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Evaluación del efecto del Álamo como alternativa cortaviento en cultivo de paltos


Enviado por   •  6 de Septiembre de 2020  •  Tarea  •  4.158 Palabras (17 Páginas)  •  94 Visitas

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FORMATO PARA LA PRESENTACIÓN DEL PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN

        

TÍTULO:

Evaluación del efecto del Álamo como alternativa cortaviento en cultivo de paltos.

NOMBRE DEL INVESTIGADOR

Francisco Alba Saravia

CORREO ELECTRÓNICO:

Fr_a94_s@hotmail.com

Teléfono:

993710669

DIRECCIÓN DE CORRESPONDENCIA:

Jr. Pampa de Nazca Mz. B Lt.16

TEMÁTICA DE INVESTIGACIÓN SELECCIONADA:

Efecto de Los procesos de subjetivación y las resistencias  

FACULTAD:

CIENCIAS AMBIENTALES

UNIVERSIDAD:

UNIVERSIDAD CIENTIFICA DEL SUR

LUGAR DE EJECUCIÓN DEL PROYECTO:

Fundo mayo, Agropecuaria Abril S.L.R, Pisco

PALABRAS CLAVES:

Barrera cortavientos

Tipo

Descripción

DECLARACIÓN DE PERTINENCIA SOCIAL

La propuesta investigativa que presento es pertinente socialmente en cuanto asume la producción de un conocimiento  que aportará a  develar formas  de transformación social alimentadas por subjetivaciones diferenciadoras al interior de comunidades históricamente marginadas, desplazadas, invisibilizadas y violentadas en el conflicto armado colombiano.   La familia desplazada se ve afectada por fuerzas que no sólo la condenan a su desplazamiento físico, sino que la encasillan a un imaginario social de  una identidad incapaz de hacer frente a su situación. Generar un saber sobre los procesos de subjetivaciones en familias  desplazadas, desde una perspectiva de la diferencia, realza la capacidad humana de generar formas de existencia que liberan al ser de sus condenas sociales e históricas, permitiéndole encontrar mayor calidad en su existencia.   Esto cobra mayor relevancia en un posconflicto en donde subjetivaciones de todos los agentes son forzadas a un sinfín de metamorfosis inéditas.

RESUMEN EJECUTIVO

Siendo el país con el primer puesto en el mundo en términos de desplazamiento forzoso, y el país en la región latinoamericana con el conflicto armado más antiguo, es imperativo preguntarse por la población desplazada, sus devenires, acontecimientos, experiencias y vivencias.

En esta propuesta investigativa se asume que la población desplazada se ha visto en campos de fuerza que afectan sus subjetivaciones, los cuales son generados por aparatos de Estado (Althusser, aparatos ideológicos de Estado pone el año y quita el nombre del articulo), articulados desde discursos de odio que expulsan  a estas poblaciones de sus territorios.  Esto genera cuerpos sin derecho a ocupar espacios, cuerpos vistos como combatientes o incluso como enemigos. La población desplazada, en su mayoría campesinos, deben escapar de sus territorios y buscar, en lo más frecuente, la ciudad como territorio de llegada. La ciudad, en sus lógicas de producción y consumo, absorben a la población desplazada generando cuerpos víctimas, cuerpos delincuenciales, cuerpos inútiles. Pero en estas comunidades desplazadas también se presentan resistencias a ocupar los lugares de enunciación que proyectan sobre ellas los discursos dominantes (Michael Foucault, arqueología del saber). Estas resistencias pueden ser leídas como fuerzas provenientes del miedo a perder el empoderamiento de sus propios devenires, y son estas resistencias, construidas desde acontecimientos, por las que me pregunto en esta propuesta investigativa. Mi objetivo general es analizar el despliegue de capacidades de algunas personas desplazadas, de algunas comunidades en desplazamiento para fugarse de estos aparatos de Estado proyectados en lógicas neoliberales de la ciudad,  y propiciar nuevas formas de existencia de adaptabilidad. En base al estudio de estas fugas, que Deleuze denomina mapeos rizomáticos (Delezue, Mil Mesetas) pueden construirse indicaciones asertivas que repercutan en una mejor calidad de vida para estas poblaciones.

La metodología que usaré será la cartografía social que me permite realizar un mapa de los acontecimientos en las vivencias de esta población y con ello propiciar la reflexión sobre el empoderamiento de los devenires producto de dichos acontecimientos.

DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

Según cifras oficiales del registro único de victimas RUV, en Colombia hay 8.040.748 víctimas registradas de los cuales 7.762.840 han declarado ser víctimas en el marco del conflicto armado. Entre todas las modalidades de afectación del conflicto armado, la que más registra víctimas es el desplazamiento forzado con 6.803.961 desplazados por la violencia,   haciendo  merecedor a Colombia  del primer puesto en la lista de países con más desplazamiento forzado en el mundo. En el informe nacional del desplazamiento forzado en Colombia, se muestra que de las más de 6 millones de personas desplazadas en Colombia, más del 50 por ciento son mujeres, el grueso del desplazamiento se centra en población entre los 29 a 60 años de edad, siendo casi un 30 por ciento población menor de edad. Entre las minorías étnicas encontramos que la más afecta son las poblaciones afrodescendientes. Según datos demográficos que se tomaron en el estudio, cerca del 15 por ciento del total de la población afrodescendiente y el 10 por ciento de la población total indígena han sido desplazadas. El 87 por ciento de la población expulsada de sus territorios vivía en el campo. Ante tal magnitud de cifras, el estudio citado no dudó en titularse “una nación desplazada”.

Usualmente se suelen citar dos causas del desplazamiento forzado en marco del conflicto armado en Colombia. La primera de ellas es la obligación de las comunidades para salvaguardar su vida, de huir de sus tierras que quedaron atrapadas en fuego cruzado entre ejército, guerrilla y fuerzas paramilitares. La otra causa es cómo herramienta de despojo de tierras, obedeciendo a intereses de los grupos alzados en armas e incluso intereses particulares. Entre aquellos intereses ilegales encontramos el narcotráfico y la minería ilegal y entre los intereses legales encontramos proyectos agroindustriales, minero-energéticos y en general la venta de las tierras. Fue tal impulso estos intereses para generar desplazamiento forzado, que sólo en el 2011 el 87 por ciento del desplazamiento forzado vino de municipios minero- petroleros. Citando el estudio, se dice que “por cualquiera de las dos causas, se ha demostrado que los excesos de violencia son también una estrategia de desplazamiento: la sevicia, las masacres, la tortura, las desapariciones forzadas, los asesinatos selectivos, las minas antipersonas sembradas en el territorio, el reclutamiento forzado de personas menores de edad; todos los actos de violencia son expulsores, todos son un mensaje imperativo que conmina a las víctimas a abandonar su lugar.”

Una de las grandes consecuencias es el éxodo de poblaciones rurales a las grandes ciudades. Sin duda esto plantea dudas frente a la capacidad del Estado de atender a estos procesos que pueden desencadenar crisis y malestar en la población desplazada. Crisis humanitaria que cómo se dice en el informe citado, se ve agravada por el bajo interés del Estado colombiano por el campesinado, reflejado en su abandono de estos territorios y en el impulso de políticas de comercio libre con otras naciones, que agrava la situación del sector agrario, que sin duda, fuera del conflicto armado, ha llevado a un desplazamiento económico del campesinado a la ciudad.

Esta población desplazada, que en la mayoría de casos llega a las grandes ciudades huyendo de la guerra, pero también de la desprotección económica del estado colombiano, se encuentra ante situaciones desafortunadas. La mendicidad, la delincuencia, la prostitución, los trabajos informales etc. constituyen las opciones más usuales que encuentra el desplazado. Si bien el informe reconoce que el estado Colombiano se ha venido preocupando más por la atención de esta población, institucionalizando sus rutas de atención, hoy en día es justo, según el informe, reconocer la incapacidad institucional para hacer frente a esta problemática.

Desde dicha óptica se evidencian distintas fuerzas que operan sobre las subjetivaciones de la población desplazada. Por un lado un campo de fuerzas  que bien se podría tildar de lógicas de la guerra, engranajes de violencia que expulsan de sus lugares a personas, usualmente campesinos. Por otro lado se evidencian campos de fuerza, en los cuales cae el desplazado cuando llega a las ciudades huyendo de los engranajes de la violencia. Estas fuerzas, considero, son fuerzas constituidas por las lógicas consumistas y productoras urbanas, ambas facetas esquizoides del capitalismo. No considero que las lógicas del guerra este por fuerza del capitalismo, por el contrario, en la guerra imperan fuerzas de producción y de consumo, sin embargo hago referencia a que estás fuerzas con las que se encuentra el campesino desplazado cuando llega a la ciudad, imperan en su dialéctica consumo producción una cualidad citadina y urbana distinta a la que se encontraba en el campo colombiano y su conflicto armado. En ese sentido, son fuerzas que llevarían a diversos procesos de subjetivación de la población desplazada.

