Ensayo De La Clonación

La clonación: Avance o amenaza.

¿Cómo afectará el divino poder de manipular la tela misma de la vida a la visión que posee la humanidad del universo y del lugar que el hombre ocupa en él?

Ha surgido la necesidad de abordar una reflexión sobre los previsibles impactos de esta nueva genética y el modo en que la sociedad debería percibir y controlar sus resultados. Pero el interrogante a responder ¿es la clonación un proceso ético?

Si observamos desde el punto de vista religioso; se manifiesta absolutamente en contra, “es completamente un avance indebido, este lesiona el respeto por la debilidad humana que apunta al diseño de una sociedad futura” (1). La Iglesia solo pude alertar a la comunidad científica y mostrarse firme, pero no tiene herramientas para impedir que se siga experimentando. Diferentes opiniones en diferentes países coinciden en que la clonación está relacionada con el "Jugar a ser Dios", este factor podría ser decisivo frente a la creencia de la sociedad en Dios como su progenitor y su ser supremo, del dilema de ser hijos de Dios a ser hijos del hombre. El Comité de Ética francés aporta tambien: el crear individuos “…cuyo genoma no dependerá de la lotería genética, sino de la voluntad del hombre, es un atentado a las características esenciales de la persona humana”.

Ahora bien, desde el punto de vista médico, es un gran avance para curar enfermedades y salvar vidas. Con respecto a su funcionalidad para la humanidad, la clonación llegaría a ser útil en este aspecto: si una persona padece una enfermedad que le está destruyendo partes de su cerebro lentamente, cuyos tratamientos actuales apenas reducen los síntomas mientras la misma continúa provocando lesiones, la clonación es una significativa opción que ofrece una esperanza de cura.

Sin embargo, debe haber un equilibrio entre los pros y los contras de este procedimiento. Cabe mencionar que la importancia de la clonación en cuanto a sus posibles aplicaciones, no radica en cómo se puede aplicar, sino en la medida de lo que puede aportar a diversas áreas de investigación y avances biológicos, su propósito no va enfocado en adoptar el papel de ser Dios y crear vida, sino el de buscar los medios necesarios para mejorar la calidad de vida de los seres humanos.

¿Con qué autoridad y con qué sabiduría podríamos imponer a otros seres humanos nuestro diseño en su misma entraña biológica, a ser fruto de una unión sexual? ¿Quiénes somos nosotros para invalidar este mecanismo genético que lleva miles de millones de años funcionando, qué criterios usaríamos en su lugar, y quién decidiría? ¿Tendremos en nuestras manos la oportunidad de ponerla al servicio de las necesidades de la humanidad, o seguiremos deslizándonos por la pendiente del sonambulismo tecnológico?

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