Ensayo Cambio Climatico Global

EL CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL

En los últimos treinta años se ha apreciado cambios en el comportamiento de la temperatura, desde entonces se han realizado estudios, primeramente locales y regionales, para confirmar dichas alteraciones térmicas.

Ante la evidencia de la elevación de la temperatura por la toma de lecturas y experimentacion a nivel mundial, los nuevos esfuerzos se han centrado en determinar las causas y posibles efectos futuros de este fenómeno.

Se considera que la química atmosférica se ha venido modificando principalmente por causas humanas tales como los procesos industriales, el crecimiento de las grandes urbes y los modos de vida que ahí se practican, la quema de los bosques –básicamente- tropicales, la agricultura y la ganadería. El aumento en los llamados gases traza: bióxido de carbono, bióxido de azufre, metano y otros. Debido a esas actividades está provocando el llamado efecto invernadero que según diversos estudios basados en modelos computarizados que tratan de imitar las tendencias en el movimiento general de circulación (modelo MCG) de la atmósfera podrá acrecentar la temperatura entre 1.0 a 8° C.

A partir de la preocupación por el aumento de la temperatura, durante los últimos 20 años la información meteorológica mundial (aproximadamente 80 millones de observaciones) han sido transferidas a dos bancos de computadoras: el Comprhensive Ocean-atmosphere Data Set de la NOAA de los Estados Unidos y de la Meteorological Office de la Gran Bretaña y de ellos se han elaborado toda una serie de modelos computarizados y ecuaciones matemáticas para pronosticar la tendencia de la temperatura hasta dentro de 100 años, los modelos más conservadores señalan un aumento de 0.5 a 1°C para los próximos 50 años, mientras que los más aventurados señalan hasta 8°C de aumento. Por lo anterior se ha intentado precisar con mayor exactitud la magnitud del cambio, sus posibles efectos y las posibles medidas que contrarresten dichos efectos.

La Química Atmosférica.

Thomas E. Graedel y Paul J. Crutzen en su estudio “Una atmósfera cambiante” señalan que ésta nunca ha estado libre se cambios, sin embargo la reciente tendencia al calentamiento se debe a la intensificación del efecto invernadero. De acuerdo al cual la Tierra se calienta por los gases que absorben radiación infrarroja, emitida por la superficie del planeta calentada por el Sol, y la envía luego a la Tierra.

Las actividades humanas que más incide en este hecho son la combustión de carburantes fósiles (carbón petróleo) para producir energía, la quema de vegetación, la deforestación y ciertas prácticas industriales y agrícolas. Según la FAO la agricultura y la silvicultura contribuyen al efecto invernadero con el 14 y el 9% respectivamente. El resto de emisiones que provocan el efecto invernadero se debe a las actividades industriales, combustión de automotores y a causas naturales. Ha pesar de todo no se ha determinado a ciencia cierta los porcentajes debido a las diferentes causas.

Ciertas prácticas agrícolas emiten, asimismo, gases diversos. La quema de bosques y praderas en la sabana de las regiones tropicales y subtropicales, para crear pastizales o zonas de cultivo, origina grandes cantidades adicionales de monóxido de carbono, metano y óxidos de nitrógeno. Además, el suelo descubierto después de talar los bosques emite óxido nitroso, como lo hacen también los fertilizantes ricos en nitrógeno que abonan los campos. La cría de animales domésticos constituye otra fuente importante de metano (liberado por las bacterias anaerobias del tubo digestivo del ganado y otros rumiantes), como lo es el cultivo de arroz, dieta habitual de muchos habitantes de los trópicos y subtrópicos.

En consecuencia la agricultura contribuye al efecto invernadero más como emisiones de óxido nítrico, monóxido de carbono, pero sobre todo el anhídrido carbónico metano y óxido nitroso, sin embargo, las emisiones de bióxido de carbono por la agricultura son prácticamente nulas.

Procesos industriales y crecimiento urbano en el cambio climático.

Las investigaciones recientes han posibilitado una mejor definición de los efectos producidos por el aumento de las emisiones antropogénicas, y prioritariamente por los procesos industriales, el crecimiento y forma de vida en las ciudades.

Según Graedel y Crutzen podemos reconstruir la historia del bióxido de carbono y del metano merced a las concentraciones halladas en las burbujas del aire que han quedado aprisionadas en los hielos de lugares perpetuamente fríos (Antártica, Groenlandia). Los análisis de dichas burbujas indican que las concentraciones de dióxido de carbono y metano se mantuvieron constantes desde el final del último periodo glacial, hace unos 10,000 años, hasta hace unos 300 años, en 260 partes por millón el primero y 700 partes por mil el metano (mil millones). A partir de hace unos 300 años, los niveles de metano comenzaron a subir; hace unos 100 años, los niveles de ambos gases han ido ascendiendo vertiginosamente hasta sus presentes valores de 350 partes por millón para el bióxido de carbono y 1700 partes por mil millones para el metano.

Dichas pruebas fueron confirmadas en el polo sur y luego, en los últimos diez años las mediciones de este gas en todo el mundo, ponen de manifiesto que en 1880 el bióxido de carbono representaba 290 partes por millón, mientras que en 1989 llegó a las 352 partes por millón, lo que representa poco más del 20% de aumento.

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