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GENETICa De La Violencia


Enviado por   •  26 de Mayo de 2013  •  5.629 Palabras (23 Páginas)  •  473 Visitas

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GENETICA DE LA VIOLENCIA

Enfrentar el tema de la Violencia exige una

clarificación conceptual de lo que entendemos

por ella. Es una tarea difícil por su carácter

ubicuo y multiforme. Ofrece muchas facetas que han sido el motivo de análisis y proposiciones de muchas disciplinas con sus particulares puntos de vista.

En esta revisión bibliográfica pretendemos actualizar algunos hallazgos que apuntan preferentemente a los estudios genéticos recientes ya sea por investigaciones epidemiológicas o de biología molecular.

Los autores no refieren posibles conflictos de interés.

Por cierto que aparecen en primer lugar la insoslayable definición de lo que se entiende por Personalidad Psicopática Antisocial. Nos hemos adherido al concepto del DSM IV, que establece como característica esencial de este trastorno de la personalidad, la existencia de un modelo de conducta “que desprecia y viola los derechos de los demás y que comienza en la infancia o en la temprana adolescencia y que continua en la adultez”.

“Ellos pueden realizar actos que son causales

de arresto, tales como, destruir la propiedad, atacar, robar o involucrarse en ocupaciones ilegales. Las personas con este desorden desdeñan los deseos, los derechos de los otros”. Como criterio A3, el DSM IV agrega “las decisiones son hechas por el imperativo del momento, sin reflexión y sin consideración por las consecuencias sobre si mismo y sobre los demás”… En otro acápite el DSM IV agrega “estos individuos tienden a ser irritables y agresivos y repetitivamente se involucran en riñas o comenten actos de violencia física”.

La definición del DSM IV tiene mucho de común con la personalidad Sicopática que Kurt Schneider calificó como desalmados: “sujetos que carecen de compasión, vergüenza, sentido del honor, remordimiento y conciencia moral” …. “Los desalmados criminales no deberían hacernos olvidar que también existen los desalmados sociales, naturalezas duras… que caminan sobre cadáveres”.

Obviamente no toda conducta criminal puede

adscribirse al concepto de personalidad Psicopática Antisocial. Acontece sin embargo, que la mayor parte de los trabajos sobre la violencia o agresión, se refieren a este universo restringido de individuos que cumplen en presidio, condenas por actos delictuales que han implicado violencia y en que los victimarios han actuado con

discernimiento.

La investigación genética de la violencia se extiende a otras patologías bien caracterizadas, como por ejemplo, la Esquizofrenia en el afán de hallar uno o más genes que condicionan una alteración

neuroquímica que explique el comportamiento

violento.

Desviación de la norma estadística

¿Es la conducta criminal un comportamiento

inusual y atípico? ¿Es comparable con la esquizofrenia que afecta al 1% de la población? Adrián Raine(2) expresa que la conducta criminal depende de dos factores:

1. Como se define el crimen y

2. Cuan severo es éste desorden

Cuando el crimen se define en término de condena por una lista standard de agresiones en Inglaterra, el 28,3% de los reos son hombres y el 5,3% son mujeres. La edad media de registro del crimen es 25 años. Otra estadística del Reino Unido,

basada en acusaciones de ofensas criminales

o severas agresiones, establece un 43,6% de hombres y un 14,7% para mujeres, lo que da un término medio de 29,2%. En Dinamarca estos valores son menores y para Estados Unidos mucho mayores(4).

Visher y Roth en USA(5), en una extensa revisión de la participación en carreras criminales, concluyen que alrededor del 25 a 35% de los hombres urbanos, serán arrestados al menos una vez, por algún delito en su vida.

¿Podemos decir que son Psicópatas Antisociales todos los que comenten algún delito en su vida? Obviamente no, pero hay un grupo relativamente numeroso que comenten pequeños delitos a lo largo de su vida. Mednick(6) en Copenhagen, reportó que el 1% de la población, era responsable de más de la mitad de los delitos entre 30.000 hombres. En Estados Unidos estas cifras son 10 veces mayores.

En resumen, la noción que el crimen es una

categoría Psicopatológica, se aplica a ese pequeño grupo de “recidivistas”, delincuentes mayores porque ellos tienen probablemente una predisposición intrínseca para el crimen, que contrasta con algunos delincuentes, que transgredieron la ley una sola vez por situaciones contingentes y específicas.

Robert Hare(7) pone a prueba los criterios de

Personalidad Antisocial del DSM III cotejándolos con la escala de Cleckley(8) de evaluación de la personalidad Psicopática.

Aplica ambos métodos de evaluación a una

población de 246 hombres convictos. Dos clínicos concordaron que el 39% de los reos mostraban los rasgos de Desorden de Personalidad Antisocial.

Hubo una apreciable grado de concordancia

entre el diagnóstico hecho por el DSM III

y la evaluación por la escala de Psicopatía de

Cleckley. La concordancia fue de 0,83.

Aspectos neuroconductuales de la

violencia

La Conferencia de Declaración de Consensos de Appen(9) sobre los aspectos neurológicos implicados en la violencia señala muchas dificultades. Primero, la causa de la violencia es multifactorial y una simple correlación entre la disfunción cerebral y un acto violento es raramente posible.

La violencia suele ocurrir en un contexto social y, otros factores que no son biológicos están involucrados, tales como stress emocional, pobreza, promiscuidad, alcohol y otras drogas, abuso infantil y desintegración de la familia. La proclividad neuroconductual puede no conducir indefectiblemente a conductas reprobables y muchos individuos con alteraciones cerebrales no cometen actos delictuales.

Un segundo problema apunta a que muchos

estudios de la literatura son retrospectivos o simplemente anecdóticos y el tamaño de las muestras son reducidos y con frecuencia inconsistentes.

Un tercer escollo se refiere a la heterogeneidad de los fundamentos del diagnóstico. A veces clínico, o de neuroimágenes o de evaluación

neuropsicológicas o de análisis químico.

Cuarta y tal vez la última, es la objeción que

las poblaciones estudiadas corresponden a reos con severas alteraciones neurológicas o con trastornos psiquiátricos que han sido encarcelados y hospitalizados.

Por consiguiente los resultados son sesgados

por el uso de informes oficiales, que dejan sin detectar otros individuos violentos en el seno de la sociedad. Por lo tanto, el potencial de violencia en la población en general no es evaluado y por consiguiente es impredecible.

Parece

...

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