El maestro y vygotsky

PREGUNTA PROBLEMATIZADORA:

 ¿Cómo puede el maestro potencializar  el desarrollo cognitivo de los niños, a la luz de la teoría de  Vigotsky?

La pregunta parte de un supuesto: el maestro conoce a fondo la teoría de Vygotsky aplicada a la enseñanza. Si es así, el maestro ha de saber que la teoría apunta, en general y tiene por finalidad, el desarrollo humano.  ¿En qué consistirá el “desarrollo humano” en los términos de la teoría? O mejor: ¿Cuál es el propósito y los valores morales, éticos, estéticos y de pensamiento a que habría lugar si se pretende un proceso formativo e integrador, donde lo humano se privilegie en lo que corresponde a la libertad y la autonomía del individuo? La respuesta a estas preguntas da luces sobre cómo disponer de la teoría de Vygotsky en un proyecto educativo.

En lo correspondiente a la teoría, Vygotsky se plantea el problema o el paralelismo del desarrollo humano en lo que concierne a la biológico (natural) y lo propiamente humano, que sería la cultura. ¿Cómo integrar estas dos dimensiones, o que elementos o aspectos del desarrollo contribuyen a fundirlos y a crear una unidad donde la naturaleza humana y la cultura confluyan de un modo dinámico y efectivo? La respuesta de Vygotsky está en la capacidad transformadora y creativa del individuo. Sobre todo en lo que corresponde con la creación de instrumentos. La mayor fortaleza y la razón de la capacidad adaptativa y evolutiva de lo humano se encuentra entonces en la manera como el hombre relaciona pensamiento y materia. Diríase que hay en él un conocimiento aplicado y recursos, mentales y disposicionales, que le permiten intervenir la realidad y enfocarla en su propio beneficio. Pero por mucho que sea la capacidad creadora de instrumentos, si el hombre no cuenta con el instrumento fundamental y decisivo como es su facultad o capacidad de crear signos es muy poco lo que puede lograr.

Desde los primeros sonidos guturales –ruidos, gritos y cantos-, el silabeo y el uso de monosílabos, los signos o marcas en el piso, los árboles, en los objetos, hasta la gramática y la sintaxis de una lengua, o el poder de un idioma, el hombre se ha válido de signos. En el signo encuentra Vygotsky la esencia o el soporte de lo que ha de significar el desarrollo y la fusión de naturaleza y cultura.

Quiere decir esto que a su vez, el lenguaje y la capacidad creadora de signos, son elementos de “mediación instrumental”, y esto porque es a través de ellos que se traduce cualquier posibilidad de educación y de orientación a la acción. “Un río tormentoso puede ser bueno para la pesca, pero ofrece demasiados riesgos al pescador”. En esta afirmación se condensa un juego de signos y de palabras significantes, que cualquiera que esté familiarizado con un contexto determinado sabrá sin temor a engaños que lo que se afirma es cierto. El conocimiento de las palabras, su sonoridad, entonación y formas de su expresión serán suficiente para informar, discernir, dialogar, contraponer, evidenciar, afirmar, etc., sin que necesariamente alguien tenga que conocer un río tormentoso y saber de pesca. En esto consiste el poder del signo. Representa y reemplaza realidades, y es él, en últimas, el que adquiere importancia.

En el ejemplo del río tormentoso hay dos elementos que vale la pena destacar. Primero: el agua de río, su caudal, las especies que lo habitan, lo turbio o lo claro, lo profundo y ancho, forman parte de un recurso natural, al igual que los materiales de los que está hecha la vara de pesca y la canoa en la que se desplaza el pescador, que supone también leyes físicas de flotabilidad y resistencia del agua para sostenerse en la superficie. Recursos naturales que por extensión han de verse como herramientas para un propósito. Segundo. Comprende el conocimiento y la experiencia del hombre en cuanto a un estado de cosas. Lo corrientoso del agua, que en su arrastre trae peces en buen numero propicios para la pesca, que habría que hacerlo desde una orilla y a resguardo porque de lo contrario es muy peligroso, y mucho menos para atreverse a pescar en la canoa. No porque la canoa no flote, sino porqué en el empuje del agua se puede voltear y ahogar al pescador. Como se ve, son enunciados inobservables pero con un poco de razonamiento son suficientes para evitar situaciones extremas. Una cosa importante es que en los signos también hay conocimiento de las leyes de la naturaleza. “No metas en la corriente porque el agua te arrastra y te ahogas”.

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