¿Es la educación ambiental el pilar de cambio en temas ambientales de nuestro país?

¿Es la educación ambiental el pilar de cambio en temas ambientales de nuestro país?

Introducción 

En el contexto actual, urge poner sobre la palestra el tema de la educación en perspectiva crítica. Las dificultades que se están viviendo al momento de enseñar y aprender en una pandemia se han extrapolado con las desigualdades sociales existentes y por otro lado, a partir del estallido social se abre la discusión respecto a la sociedad que queremos, y se evidencia la preocupación ciudadana por los efectos de modelo económico neoliberal capitalista extractivista y la necesidad de proteger el medio ambiente, así como también asegurar los derechos que permitan una vida digna  (Reyes, 2020)

Dentro de marco general de la educación, destaca el rol de los procesos educativos ambientales “en la medida en que somos más conscientes de la necesidad, no sólo de remediar los problemas ambientales con parches cada vez más pequeños e inútiles, sino de aportar en la construcción de un futuro diferente, con miras a la sustentabilidad, a la equidad, a la valoración de lo diverso y lo múltiple, a la paz y el equilibrio” (Tréllez, 2002).

Por otro lado, Lucie Sauvé (2007) afirma que la educación ambiental se desafía a construir una “identidad” ambiental, a dar un sentido al lugar del ser humano en el mundo, a desarrollar un sentimiento de pertenencia con la biosfera y a promover una cultura del compromiso.

Cobra relevancia entonces, cuestionar el rol que tiene la educación ambiental y su influencia en los cambios en temas ambientales de nuestro país, tomando en cuenta que si bien la educación ambiental no se puede responsabilizar por el devenir ambiental de las sociedades, logrando resolver todos los problemas que se generen en esta línea, sí puede “crear las condiciones culturales apropiadas para que tales problemas no lleguen a producirse o lo hagan en tal medida que sean asumidos de forma natural por los propios sistemas donde se producen” (Vega y Álvarez, 2005).

Además, tomando en cuenta que nos encontramos ad-portas de un proceso constituyente, vale la pena analizar cómo se relacionan las ideas en torno a la educación ambiental con las necesidades del presente y el futuro, analizando el potencial de cambio que puede tener y la efectividad del alineamiento del país hacia un desarrollo sustentable. 

En la Política Nacional de Educación para el Desarrollo Sustentable del año 2009, se expresa que “así como se ha puesto énfasis en la necesidad de tener un crecimiento fuerte y sostenido, hemos planteado que no existe verdadero desarrollo si no somos capaces de cuidar nuestra riqueza ambiental. Y se plantea que la educación es el principal agente de transformación hacia el desarrollo sustentable, ya que ella no sólo es trasmisora de conocimientos, sino que se orienta también a generar las capacidades de las personas para que sus aspiraciones de un futuro diferente se puedan concretar (MMA, 2009).

No obstante, indicadores del estado del medio ambiente, muestran que dicha importancia no ha logrado plasmarse en la práctica, o bien, las estrategias han mantenido un actuar superficial y sectorial, privilegiando el crecimiento económico. En el Tercer Informe del Estado del Medio Ambiente del 2020, si bien se observan avances en materia legislativa, certificaciones ambientales y disminución de las emisiones de material particulado, se puede evidenciar que en general el panorama ambiental es preocupante. La disminución generalizada del caudal de los ríos, prolongamiento de la sequía, aumento de emisiones de GEI, bajos niveles de reciclaje y de áreas protegidas y las hectáreas afectadas por incendios son algunas de las evidencias (MMA, 2020)

Para comenzar, se revisarán algunas definiciones en torno a la educación y la educación ambiental, analizando la transformación del concepto y los matices que se agregan en los últimos años. Y luego se profundizará en analizar la situación nacional en torno a la educación ambiental y los cambios en temas ambientales.

Marco teórico

Educación: “Educar es, antes que nada, ayudar a comprender el mundo y a comprenderse parte de él. Por ello, la educación no se da, no se otorga. Educar es favorecer el progreso humano, pero el de toda la humanidad” (Novo, 2017).

El concepto de educación se comprende como un proceso de desarrollo socio-cultural constante, presente en todas las etapas de crecimiento de las personas, en relación al desarrollo de sus capacidades, el cual tiene su escenario de acción tanto dentro como fuera de su entorno. La educación implica estimular las habilidades y las estructuras cognitivas, permitiendo que las sensaciones y percepciones de nuestra realidad, logren transformarse en información significativa, posibilitando procesos de construcción del conocimiento, incluyendo valores y costumbres los cuales definen nuestros lineamiento de comportamiento y actuar (Álvarez, 2003). 

La educación se presenta como un elemento esencial de cambio, debido a su capacidad de poder reformar desde el interior de las conciencias y realidades de cada uno de los individuos y es de esta manera que el desarrollo y el ejercicio de conocimientos adecuados en relación a la dimensión ecológica y social, nos permiten encaminarnos hacia nuevas prácticas pertinentes. Es por ello, que si realizamos una análisis de lo anteriormente señalado, nos damos cuenta que la conjunción de los conceptos de pensamiento y acción resumen el actuar propio de una habitante de este planeta, y es que a través de estos que logramos una vinculación efectiva tanto con la naturaleza, con los otros seres humanos y con la sociedad en general, lo que nos conlleva a entender que justamente donde se genera la sinergia de estos conceptos es donde se respalda la formación educativa , y de esta manera contribuir a la orientación del ser humano a una práctica consciente y responsable (Novo, 2017).

Educación ambiental

La UNESCO establece como definición de educación ambiental (EA) como: “Un proceso de reconocer valores y clarificar conceptos con el objeto de desarrollar habilidades y actitudes necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y sus entornos biofísicos. La educación ambiental incluye también la práctica en la toma de decisiones y la autoformulación de un código de conducta sobre los problemas que se relacionan con la calidad ambiental (Ruvalcaba, 2010). 

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