libertades públicas y un sinfín de detalles que siguen confirmando la gran distancia existente entre la sociedad civil y la política, entre los ciudadanos y el poder. Como ejemplo, recordemos una de las ultimas teorías de la opinión pública- la teoría de la tematizacion de N. Luhman- que vacia este concepto de contenido, racionalidad y actividad para convertirlo en un rotulo o referente que entretiene a la gente, contribuyendo de esta manera al mantenimiento del orden y el control de una sociedad que se muestra compleja y con cierta inclinación al caos. El régimen de opinión ya no se fundamenta en los ciudadanos o públicos informados, críticos e influyentes en la esfera de poder- aquella clase media que expresaba sus puntos de vista a través de la prensa, los partidos políticos y las elecciones- sino en el seguimiento que hacen los ciudadanos de la estructura temática de la comunicación ofrecida por las estructuras de poder y la comunicación.
Abundando un poco mas en esta idea, W. P. Davison, en 1968, se hacía eco de los estudios que intentan destacar la influencia y la eficacia de la opinión pública sobre el gobierno, pero dejaba también entrever la otra cara de la moneda, los esfuerzos que han hecho
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