Preguntarse, cómo lo he hecho, sobre las subjetivaciones de las familias desplazadas por el conflicto armado en Colombia, en un contexto de construcción del posconflicto, implica reconocer y analizar el campo de fuerza, del que nos habla Piedrahita, que constituye emergencias de condiciones singulares de existencia. Sin duda alguna el posconflicto actualiza y renueva el campo de fuerzas que batalla en las subjetivaciones de la población desplazada. Con el fin de la guerra ¿Qué nuevas fuerzas vienen a dinamizar las subjetivaciones de esta población? Es muy posible que la víctima vea alterada sus formas de subjetivación y forma de relación con la sociedad, quizá dejándola a merced de las fuerzas devoradoras de la ideología neoliberal y el capitalismo.

El concepto de sinóptico, desarrollado por Mathiesen, describe la seducción y enganchamiento del deseo de los individuos para mantener unas relaciones de poder. Pienso que en el proceso de reinserción a la vida civil de los excombatientes y de las víctimas de esta guerra de más de medio siglo, cambia los modos de subjetivación, antes engendradas en un campo de fuerzas que obedecen a la lógica de la guerra, hoy engendradas en un campo de fuerza producto de la lógica del consumismo, en donde el simulacro (entendido desde la obra de Jean Baudrillard y las entidades prefabricadas) y la performación, cambian los modos de subjetivación de estas poblaciones.

Yo me pregunto por lo emergente, reconociendo y resaltando la resistencia a desembocar en identidades prestablecidas y sedimentadas en lo instituido. En los procesos de subjetivación de la población desplazada, ¿Qué logra devenir en lo inédito y diferente? ¿Qué logra mutar de la cadena  de las lógicas de guerra y de las lógicas del consumismo, dando un salto a nuevas formas de transformación social? Desde tales reflexiones mi pregunta de investigación se constituyen en la siguiente; ¿Cómo son los procesos de subjetivación en la población desplazada, que se resisten a lo instituido y a engranarse en una maquinaria de guerra o de consumismo, generando posibilidades de renovación y transformación social?

ESTADO DEL ARTE DE LA INVESTIGACION Y REFERENTE TEÓRICO

Un concepto que atraviesa transversalmente la formulación de esta propuesta investigativa es el de subjetivación. Para Piedrahita C. “La subjetivación, se entiende entonces, como devenir al interior de un campo de fuerzas que constituyen emergencias de condiciones singulares de existencia, además de posicionamientos y afirmaciones que se despliegan a través de los afectos, los deseos y las trayectorias ético políticas asociadas a ellos y que constituyen el registro de lo no significado”, desde tal óptica de la filosofía de la diferencia, la autora hace un contraste entre la subjetivación y la subjetividad en cuanto esta última se comprende cómo un estado del ser y en cuanto estado, se realza su cualidad permanente e inmóvil, mientras que la subjetivación es un proceso de emergencia que rompe con los condicionamientos propios de un contexto, para construirse en la diferencia, en lo inédito  y en la ruptura de la sujeción de unos determinantes que desembocan en una identidad.

Estos procesos de subjetivación son comprendidos desde los campos de fuerza que los generan. Cómo lo indica Piedrahita, quien hace un recorrido por las formas de dominación y poder descritas por Foucault y retomadas por Deleuze y Guattari, los sustentos de la lógica capitalista, del consumismo y del modo neoliberal, forman subjetivaciones, que podrían ser de dos órdenes. Desde un “aspecto político, se analizan dos posibilidades de subjetivación: a) modos de subjetivación que funcionan como pequeños dispositivos de poder anexados al engranaje institucional que estrechan la vida e imponen intenciones a los individuos, b) subjetividades articuladas a acontecimientos inéditos que generan agenciamientos de creación y que evidencian fuerzas que se movilizan en el borde de lo institucional y lo simbólico, dando lugar a fugas y resistencias” (Piedrahita, 2015) Precisamente sobre estas últimas formas de subjetivación, me interrogo en esta propuesta investigativa.

