“El escenario” de la acción didáctica

 “El escenario” de la acción didáctica.

El mural decora, delimita y define. Lo que sucede en el escenario  sucede es posible explicarlo en función de variables que se articulan o contraponen creando una atmosfera a veces facilitadora, a veces asfixiante.

Lo que sigue son sobre todo ideas  para que esa comprensión del contexto en el que in profesor desarrolla su actuación resulte, simplemente, lo más certera posible: contingente, ágil, razonable, susceptible de ser explicada, y por tanto también autoevaluada de manera flexible y crítica, capaz de tomar decisiones razonables., que puedan explicarse y justificarse. Pensar y repensar la práctica docente. Para ayudar a construir o reconstruir, pensándola.

 Se trata de desarrollar una actitud positiva hacia el conocimiento didáctico como una herramienta útil para mejorar la realidad que se habita y para orientar la propia acción.

Es necesario saber cuál es la estructura de condiciones que determina su práctica como profesor que nos servirá para explicar por qué sucede o puede acontecer una cosa sino también indagar que posibilidades reales no se restan para una intervención alternativa.

En el Escenario nos encontramos  con el proceso de Enseñanza y Aprendizaje. La enseñanza y el aprendizaje se relacionan. La una no se entiende sin lo otro, ambos tienen buena parte de su razón de ser y hasta de sus posibilidades mismos de existir e su correspondiente. Si se enseña es para que se produzca el aprendizaje. El aprendizaje no se produce en ausencia  de estímulos, siempre arranca una acción, de una experiencia o de un contexto que enseña.

Enseñar se puede hacer de muchas maneras: no obstante, en el “decorado” hemos querido elevar la E a la exponente i, para destacar que hablamos de una determinada manera de enseñar que se corresponde con la innovación educativa. El aprendizaje con exponente c de constructivismo manera de aprender.

Entre la Enseñanza y el Aprendizaje hemos puesto un guion con una I, de interacción y con una M de mediación. La I hace destacar el hecho de que la enseñanza es un proceso  de relación interpersonal, de comunicación, de encuentro, de posibilidades y limitaciones o dificultades “sabe moverse en las distancias corta.

M subrayamos lo anterior al destacar que la interacción es un proceso de mediación cognitiva, en el que los pensamientos respectivos de los que intervienen son los que atribuyen sentido a la acción.

Los monigotes. El grandote es el profesor. Está solo.  Se lo representa casi siempre solo, pretende sumergirse que su actividad es muy individual, la mayoría del profesorado se siente o se sabe así, aislado en su aula, sin más recurso que los propio, por su propio empeño, celoso de su intimidad.

Los alumnos se les suele representar como un grupo, ellos también son individuos.

Estos  monigotes nos recuerdan que la enseñanza y los aprendizajes cosa que hacen los individuos, personas, seres con rostro, con biografía, que nos miran y a los que vemos, que nos interpelan y pueden conmovernos o inquietarnos. Esas personas, al fin, podemos ser nosotros: de hecho, lo somos.

Todos ellos, reunidos por una acción, se encuentran en un lugar: es esa casita del mural y a la que llamaos Escuela. Un espacio donde se pasa un largo tiempo (mucho tiempo, por cierto)  haciendo algo. Y ese algo tiene que ver con el curriculum, representando en el decorado por el tejado (la “cubierta”) de esa casita. El curriculum, tanto en su diseño como en su desarrollo después, es lo que da “cobertura” al proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que confiere sentido a que cierta gente se reúna allí buscando al fin lo que éste les proporciona: un cobijo contra la incultura, una oportunidad para aprender.

Escuela y curriculum sirven realmente para lo que dicen servir, son algunas de las cuestiones que se cuestionan desde la didáctica. Cualquier profesor debe saber plantearse. La escuela no se encuentra aislada sino ubicada en un contexto. Son esas dos líneas que lo rodean todo, incluyendo una a la otra. Se encuentran en el Sistema Educativo, el Sistema Social y Político propio de un país y un estado.

Con ambas se trata de escenificar que cualquier cosa que ocurra en la escuela no es independiente a ambos sistemas. Los dos se configuran como una compleja tela de araña de múltiples intereses e influencias a menudo enfrentadas entre sí.

El Sistema: como algo que nos envolvía que nos manipulaba, que nos oprimía. Bueno, pues un poco eso es lo que sucede con esas dos líneas que lo envuelven todo en el decorado.

El escenario donde todo profesor ejerce su labor. Es un escenario complejo: por las múltiples variables que intervienen sin duda, por sobre todo por su carácter netamente simbólico, de creación cultural, de significados personales.

Hay quienes ese decorado les sobrecogen. Quienes  bien desisten y huyen, quienes se plantean su paso por el mismo con estricto sentido de supervivencia, evitándose problemas incluso quienes desde la angustia les que les produce se olvidan de todo y actúan de un modo puramente mecánico casi autista y por consiguiente nada ajustado a la realidad. Hay quienes reconociendo la dificultad de la tarea se preparan debidamente y la afrontan con seriedad pero con optimismo. Que uno reacciones de una manera o de otra se corresponde con el hecho de que cada uno es cada cual, pero teniendo en cuenta que anticipar y prepararse es siempre una garantía.

El aula como oportunidad ¿aprovechada o perdida?

 El aula es el meollo de la cuestión docente porque se trata del tiempo y el espacio en el que, en nuestras instituciones educativas, más habitualmente se concretan el proceso de aprendizaje y el proceso de enseñanza.

Entendemos el aula como un espacio con dimensiones afectivas, sociales, epistemológicas y pedagógicas. Atravesado por múltiples factores que se articulan de maneras muy diferentes, provocando situaciones diversas, lo que impide utilizar recetas. Por ello decimos que la vida en el aula siempre supone un escenario complejo que tiene como una de sus características la multidireccionalidad. Además cada situación es siempre singular por más regularidades que podamos encontrar en relación con otras. Se caracteriza también por la inmediatez, es decir pasan cosas una detrás de otra sin tiempo a tomar decisiones más pensadas; por la simultaneidad, es decir que podemos planificar y es necesario que lo hagamos, pero van a suceder muchos acontecimientos inesperados.

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