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Capítulo 4. La voz de los escritores de cine

Cuando se realiza una investigación, sea periodística o académica, una de las herramientas esenciales para adquirir información y datos que enriquezcan el trabajo en cuestión es la entrevista.

Conocer cómo viven, piensan, miran, experimentan, se inspiran, opinan y laboran los escritores que hacen nuestro cine nacional es indispensable para saber, desde su trinchera y su punto de vista, las carencias, los problemas, los aciertos, las necesidades y la importancia que tiene su labor como guionistas en la filmografía mexicana.

Algunos nacidos en otros países como Australia o Argentina, otros mexicanos de origen. Mujeres y hombres involucrados en las letras y en la construcción de imágenes a partir de ellas.

Con diversas propuestas y distintas posiciones, algunos de ellos contemporáneos, otros cimentados en el cine mexicano de los 70 o los 90. Propulsores de un cine distinto, con un público diferente entre sí. Cada uno de los entrevistados se entrega apasionadamente a su profesión, a la narrativa fílmica, y cada uno ama y sufre de diferente manera los retos que eso implica.

Mientras unos lanzan una dura crítica contra el estableishment cinematográfico, donde el director es la figura creativa esencial, otros la defienden y abogan por una filmación colectiva. También ponen el dedo en la llaga contra la falta de profesionalización de guiones, los pagos por trabajo y hasta las decisiones de los productores.

Igual revive el debate de los conceptos ¿guión u obra? ¿literatura o herramienta de producción? , ¿escritores o guionistas? Sin dejar de lado el grave problema de exhibición en México. Algunos sostienen que esto último también afecta al desarrollo de los guionistas en México, otros aducen que el problema es mucho más profundo.

Aunque con disensos, al final une a los entrevistados la noción de que el escritor o guionista es una figura fundamental para impulsar y hacer resurgir la industria del cine mexicano, cuya importancia y trabajo se debe apreciar más para lograr la producción de un mejor cine.

 El pago y los productores, los principales problemas de los guionistas: Xavier Robles

El cielo amenaza con lluvia, y la cumple, mientras camino por una calle de privadas al sur de la Ciudad de México. Entro por la calle que me indicó vía telefónica la esposa de Xavier y me dirijo hacia el pórtico.

Una mujer de estatura media, cabello corto y sonrisa amable me abre y me hace entrar. La lluvia empieza a caer lentamente. Paso por un pequeño patio y llego a la casa.

Un olor a café y madera impregnan la atmósfera. Un gran perro labrador está echado en un cesto bajo las escaleras. En la sala comedor las paredes están tapizadas de pósters de películas,  de libros y, al fondo, los premios que ha ganado el escritor.

El señor Robles me saluda, toma asiento y me pregunta sobre mi trabajo. Su esposa me ofrece café. Le platico sobre mi proyecto y él parece dispuesto a hablar. Abre una cajetilla de cigarros y comienza a fumar, mientras su voz grave e irónica está dispuesta a responder mis preguntas.

Xavier Robles ha trascendido en la cinematografía mexicana por ser uno de los autores que más énfasis pone a la crítica política y social. Ejemplo de ello son tres obras como: “Rojo Amanecer”, “Las Poquianchis” y “Bajo la metralla”.

 Nacido en Teziutlán, Puebla, en 1949, su acercamiento al mundo del cine comenzó en 1975:

Yo era periodista y en esa época escribía libros. Eran libros de consumo popular y entre ellos estaba el de “Las Poquianchis”, para lo cual me fui a trabajar junto con mi compañera de toda la vida, Guadalupe, y logramos obtener una investigación que nadie tenía sobre ellas, incluso una entrevista a las veinte detenidas.

Como consecuencia de eso comenzaron a asaltarme imágenes de cine. Una cuñada, que en aquel entonces era actriz, me dijo: “pues escríbelas”, e hice  un guión, muy malo por cierto, un guioncito sobre mi investigación, un primer tratamiento que hubo sobre las Poquianchis, sin embargo sirvió para que lo conociera Felipe Cazals. 

Felipe Cazals, por su parte, quería filmar la película de “Las Poquianchis” y le había encargado el libro cinematográfico a Tomás Pérez Turrent. Tomás no había conseguido más información al respecto que los Alarmas y una que otra información.

Al preguntar sobre quién tenía información al respecto salió mí nombre. Un día me llamó y me dijo queremos tu investigación, te ofrecemos crédito y lana. Yo lo único que pedí es que me dejaran colaborar en la construcción del libro cinematográfico. Aceptaron y así fue como iniciamos a escribir el libro cinematográfico de “Las Poquianchis”.

Luego nos pusimos a trabajar cada una de las partes que debíamos hacer juntos, todo bajo la dirección y supervisión de Felipe Cazals, quien aprobaba  gustoso las escenas que salían hasta que se terminó el libro y se filmó, y así fue cuando encontré mi vocación de dedicarme a escribir para el cine.

Aunque se ha convertido en uno de los referentes del guión en nuestro país, Robles afirma que ni siquiera le pasaba por la mente escribir, pues a los 17 años andaba de bracero en Estados Unidos y a los 19, ya de regreso, se volvió parte del movimiento estudiantil del 68. Un año después del movimiento se vuelve periodista.

Mi papá era un escritor de teatro reconocido y por un conflicto de autoridad con él, rechazaba todo lo que tuviera que ver con mi padre, por eso ni siquiera me imaginaba ser un escritor.

En total, son 30 guiones cinematográficos que han sido creados por Xavier Robles, destacan “¡Qué viva Tepito!” de 1981, filme sobre una vecindad en el barrio bravo donde muere una mujer con quienes todos los demás vecinos tenían relaciones estrechas; “Bajo Metralla”, película estrenada en 1982 que retrataba los intentos de una guerrilla urbana por atacar a un gobernador, y que le dio el premio Ariel al Mejor Guión;  “Los Motivos de Luz”, que le redituó la Concha de Plata en 1985, una historia sacada de la nota roja sobre una mujer que mata a sus hijos, y “Rojo Amanecer”, una película sobre una familia en Tlatelolco que vive desde su departamento la matanza estudiantil del 68, también premio Ariel al Mejor Guión.

Además de escribir en revistas especializadas, dictar diplomados de guión y haber fundado el colectivo de escritores El Garfio, su pasión por el cine lo ha llevado a escribir y realizar su ópera prima como realizador, “Crímenes y Tv”, que se detuvo por falta de financiamiento, pero está en proceso de terminarse.

Para Robles, el escritor es el único que hace diferente a una película y es fundamental su creación: “no es lo mismo  una película de Buñuel- Carrieré que una de Buñuel- Alcoriza, son diferentes tipos de películas”.[pic 1]

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