La subjetivación a la que me refiero se ve ligada necesariamente a dos conceptos; el de resistencia y el de acontecimiento. Siguiendo al investigador Oscar Useche, la resistencia se entiende “como fruto de procesos culturales y políticos de transformación profunda, caracterizados por su singularidad. En ese sentido no existe una historia lineal de las resistencias, con un origen definido y una finalidad hacia la cual deberían dirigirse, sino más bien una constelación de acontecimientos resistentes que configuran campos de relaciones que adquieren significado en diálogo con los contextos específicos de la época en la que se desarrollan” y a acontecimiento cómo un suceso en el que se subraya la posibilidad de generar cambio, emergencias de dinámicas nuevas en quienes suceden ese momento. Las teorías sobre el acontecimiento fueron muy fuertes en la década de los 80, quizá como respuesta al estructuralismo que imperaba en la investigación social. Cómo bien lo indica Jaime de la Calle en su texto “Para una Teoría Social del Acontecimiento” el acontecimiento abre las puertas para poder escapar de la comprensión de una sociedad estructurada y cerrada sin posibilidad de cambio.

Conforme a ello el propósito será analizar la familia desplazada por la violencia, en el marco del contexto de paz como proceso cultural y político de transformación profunda, resaltando al sujeto histórico no trascendental. Es decir a la familia desplazada en el proceso de paz, constituida en el centro de varias fuerzas que batallan entre sí (las lógicas de la guerra, las lógicas del consumismo), generando procesos de subjetivaciones emergentes en la diferencia.

Una forma de subjetivación en la diferencia, retomada por Piedrahita, son los cuerpos sin órganos, que desde los planteamientos de Deleuze y Guattari, hacen referencia  al proceso que descubre las subjetivaciones y los nuevos cuerpos que habitan el mundo, estableciendo una forma de pensar diferente, que ofrece la posibilidad de inventar otras relaciones y de crear otras maneras de existir  para las familias desplazadas diferentes al engranaje en la violencia, la victimización en las urbes y la absorción en las lógicas del consumismo de la ciudad.  Estos planteamientos encuentran sustentos filosóficos en el pensamiento de Deleuze y Guattari para quienes la subjetivación obedece a un movimiento pendular,  en donde en un extremo están individuos  que construyen su subjetivación engranándose a una sumisión y opresión al aparato capitalista y en el otro extremo en donde los individuos se re-apropian del proceso de subjetivación cómo un acto creador y novedoso, generando un proceso de singularización o mapeo de subjetividades.

Pretender preguntarse sobre la subjetivación de la población desplazada, permite entender ambos procesos, subjetivaciones que se engranan y someten a la maquina capitalista, quizá en un momento a una máquina de guerra que se apropia de sus cuerpos como combatientes, o quizá en la ciudad a una máquina de consumo y una máquina de producción. Pero por otro lado, y en lo que quiero enfatizar una y otra vez, en resaltar las subjetividades de los individuos desplazados que se apropian de la construcción y posterior despliegue de capacidades  para hacer frente a las maquinarias antes citadas, fugándose de sus engranajes, y propiciando subjetivaciones novedosas, abriendo nuevas conexiones rizomáticas  con otros tipos de cuerpos, con otras formas de existencias.

OBJETIVOS

El objetivo general del proyecto es develar en la transición de una guerra a un posconflicto, los procesos de subjetivación diferenciadora que escapan a determinantes sociales e históricos, en las familias desplazadas por el conflicto armado colombiano, resaltando las emergencias de compromisos  políticos en el mejoramiento de su existencia. En otras palabras, se pretende conocer la generación de subjetivaciones que nos hablan de existencias particulares, inéditas y transformadoras, que inscribiéndose en devenires diferenciadores y no en identidades determinadas, propician cambios locales en la forma en que se vivencia el desplazamiento, en un momento histórico en donde nuestro país comienza a construir una vida después de la guerra.

Cómo objetivos específicos encontramos:

  1. Comprender las formas de subjetivación en la población desplazada, a partir de las fuerzas que las conforman.
  2. Analizar las narrativas de las familias desplazadas, rescatando la emergencia y el despliegue de estrategias y resistencias que les permite devenir en existencias no condenadas al ciclo de la violencia como forma de relación con el otro.
  3. Elaborar cartografías sociales que permitan dilucidar los devenires de estas subjetivaciones diferenciadoras y resilientes ante fuerzas de violencia y miseria y fuerzas de paz esperanza.
  4. Vislumbrar las fuerzas generadoras de procesos de subjetivación en familias desplazadas en un contexto de negociación de la paz.

