EL ENTORNO POLITICO DE LA ORGANIZACIÓN Y EL CURRICULO PARA LA FORMACION GERENCIAL EN ECONOMIAS CON DEFICIT INSTITUCIONAL CASO COLOMBIA
Enviado por racabaza • 17 de Julio de 2012 • 9.581 Palabras (39 Páginas) • 1.039 Visitas
EL ENTORNO POLITICO DE LA ORGANIZACIÓN Y EL CURRICULO PARA LA
FORMACION GERENCIAL EN ECONOMIAS CON DEFICIT INSTITUCIONAL
CASO COLOMBIA
Rafael Carvajal Baeza
Profesor Universidad del Valle
Candidato a Doctor en Gobierno y Administración Pública
Grupo de Investigación Nuevo Pensamiento Administrativo
RESUMEN
A partir de distintas teorizaciones sobre la nueva economía de la organización (economía
neoinstitucional, teoría de agencia, y teoría de derechos de propiedad), el artículo ofrece argumentos
dirigidos a demostrar que en el escenario latinoamericano, caso Colombia, los problemas de
crecimiento y desarrollo tienen su mas honda raíz en la carencia o débil desarrollo de la estructura
sociopolítica que según Max Weber, caracteriza al mundo moderno con su dinámica productiva: la
autonomía (relativa) del Estado, en el marco de la autonomización de las esferas de valor. A partir de
aquí se argumenta la necesidad que hay en las facultades de administración de enriquecer la
formación gerencial con los aportes que viene haciendo la nueva economía de la organización para
comprender y enfrentar los problemas de la modernidad sui generis de Latinoamérica, es decir, el
subdesarrollo. Se argumenta así la conveniencia de discutir en términos de economía política, y no
solo de política económica la formación de la nueva gerencia latinoamericana y el nuevo papel de las
facultades de administración en el gran debate público.
INTRODUCCIÓN
Una breve observación de los diarios de prensa es suficiente para constatar lo mucho que
espera el empresariado y la sociedad de la política económica convencional, para resolver
los problemas de crecimiento económico y desarrollo social en América Latina (A.L.) Al
respecto llama la atención el hecho de que se tenga tanta expectativa cuando es obvio que
los resultados dejan mucho que desear. También sorprende que muchos de los economistas
responsables de tan crítica situación no parecen dispuestos a dudar del recetario
convencional, recurrirán siempre a la cláusula “ceteris paribus” para sostener la validez de
sus fórmulas dentro de un conjunto de condiciones que suelen estar por fuera de su control.
Aun así, lo normal sigue siendo la insistencia exclusiva en la política económica.
Frente a esta situación, aquí se sostendrá la necesidad de dedicar más atención a la
economía política del crecimiento y el desarrollo; se aportaran argumentos para demostrar
que los fenómenos que le caracterizan son demasiado importantes para permanecer ocultos
tras el “boom” diario de la política económica. En este sentido se defiende aquí la propuesta
de enriquecer el debate económico con la mayor divulgación que se debe hacer de las
1discusiones que se vienen adelantando al interior de la economía política. Como se
comprenderá, las facultades de administración, y en especial los postgrados, tienen aquí una
gran responsabilidad puesto que se trata de una discusión que se ha venido desarrollando en
el seno de tan relevante disciplina de conocimiento.
Por supuesto, los soportes sociopolíticos y culturales del crecimiento y el desarrollo en A. L.
han sido discutidos desde tiempo atrás. Así, durante los 80's se debatió la historia y el futuro
de A.L. a partir de su inserción dentro de la cultura moderna. El balance podría resumirse del
modo siguiente: las promesas de la modernidad cultural materializadas hoy día en el
progreso económico y social del primer mundo, se han frustrado en A.L. a causa de la débil y
hasta indecisa apropiación del ideario moderno por parte de nuestras sociedades, incluidas
las elites, tan ancladas como lo están algunas en tradiciones premodernas.
Este balance puede estar en lo acertado, pero todo parece indicar que en este debate no se
tomaron en consideración algunos de los aspectos que según Max Weber son esenciales
para entender la modernidad como una particular estructura sociopolítica y cultural para el
crecimiento y el desarrollo (véase Weber 1977, Tomo I, Cáp. V.). Se trata de la
“autonomización de las esferas de valor”, como característica de la sociedad moderna que
nos ayuda a comprender la configuración del orden sociopolítico sobre el cual se
implementan con gran expectativa las políticas para el crecimiento y el desarrollo sostenibles.
Como veremos, estamos ante un fenómeno que hace parte de la economía política del gran
capitalismo moderno. Es decir, parte esencial de ese “ceteris paribus” que los economistas
convencionales han excluido del debate público.
De acuerdo con todo lo anterior, se comparte aquí la idea de que el debate sobre la
modernidad tiene aún mucho que decir sobre los problemas de A.L.. Pero no podemos
desconocer que desde los 80's hasta la fecha se han producido y desarrollado por cuenta de
la sociología y la economía interesantes teorizaciones sobre el crecimiento y el bienestar.
Aquí nos ocuparemos de las aportaciones que se vienen haciendo desde la economía, y más
específicamente desde esa “nueva economía de la organización” que estrecha cada vez más
sus vínculos con la “economía neoinstitucional” hasta configurarse como una nueva
economía política del gran capitalismo.
2Hay buenas razones para tomarla en consideración. Se trata de avances que se están
realizando desde la economía para explicar la eficiencia y el comportamiento de las
organizaciones. Por tanto, de algo que es o debe ser del mayor interés en las facultades de
administración. Pero además, los hallazgos que vienen haciendo parecen confirmar la
importancia que Weber concedió a la “autonomización de las esferas de valor” como
estructura anatómica, por así decirlo, de la moderna sociedad capitalista. Para los propósitos
de este artículo esto es relevante en la medida que aporta elementos de juicio para
cuestionar más seriamente que como se hizo en los 80`s -o en el mejor de los casos de
modo más puntual-, el grado de apropiación latinoamericana de la modernidad, y en especial
de la “autonomización de las esferas de valor”. Esto sugiere que no somos tan modernos
como lo creemos y que carecemos de instituciones básicas cuya existencia damos por
descontadas cuando confiamos en la política económica convencional.
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