Ensayo: Teoría del Desarrollo Humano

José Rafael Mortera Pérez nació el 12 de noviembre de 1936 en la ciudad de Cosamaloapan, Veracruz. Fue hijo de Francisco Abelardo Mortera y Mariana Pérez Ledesma. Llegó a convertirse en una de las personas más influyentes en la región de la cuenca del Papaloapan, debido a sus grandes éxitos en el ámbito de los negocios como la recolección de materiales para construcción (grava) y los servicios de carpintería (sobre todo para los apicultores). También, este hombre fue ejemplo de éxito en los deportes, ya que fue un prodigio en el béisbol durante su juventud, llegando a vivir de dicha carrera durante un tiempo corto, porque decidió continuar sus estudios en lugar de entrar a jugar en la Liga Mexicana de Béisbol, cosa que más tarde lamentaría. Actualmente, es una persona ya retirada del campo laboral que pasa sus días a lado de su esposa recordando mejores tiempos.

Infancia.

José Rafael, fue el tercero de 4 hijos que tuvieron sus padres. Nació en una etapa bastante complicada según relata, porque el pueblo donde residía (Otatitlán, Ver.) pasaba por mucha escasez de alimentos, por lo que tuvo que arreglárselas desde muy joven. A la edad de 7 años, pierde a su padre quien muere en un accidente laboral, dejando a su familia en un estado aún más difícil, es por ello que tiene que tiene que empezar a trabajar desde joven en un sinfín de oficios para poder llevar comida a la casa. Su hermano mayor se enlista en las fuerzas armadas de México, mientras que su hermana mayor comienza su carrera como docente. Durante 2 años estuvo desempeñando labores de carpintería, de albañil, vendiendo múltiples cosas, herrería, etc.

Su estancia en la escuela no era muy placentera para él, ya que como debía trabajar le era muy poco relevante estudiar, aun así, terminó la educación primaria con grandes dificultades pero logró aprobar. Durante su estancia generó gusto por materias como las matemáticas y un poco las ciencias; además del hábito de leer mucho, cosa que hasta el día de hoy no deja de recomendar a todo aquel que ve y conoce (sobre todo a jóvenes de entre 18 a 25 años). Finalmente, llegó a acostumbrarse a la ausencia de una figura paterna y continuar con su ritmo de vida de trabajar y estudiar sin ninguna complicación.

No fue hasta su ingreso a la Secundaria que su vida tiene un giro inesperado para él, porque en esta etapa es donde conoce el béisbol, deporte que le cambió la vida. Al poco tiempo de empezar a practicarlo fue capaz de entrar al equipo representativo de su escuela, gracias a su alta capacidad como pitcher que pocos en su región poseían. Logró grandes hazañas durante la secundaria, al punto que se convirtió en un elemento fundamental para su equipo, ya que además de ser un gran pitcher era el cuarto al bate. En opinión de su ya fallecido entrenador él era el hombre más importante en su equipo. Fue tanto su éxito que José Rafael menciona que la Secundaria prácticamente la pasó por saber jugar Béisbol, porque si no hubiese sido así probablemente nunca la hubiera terminado. Ya a punto de finalizar la educación básica se le ofrece una Beca para cursar la preparatoria en la Ciudad de México cosa que él acepta, debido a las múltiples ofertas que le fueron otorgadas para jugar en equipos del centro del país.

Vida en la Ciudad de México.

Durante su estancia en la capital, tuvo grandes oportunidades sobre todo para ganar dinero. Para poder mantener a su mamá y a sus hermanas decidió entrar a jugar en 2 equipos a la vez, cosa que le dio buenas ganancias que le permitieron vivir cómodamente a él y a su familia durante un tiempo. Aunque su calidad parecía ser muy bueno u óptimo es cierto que al llegar a este punto empezó a caer en vicios peligrosos para cualquier deportista actualmente, como lo son el alcohol y las fiestas. Según relata, siempre al terminar un juego (lo cual era diariamente) le gustaba ir a emborracharse toda la noche, cosa que nunca le generó conflicto con sus entrenadores, porque eran tiempos muy diferentes a los que tenemos hoy en día; además, que siempre daba los resultados esperados en el campo de juego.

Más tarde, se le ofreció jugar para una empresa que le ofreció un buen pago y muchas prestaciones, sin embargo, llegado a este punto se da cuenta que le exigen demasiado, dando como consecuencia el abandono de sus 2 equipos anteriores causando conflictos entre él y sus amistades de aquel tiempo. Afortunadamente, en esta empresa es donde conoce a personas que le serían de gran ayuda en su futura decisión de abandonar la vida como deportista. A la edad de 18 años se le ofrece jugar profesionalmente en el equipo de los Diablos, pero éste decide rechazar dicha oferta, porque llega a la conclusión de que con el Béisbol no llegará a tener una estabilidad económica durante toda su vida.

Una vez retirado decide aplicar para una carrera universitaria, por lo que opta por entrar en el Instituto Politécnico Nacional en la carrera de Contador Público. Rafael comenta que al principio le fue muy difícil volver a adaptarse a tener que estudiar, debido a que toda su vida pasaba por ser parte de algún equipo y aquí no era el caso, sin embargo, logró seguir adelante con su carrera al punto de casi terminarla, ya que confiesa haber pedido ayuda con alguien que conoció en la empresa para que le otorgaran su título sin tener que cursar la materia que le faltaba. Una vez egresado de la Universidad, su tío le consiguió un puesto importante en su empresa, pero le advirtió que al más mínimo error lo tenía que despedir, porque se estaba jugando su puesto al darle el empleo a él y no a personas más capacitadas. Afortunadamente, no llegó a tener problemas serios con ningún directivo, incluso llegó a tener relación con sus jefes al grado de que cuando se retiró de la compañía le dieron comentarios positivos de su manera de trabajar.

Por una llamada de su mejor amigo a quien le apodaba “Aurelio” a quien conoció cuando jugó para la empresa es que abandona la empresa donde laboraba su tío. Su mejor amigo, le ofrece trabajar en la ICA en Querétaro que era una empresa extractora de Hierro. Aquí fue donde pasó una de las épocas más felices de su vida, según cuenta, porque en Querétaro fue donde desarrolla su visión emprendedora de hacer su propio negocio.

Comienzo de su vida laboral.

Una vez que arribó a Querétaro, procede a acudir a su entrevista laboral, donde el ingeniero le presenta un examen para calificar si es apto para el puesto a desarrollar. Una vez que finaliza dicha prueba, el ingeniero le comenta que aunque no pasó el examen, le parece que tiene la actitud que está buscando, además que cuenta con una manera de pensar que puede ser de gran ayuda para la Industria del Hierro. Durante su estancia en la ICA, Rafael adquiere grandes conocimiento, no sólo de su área, sino de todos aquellos puestos que estaban a su alrededor, en como en su niñez desarrolló trabajos de herrería se sentía identificado con los operadores de los tornos y los soldadores con quienes disfrutaba entablar conversaciones de qué le gustaría hacer en un futuro. También, forjó una gran amistad con el ingeniero que lo evaluó, quien le enseñó muchas cosas sobre la administración de una empresa o fábrica.

...