METODOLOGÍA PROPUESTA

Esta investigación se plantea la visibilización de lo diferente partiendo desde una epistemología posestructuralista. Se plantea el análisis de las experiencias de subjetivación en la población desplazada que escapan a las lógicas productoras de odio, de consumo o de producción propias a un contexto de un país atravesado por las ideologías neoliberales que negocia el fin de una guerra. Por tal motivo es una investigación de carácter cualitativo pues se pregunta por vivencias particulares de algunas familias desplazadas.

Esta propuesta investigativa pretende visibilizar como se configura lo minoritario, su modo de existencia, su resistencia, su emergencia en lo inédito, novedoso y anormal de las formas de subjetivación en la población desplazada desde un contexto de la salida negociada al conflicto armado.

Pensar en la diferencia, plantear desde la universidad algo que escapa precisamente a lo universal, hace necesario pensar en esta investigación desde una lógica, que Deleuze y Guattari, llamarían rizomática. Una lógica que permiten bien pensarse desde los márgenes, desde lo excluido, sin direccionarse a ningún centro, pues no existen vías jerárquicas que hagan del centro lo piramidal.

Se utilizará la Cartografía social como principal herramienta en la metodología. De acuerdo con la propuesta de Rosi Braidotti,  una cartografía es una lectura del presente basada en la teoría y marcada por la política, cumpliendo la función de proveer herramientas interpretativas y alternativas teóricas creativas. Se trata de mapas que permiten captar lo emergente y lo múltiple, produciendo nuevos sentidos sobre lo que está ocurriendo en el mundo. Además permite una construcción del conocimiento desde la participación y el compromiso social, posibilitando la transformación del mismo.

Mi propuesta es cartografiar las vivencias de algunas familias desplazadas en medio del proceso de negociación de la paz, realizando mapas de familia y entrevistas a profundidad. Esta metodología tiene la ventaja que permite un impacto visual capaz de generar reflexiones y emergencias de soluciones creativas, sustentadas en discursos inéditos, en nuevas formas de construirse, de vivirse.

Desde esta metodología, se asume cómo aspecto primordial la emergencia de lo que está cambiando y se diferencia en los procesos de subjetivación de las familias desplazadas. En tal sentido la subjetivación como fuga a lo inédito en contraposición a una subjetivación que se engrana en las lógicas de odio, consumo o producción, permite resaltar el despliegue que tiene el ser humano para cambiar su existencia. Esto sin duda habla de aspecto ético y político.  Siguiendo a Piedrahita; quien relaciona la ontología y la política desde una concepción ético política que constituye la subjetivación como alternativa de transformación social; propone 5 fases: La primera de ellas resalta la importancia de pensar en otra dirección, la segunda fase hace referencia a trabajar desde los acontecimientos, que permiten a la población desplazada, desplegarse a rumbos inéditos de cambio y diferencia. La tercera fase habla sobre analizar cómo los afectos se han relacionado con los acontecimientos propiciando un devenir compuesto por procesos de subjetivación. La cuarta fase denominada límites de la acción y ampliación de campos de libertad hace referencia al mapeo de las conexiones que se establecen en estos procesos singulares de subjetivación. Por ultimo Piedrahita concibe, desde el pensamiento de Foucault, la etapa de la conversión, de la mutación a devenires en la población desplazada que se fugan de los campos de fuerza de la guerra y del capitalismo y su doble juego (Deleuze y Guattari dirían del capitalismo como esquizofrenia) el del consumismo y la producción.

Utilizar la cartografía social implica realizar un mapeo, no a forma de calcar una teoría sobre la realidad que pretendemos la repita, sino una graficación de las conexiones , influencias entre niveles, Deleuze y Guattari dirían de las multiplicidades, que se afectan unas a otras, sin niveles jerárquicos ni modelos céntricos,  generando agenciamientos, dinámicas y devenires que se rizomatizan. La importancia de esta herramienta, la cartografía social, es sin duda propiciar nuevas conexiones, nuevas formas de visibilizar las dinámicas de la población desplazada y sus subjetivaciones, que escapen a el simple calco de lo determinado y condenado.

En un primer momento será fundamental poder hacer contacto con población desplazada, generando un primer encuentro que les invite y explique los objetivos de la investigación. Los encuentros y entrevistas con la población desplazada deben estar dirigidos a elaborar sus propios mapas de subjetivaciones, resaltando aquellos acontecimientos que diferenciaron sus existencias.

