Enfermeria
Enviado por juli1994 • 6 de Marzo de 2013 • 336 Palabras (2 Páginas) • 271 Visitas
1. Los niveles bajos de azúcar en la sangre en los bebés recién nacidos también se llaman hipoglucemia neonatal. Se refiere a un nivel bajo de azúcar (glucosa) en la sangre en los primeros días después del nacimiento.
Causas
Los bebés necesitan azúcar (glucosa) para obtener energía. La mayor parte de esa glucosa es empleada por el cerebro.
El bebé recibe la glucosa de la madre a través de la placenta antes del nacimiento. Después del nacimiento, el bebé obtiene la glucosa de la madre a través de la leche materna o la leche maternizada y también la produce en el hígado.
Los niveles de glucosa pueden bajar si:
Hay demasiada insulina (hiperinsulinismo) en la sangre. La insulina es una hormona que extrae la glucosa de la sangre.
El bebé no está produciendo suficiente glucosa.
El cuerpo del bebé está usando más glucosa de la que se está produciendo.
El bebé no es capaz de alimentarse lo suficiente para mantener los niveles de glucosa altos
La hipoglucemia neonatal ocurre cuando el nivel de glucosa del recién nacido está por debajo del nivel considerado seguro para la edad del bebé y se presenta aproximadamente en 1 a 3 de cada 1,000 nacimientos.
Los niveles de azúcar en la sangre bajos son más probables en los recién nacidos:
Que nacieron prematuros, tienen una infección grave o necesitan oxígeno después del parto.
Cuya madre tiene diabetes (estos niños a menudo son más grandes de lo normal).
Con niveles bajos de hormona tiroidea (hipotiroidismo).
Que tienen ciertos trastornos genéticos raros.
Que presenten crecimiento deficiente en el útero durante el embarazo.
Que son de menor tamaño de lo normal para su edad gestacional.
Síntomas
Es posible que los bebés con hipoglucemia no presenten síntomas. Después del nacimiento, el personal de enfermería del hospital chequeará los niveles de azúcar en la sangre del bebé, incluso si no hay síntomas.
Si se presentan síntomas, éstos pueden ser:
Piel de color azulado o pálido
Problemas respiratorios, como pausas en la respiración (apnea), respiración rápida o sonidos de gruñidos
Irritabilidad o desgano
Músculos flojos o flácidos
Alimentación deficiente o vómitos
Problemas para mantener el calor corporal
Sudoración, escalofríos, temblores, convulsiones
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