El papel de la antropología en la medicina: Las ciencias sociales en el ramo de la salud pública
Enviado por Alfredo Quezada • 1 de Septiembre de 2018 • Informe • 2.103 Palabras (9 Páginas) • 459 Visitas
El papel de la antropología en la medicina: Las ciencias sociales en el ramo de la salud pública
En la actualidad el papel que juega la antropología social en el ámbito de la salud está muy distanciado de lo que se consideraría ideal, muchas veces, como menciona el autor, se tiene una idea ortodoxa en la que se exponía que las ciencias sociales no deben ni pueden estar entrelazadas con las ciencias naturales o físicas, porque durante mucho tiempo en el campo de las ciencias aquellos que estudiaban ciencias “duras” menospreciaban la labor de aquellos que se interesaban por las ciencias “blandas” ya que consideraban que carecían de rigor científico o que sus resultados eran muy limitados (Antón, 2003, págs. 151-154). No fue hasta la llegada de autores como Jean Piaget que se reconstruyó la estructura que hasta su tiempo era considerado como ciencia, en su libro Tratado de lógica y conocimiento científico en el cual expone que la actividad científica no debía considerarse superior a los diferentes tipos de conocimiento, y que ya no sólo podría ejercer juzgando o normando las actividades sino que asumiría en qué condiciones se realizan y qué estructura teórica presentaría, anudado a ello que se generaría un terreno fértil para que tanto los conocimientos como su lógica se puedan fusionar y dar lugar a nuevos rubros, esto se nos presenta con la inclusión de las ciencias sociales a las ciencias naturales y viceversa. (Piaget, 1979)
La antropología disciplina encargada de analizar a la humanidad en todos los lugares y en todas las épocas en su más amplio aspecto, esto incluye la perspectiva sociológica, biológica, histórica, psicológica, sociológica y humanística del ser humano. Por ello su aplicación en el campo de la salud es muy importante, una de las principales funciones que tiene es ayudar al médico a tener una mejor comunicación con el paciente, facilitando de este modo el diagnóstico ya que el paciente dará una mejor respuesta a las cuestiones del doctor y además el médico presentará mayor interés al paciente para poder así conocer todas las variables que están afectando al paciente. En este punto la antropología social ha buscado convertirse en una asignatura multidisciplinaria para poder mejorar las relaciones en esta dicotomía, por ello ha tenido un desarrollo multifocal.
Una de sus subdisciplinas es la antropología médica, Núñez nos describe que pretende unificar a la medicina con la antropología, esto comprende un desarrollo del personal de salud que ayude a conocer la variabilidad cultural y el desarrollo de un servicio con calidad y empatía, esto ayudaría a que en el sector salud, tanto médicos, enfermeras, personal administrativo entre otros colaboradores puedan desarrollar un nexo con el paciente que brinde esa confianza que las personas buscan para poder conseguir un bienestar. (2016, págs. 87-91)
Como los autores mencionan debe existir una concepción compartida entre las prácticas en la salud y su desarrollo, esto quiere decir que en el momento de la atención se debe desarrollar un sistema de comunicación adecuando entre el paciente y el médico, quien debe de asumir un rol en el que deje de ver al paciente como un número o un expediente en el día y permita crear una conexión armónica en la cual el paciente vea al médico con otra actitud, lo cual permite un mejor desarrollo en la prevención de enfermedades.
Esto se puede analizar de la siguiente forma, un paciente presenta una ligera fiebre, pero si el médico no presenta una actitud empática y positiva posiblemente el paciente no mencione al doctor que antes del dolor estomacal había consumido algunos alimentos en mal estado, esto nos da lugar a que el médico al desconocer los factores que posiblemente produjeron dicha patología, sea tratada de forma inadecuada y no exista una respuesta positiva al tratamiento, esto es lo que la antropología médica intenta evitar, que el médico no se dé el tiempo de tratar adecuadamente a su paciente y por ello no pueda desarrollar confianza en el mismo por lo que existirá una omisión de datos que en algunos casos pueden ser vitales para un diagnóstico certero, en cambio el personal de salud debe presentar una actitud filantrópica, en la que realicen su labor con una actitud de servicio y calidad.
Uno de los principales puntos que marca el autor es que hasta la fecha no existe una fusión práctica entre ambas ciencias, ya que la mayoría de los casos no se considera antropológico en ninguna ciencia, por lo que el científico que forma parte de esa ciencia no tiene una formación antropológica en su desarrollo, y se considera algo innecesario ya que no brinda datos estadísticos a la hora de desarrollar un descubrimiento, pero en la actualidad ,como refiere el autor, las ciencias sociales han demostrado que su aplicación en otras ciencias es fundamental ya que con su ayuda el proceso social, cultural e histórico han ayudado a conocer algunos fenómenos que se presentan, ejemplo de ello es que algunos tipos de cáncer afecta más a personas de cierta tez o de cierta región, o que han existido epidemias qué han sido plasmadas en textos que consideramos exclusivamente históricos por lo que no se le da importancia sin embargo podemos ver que tiene gran peso en el conocimiento médico, por ello es importante ampliar los horizontes de los futuros médicos, de la estructura que tienen los proyectos de salud pública y la calidad con que se brindan los servicios en las instituciones médicas.
En la actualidad el paciente no sólo busca en el personal médico una cura totalmente farmacéutica o terapéutica, sino que busca tener una relación menos formal, en la que exista mayor empatía y el paciente pueda desarrollar cierta confianza con hacia el médico , ya que de esa forma será más fácil para el preguntar o responder adecuadamente debido a la confianza que existe, esto se ve con mayor incidencia en las enfermedades crónicas donde los pacientes son revisados con frecuencia por los mismos trabajadores de la salud , por lo que una atención más familiar sería un “extra” que permitiría mejorar el tratamiento del paciente, de hecho estudios como Actitud y hábitos ante la prevención , se menciona que en la gran mayoría de los casos una actitud positiva por parte del personal de salud puede mejorar la efectividad del tratamiento debido a la liberación de hormonas cómo lo son la serotonina, endorfina y dopamina, que contribuyen a mejorar la respuesta del cuerpo a la terapia que se está llevando a cabo, teniendo una mejora notoria en la salud del paciente. (Esquivel, 2012, págs. 11-17)
Pero como nos menciona Ruy Pérez Tamayo en su libro Ética médica laica, la medicina ha cambiado en este último siglo, por lo que las relaciones que existieron el el pasado ya son sólo una sombra del pasado, en la actualidad la relación médico-paciente no puede regresar al pasado donde el médico era un amigo más de la familia, esto se debe a la cantidad de trabajo que tienen los médicos por lo que se imposibilita que el médico pueda ir hasta el hogar de cada uno de sus pacientes y genere esa confianza y amistad con el paciente, pero esto no es netamente culpa del médico sino que el Estado y sus sistemas de salud han deteriorado la calidad de atención y no está tan ligado a una falta de ética médica, además que actualmente el médico debe apoyarse de otras herramientas como lo son los diagnósticos en laboratorio o radiología que en el pasado no estaban disponibles y el médico era el único encargado de la salud del paciente. (Tamayo, 2012, págs. 119-124)
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