Se asumirán diversos planos de consistencia desde los cuales analizar los mapas de subjetivación. Propongo los siguientes:

  1. La vida antes del desplazamiento.
  2. El acontecimiento de la máquina de la guerra: Cómo aquellos acontecimientos que generaron el desplazamiento
  3. El viaje de escape: Todas aquellas vivencias del proceso de desplazarse a otros territorios.
  4. El encuentro con la ciudad: Desde este acontecimiento se analizan las formas de reacción y los devenires de la población desplazada en este nuevo territorio
  5. La institucionalización del desplazamiento; Emergiendo de “el encuentro con la ciudad” en este mapeo de acontecimientos se hará énfasis en los devenires de la subjetivación de la población desplazada frente al discurso institucional.

Igualmente nutriré la metodología con diversas búsquedas bibliográficas rescatando los movimientos, expresiones y acontecimientos de la población desplazada, haciendo énfasis en el periodo comprendido desde el anunciamiento oficial de los diálogos de paz hasta la actualidad. Poder encontrar movimientos de resistencia, expresiones, despliegue de formas nuevas de afrontar o reaccionar ante diversos acontecimientos, de la población desplazada me permitirá un análisis más profundo de las subjetivaciones de la población desplazada.

RESULTADOS ESPERADOS

Cómo resultado directo del proyecto encontramos el mapeo de los acontecimientos que generan subjetivaciones y metamorfosean los devenires y existencias de las personas desplazadas.  

Estos mapeos, lejos de ser papeles, son posibilidades de nuevas conexiones y de nuevas capacidades de existencias para la población desplazada.

Desde este punto de vista, un resultado del proceso investigativo es el proceso reflexivo de las mismas comunidades desplazadas sobre sus devenires. Proceso reflexivo que empodera a la comunidad en dichos devenires, dándoles el timonel para direccionar dichos procesos, en nuevos posibles acontecimientos que marquen sus existencias.

Me parece perentorio estos procesos de empoderamiento a la comunidad desplazada, que pese a estar a puertas de un posible postconflicto, las maquinarias de la guerra y el odio aún pretenden destruir sus existencias, quitándoles sus vidas y expulsándolos de sus territorios (o no permitiendo sus regresos, ejemplo de ello las fuerzas anti restitución de tierras).

Las nuevas narrativas del postconflicto llevan sin duda a generar nuevos campos de fuerza en las subjetivaciones de la población desplazada. Narrativas entorno a la paz, al fin de la guerra, a la restitución y anti restitución de las tierras, a las víctimas, a los procesos de reparación, al perdón y a las narrativas de la no repetición, propician acontecimientos en la población desplazada que pueden ser usados, impulsados por procesos reflexivos como al que invito, a que los devenires de las subjetivaciones de esta población, den un salto al empoderamiento, a una apropiación de sus cuerpos.

IMPACTO DE LOS RESULTADOS

Generar mapeos de los devenires de las subjetivaciones de la población desplazada, realza la potencia de despliegue de capacidades frente a acontecimientos específicos de un país en guerra.  De ello se desprende que un resultado es la reflexión misma del individuo desplazado, generando nuevas formas de encarar sus devenires, puesto que con este proyecto investigativo, lejos de estar concebido desde una objetividad, considera la imposibilidad de no afectar la realidad en el ejercicio investigativo. En ese sentido, al analizar, mapear, narrar, exponer y mostrar el despliegue de capacidades diferenciales, inéditas de algunas comunidades desplazadas, de algunos sujetos en situación de desplazamiento, generamos nuevas conexiones, nuevas afectaciones sobre la materia social, que generará, como lo dije antes, nuevas formas de encarar los devenires de esta población.

A largo plazo, y en conjunto con diversas acciones investigativas y proyectos con las comunidades desplazadas que realcen los procesos de subjetivación, se espera poder generar unos cambios en las comunidades orientadas a aumentar sus resistencias civiles, no entendidas cómo oposición al estado, sino unas resistencias que se niegan a continuar en las lógicas de la guerra, de la producción o del consumo, unas resistencias que resisten a ser cuerpos de la máquina de la guerra, que resisten a ser cuerpos del otro, sino a ser, desde los planteamientos de Deleuze y Guattari, cuerpos sin órganos.

Considero que desde una política de estado, y más en un posible postconflicto,  es imperativo propiciar los espacios académicos que contribuyan a la movilización de identidades petrificadas en las leyes, cómo lo han sido las víctimas del conflicto armado Colombiano.

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