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Enviado por anra • 17 de Octubre de 2014 • 781 Palabras (4 Páginas) • 205 Visitas
Sobre la infidelidad I parte:
La infidelidad es la materialización del pensamiento de infidelidad no es un hecho espontaneo o involuntario es una acción totalmente deliberada, la infidelidad es la culminación de un proceso que comenzó con un pensamiento por lo tanto es una decisión y como toda decisión surge de un razonamiento previo, decidimos ser infieles y somos conscientes del daño que hacemos, es un hecho. Los únicos actos que realizamos ajenos a nuestra voluntad son los actos reflejos de ahí en más somos responsables de nuestras acciones, no hay excusa para la infidelidad cada quien hace en el momento presente exactamente lo que quiere/desea hacer ya sea que le beneficie o le perjudique.
Mientras exista el pensamiento existe la posibilidad si queremos erradicar la posibilidad de ser infieles debemos disolver el pensamiento que la conforma, en primera medida separar el sexo de la lujuria que no es otra cosa que la forma más baja del impulso sexual es desordenada e incontrolable, promiscua en esencia. La lujuria se alimenta de tres elementos básicos (lo nuevo-lo prohibido-lo peligroso) insostenibles en una relación duradera. Es necesario erradicar la lujuria para que nazca la castidad y no hablo de esa ridícula concepción de castidad que se basa en la abstinencia, la castidad es la integración de la sexualidad corporal y espiritualmente e implica un aprendizaje del dominio de sí que es una pedagogía de la libertad humana. El hombre comprende sus pasiones y obtiene paz, o se deja dominar por ellas y se hace miserable.
Es indispensable comprender estas pasiones para eliminar los pensamientos que la corrompen de lo contrario estamos expuestos a ser infieles cuando las condiciones necesarias se conjuguen, confiar en que el auto-control nos mantendrá a raya es una pretensión ingenua el deseo sexual se origina en una parte primitiva del cerebro luchar contra ella es difícil, contra-natura y genera resistencia pero puede enfocarse de forma correcta (sin lascivia) en la persona correcta. La capacidad de decidir no hacer una cosa después de haber desarrollado la intención de hacerla es inconsistente y débil más si está el impulso sexual de por medio, por eso es muy común ver una persona con cierto grado de moralidad envuelta en una situación de infidelidad decir que no debería hacerlo, que está mal, que hay que parar, mientras continua besándose o quitándose la ropa. El autocontrol es una mala estrategia no garantiza nada basta con mirar el mundo promiscuo en que vivimos, “todo árbol que no da buen fruto debe ser cortado de raíz” la mejor opción desintegrar la posibilidad desde su origen, erradicar el pensamiento, nadie hace lo que no tiene en la cabeza ni aun en estado de ebriedad. Ahora si damos pie a la situación es complicado, en el proceso de flirteo liberamos una serie de químicos como hormonas sexuales testosterona, estrógeno y feromonas; si la atracción es más que física
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