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“El mundo andino en Valparaíso: Cosmovisión, empatía e identidad”


Enviado por   •  25 de Agosto de 2018  •  Ensayo  •  4.358 Palabras (18 Páginas)  •  248 Visitas

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“El mundo andino en Valparaíso:

Cosmovisión, empatía e identidad”

Patricia López Pereira

En el transcurso de la historia, el ser humano ha establecido múltiples formas de organizarse y relacionarse. El arte, en este sentido, entendido como la expresión humana que muestra sus sentires subjetivos generando empatía, actúa como un elemento cohesionador, desde el cual podemos evidenciar un discurso de fondo que se enmarca en los diversos contextos sociales en el tiempo. La música, la danza, la pintura, escultura, el cine, el diseño, la fotografía, literatura, se han vuelto herramientas capaces de unir a las personas a través de sentimientos, modos de vida y de comprender el mundo. De esta manera, al escuchar el sonido que emana de una cultura, podemos conocer e incluso, empatizar, con la forma en que aquel pueblo construye su memoria, se vive y reconoce; el arte es parte del proceso de formación identitaria: individual y colectiva.

A raíz de lo mismo, cabe preguntarse qué movimientos son los que están generando esa identidad en nuestra propia localidad, a modo de comprender un momento histórico en el cual es evidente que ha habido un creciente rechazo al modo en que se está construyendo el proyecto país de parte del Estado de Chile. Respecto a esto evidenciamos que, hoy en día, en la ciudad de Valparaíso y en la zona central, en general, se ha propagado de forma cada vez más rápida el arte tanto musical como corporal que presenta el folclore andino, entendido (desde nuestra perspectiva) como las manifestaciones artísticas y culturales transmitidas oralmente (o en la práctica) a través de generaciones por los pueblos habitantes de Los Andes en la zona sur de Bolivia, Perú y el norte de Chile y Argentina. Instancias como carnavales, tambos, peñas y fiestas se han llenado del sonido de quenas, zampoñas, y bombos, estableciendo un pequeño mundo en que jóvenes de diversos estratos y sectores se unen por una razón ¿Cuál es ésta razón? ¿Por qué la estética andina resulta tan atractiva para los jóvenes de la zona central, si estamos tan lejos del origen de aquellas culturas como la quechua y aymara (entre otras)? ¿A qué se debe la multiplicación de agrupaciones que practican danzas y ritmos propios de la zona andina?

Resulta difícil y comprometedor abarcar este tema. Primero, porque a nivel histórico es complejo analizar un proceso de corta duración, o que se esté dando contemporáneamente, sobre todo cuando a nivel personal, se está inmerso en el lugar del cual se está relatando[1]; hacer la distancia “objetiva” que algunos historiadores exigen al momento de investigar cualquier temática. Segundo, porque para entenderlo, debemos relacionar la cosmovisión de una cultura lejana, con la propia, la de una juventud que en este momento y de forma creciente, rechaza el modelo económico impuesto en nuestro país. Esto implica definir en parte un grupo de personas que quizás no tiene algún objetivo común, pero que, por alguna razón, se ha visto envuelto en la formación de códigos y manifestaciones comunes. Por último, nos resulta complejo definir en un ensayo si las manifestaciones andinas son arte o folclore; recalcamos esto pues hace muy poco tuvimos una conversación con una mujer aymara residente en la zona de Quilpué que manifestaba su rechazo a que se tilde de folclore el arte de su pueblo. En este sentido no quisiéramos contrariar su postura, sino más bien explicar porqué hemos decidido hablar de folclore como una palabra que no es descalificativa. Como se mencionó anteriormente, el folclore es para nosotros un fenómeno dinámico que se centra en el acto de transmitir: posee un rol socializador que no siempre está presente en el arte, el cual puede quedar para el propio individuo. Además bien sabemos, el arte en sí es muy complejo de definir y pudiéramos decir sin problemas que para todos el arte es algo diferente, por lo que no es el tema en el que quisiéramos centrarnos en este acercamiento a la cuestión; nuestro objetivo es entender la propagación de la cultura andina en Valparaíso, a través de la danza y la música.  

Por lo mismo, se pide la comprensión del lector en este intento de acercarnos, quizás por primera vez, a un fenómeno cultural que probablemente nos muestre nuevas raíces en la siguiente década; se busca generar una primera relación, una fuente, con la que la gente logre acercarse a un mundo que día a día conecta a más personas alrededor de la cultura de Los Andes. Claramente, el objetivo es dejar abierta una nueva área de investigación, y dejar testimonio de que, en un sistema que forma individuos, hay quienes en la práctica fortalecen los colectivos. Nuestra propuesta consiste entonces, en definir a grandes rasgos la cosmovisión andina, puesto que a partir de aquello, se hace mucho más fácil comprender la orgánica que poseen las organizaciones que practican estas danzas; el folclore es un lenguaje que crea mundos y que está formándolos lejos de su lugar de origen. Los movimientos y grupos sociales que han decidido practicar este arte, en la zona central de Chile, especialmente Valparaíso, constituyen una fuerza creciente que no podemos ignorar, y que quiere decirnos algo.

Cosmovisión Andina: propuesta social y folclore

Para poder comprender un sonido es necesario saber a qué lógica responde su mensaje, su estética. Quien siente gusto por un tipo de música, se compromete en parte a su discurso; todos tenemos una banda sonora que habla de cómo somos, pensamos y sentimos. De esta misma manera, los colectivos y movimientos políticos también se caracterizan por generar una identidad musical propia. En palabras de Jaime Hormigos y Antonio Cabello:

“La música es un medio para percibir el mundo, un instrumento de conocimiento que incita a descifrar una forma sonora del saber. Una aproximación al estudio de la música debe intentar comprender la producción y reproducción de ésta en relación con el proceso de desarrollo social, para ello debemos prestar especial interés al espíritu de la época.”[2] 

A raíz de lo mismo, es que interesa conocer el contexto en que ha proliferado el folclore de origen boliviano que se representa a través de distintas danzas, entre las cuales encontramos como más comunes y que han llegado hasta la zona de Valparaíso: la Morenada, el Caporal, la Toba y el Tinku. En el área musical misma también existen grupos de Lakitas, Tarqueadas y bandas instrumentales de bronces[3]. Así, aquella tradición lejana que se expresa a modo más popular en el carnaval de Oruro, hoy puede ser vista, en menor escala, en los carnavales organizados en la comuna de Valparaíso. Un ejemplo de aquello es que en el año 2014, el Carnaval de Mil Tambores pasó a darle una posición especial dentro del recorrido a los grupos de corte andino, mostrando así que ya se consideran una categoría dentro de las manifestaciones artísticas de la zona.

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