FACTORES DE RIESGO DEL SÍNDROME DE BORNOUT EN LOS PROFESIONALES DE ENFERMERÍA
Enviado por Carlito39176001 • 23 de Enero de 2023 • Ensayo • 7.662 Palabras (31 Páginas) • 257 Visitas
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
RÓMULO GALLEGOS
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FACTORES DE RIESGO DEL SÍNDROME DE BORNOUT EN LOS PROFESIONALES DE ENFERMERÍA QUE LABORAN EN EL SERVICIO DE PEDIATRÍA DEL HOSPITAL GENERAL REGIONAL “DR. JOSÉ MARÍA CARABAÑO TOSTA
ESTADO ARAGUA
Autora:
Rossmarth Talledo
Jessica Espinoza
Profa:
Nilenin Bolívar
Maracay, Enero de 2023
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del Problema
El lugar de trabajo es un determinante muy importante para la salud de las personas. Por lo tanto, este debe ser fuente de salud y bienestar y no de enfermedad. Sin embargo, no siempre es así y algunas veces, se convierte en un lugar que genera malestar y mala salud. Con frecuencia, los profesionales de enfermería presentan estrés laboral que repercute en su salud física y mental, lo cual trae consigo el degaste profesional o síndrome de burnout (SB). Cuando no se aplican las medidas para prevenir o reducir los niveles de estrés puede aparecer dicho síndrome, cuyas consecuencias afectan negativamente a los profesionales, al sistema sanitario y a los pacientes. Según Acosta y otros (2019), el SB se define como “una condición caracterizada por agotamiento mental progresivo, despersonalización y baja realización profesional; se observa con mayor frecuencia en personas que trabajan directamente con otras personas” (p. 3)
Dicho término, indica Gil (2018) fue utilizado por primera vez por el psicólogo clínico Herbert Freudenberger (1974) para definir el desgaste extremo de un empleado. Agrega el autor precitado, que es también denominado síndrome de desgaste profesional, síndrome de desgaste ocupacional (SDO), síndrome del trabajador desgastado o síndrome de quemarse por el trabajo, es cada vez más frecuente en profesionales, quienes trabajan en contacto directo y continuo con individuos, con los cuales establecen relaciones interpersonales, donde el profesional se involucra emocionalmente.
A título ilustrativo, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2019) indica que la prevalencia a nivel mundial de este síndrome en personal de salud varía entre 2,2% y 69,2%. En este orden de ideas, Castañeda y García (2019), reporta que dicho síndrome en el personal de enfermería se considera como un riesgo profesional importante para ellos, ya que son propensos a presentarlo debido a la naturaleza específica de su trabajo. Recientemente, en Estados Unidos, la creciente evidencia ha despejado dudas sobre lo que está ocurriendo con los profesionales de enfermería de ese país, ya que más del 50% de ellos están “quemados” por el trabajo clínico según Nguyen citado en Bergonzoli y otros (2021); es claro que se está frente a una situación epidémica. De igual manera, los autores mencionados plantean que el SB afecta al 49% de las enfermeras menores de 30 años y al 40% de las mayores. La repercusión económica de dichas afecciones es alta, como se puede deducir de los datos sobre el ausentismo laboral y la renovación del personal. Más del 10% de las reclamaciones con respecto a enfermedades laborales se atribuye al estrés en el trabajo.
En países europeos, americanos y asiáticos se evidencia una prevalencia variable del síndrome, pues las cifras reportadas oscilan desde el 2.7% hasta el 86.5%. Por ejemplo, en Hispanoamérica, el síndrome se detecta con una frecuencia del 12.2%; en América del Sur del 2.7% al 86.5%; en Norteamérica del 22% al 45.4%; en Europa del 4% al 55%; en Asia es del 47.9%; en Centroamérica y el Caribe del 17% al 25%; y en México del 21.5% al 51.3%. (Castañeda y García, 2019, p. 4).
Como factores de riesgos presentes, Durán y otros (2021) expone que:
las condiciones de trabajo, las exigencias excesivas de este, las expectativas del trabajador, el clima organizacional y las propias características del profesional, así como su capacidad de ajuste a situaciones estresantes han contribuido a que el SB afecte cada vez más a un mayor número de profesionales (p. 2)
Lo que significa, que el contexto laboral de los profesionales de enfermería está definido por problemas relacionados con condiciones laborales marcadas por la participación de riesgos psicosociales, jornadas extenuantes y extensas, sobrecarga de trabajo, turnos rotatorios, cambios de servicio no programados y estrés por presencia de situaciones críticas y demandantes con los usuarios, familiares e incluso con colegas y profesionales del equipo de trabajo. Estos hechos pueden conducir a una tendencia progresiva en el desarrollo de riesgos ocupacionales que a su vez pueden originar alteraciones fisiológicas. De esta manera, la jornada de trabajo se convierte en un elemento que favorece el desgaste el personal y el ambiente organizacional incrementa los problemas y entra en agotamiento emocional, frustración volviéndose cada vez más estresantes, incluso amenazantes.
En este orden de ideas, mencionan Gómez y otros (2017) que existen “ estudios informan de que las enfermeras con mayor edad, mayor antigüedad laboral, ansiedad y depresión, entre otras variables, presentan mayores niveles de burnout, mientras que aquellas con mayor sueldo, satisfacción laboral alta, apoyo de la organización y buen autoconcepto lo padecen menos” (p. 3) En la misma dirección Vargas y otros (2014) exponen que la posibilidad de padecer SB “aumenta en un 23% en las enfermeras por cada paciente adicional en su carga de trabajo” (p. 6). La relación de una enfermera a cinco pacientes es considerada aceptable, pero cuando esta se incrementa, se asocia con el síndrome, y más del 40% de las enfermeras de los hospitales suelen tener una relación de uno a ocho pacientes.
Basado en lo anterior es necesaria identificar aquellos factores de riesgos presentes en los ambientes laborales, específicamente en los entornos hospitalarios cuyas exigencias en los distintos servicio o unidades difiere de la demanda de usuarios o pacientes, tal como es el caso de las unidades de emergencia cuyas características de condición laboral son más demandantes, no sólo por intervenciones rápidas, cuidados continuos, situaciones inesperadas donde está comprometida la vida del paciente y la cantidad de usuarios atendidos que sobrepasa la capacidad de atención del personal.
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