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GEOGRAFIA

lpibis16 de Enero de 2013

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HISTORIA DEL MOVIMIENTO COOPERATIVO LATINOAMERICANO

La historia del movimiento cooperativo latinoamericano se divide en cuatro grandes momentos:

• De finales del siglo XIX a 1930

En esta etapa se inicia y se desarrolla el cooperativismo en los países australes: Argentina, Brasil, Uruguay y Chile promovido por inmigrantes europeos. Especialmente franceses, alemanes y suizos.

• A partir de la gran depresión de 1930 a 1960

Como resultado de la gran depresión económica iniciada en la bolsa de Nueva York a finales de 1929, sus repercusiones se materializaron en América Latina desde los comienzos de 1930. Fue entonces, bajo la orientación del gobierno norteamericano y las uniones de crédito cooperativas estadounidenses, cuando los gobiernos latinoamericanos se propusieron fomentar el cooperativismo.

Es a raíz del fenómeno de la gran depresión de 1930 cuando se inicia el cooperativismo en la mayoría de los países andinos: el Caribe y Centro América. Bajo ese primer aliento nacerían cooperativas de consumo y ahorro y crédito promovidas por el Estado, patronos y organizaciones religiosas.

En 30 años, los resultados fueron inconsistentes y precarios con pequeñas cooperativas carentes de principios doctrinarios y de ideología cooperativa, con poco radio de acción y menor dominio sobre comunidades. Finalmente, escasa contribución de otras actividades cooperativas.

• Fomento de Cooperativas Agrarias (1960-1970)

En este lapso se promueven iniciativas tendientes a impulsar programas de reforma agraria con base en cooperativas de producción, suministro de insumos y comercialización.

Durante esta época, se plantearon programas de reforma agraria que circunscribían la viva participación de cooperativas en la mayoría de los países latinoamericanos. Dichos programas fueron de tipo secundario. Es decir, no apuntaban a quebrar la estructura latifundio-minifundio imperante pues recaían sobre: tierras excedentes de los grandes latifundios con presencia de conflictos sociales, regiones marginales o de colonización o sobre territorios atrasados con presencia predominante indígena.

• El período Neoliberal

Esta etapa comenzó entre las décadas de 1970 y 1980 con la admisión del neoliberalismo como propuesta para la Modernización de Estados y Sociedades. Esto, gracias a la globalización económica y al poder regulatorio de las leyes del mercado con la consecuente apertura de las economías nacionales hacia el mercado mundial y la libre circulación de capitales y mercancías.

Durante la implantación del modelo neoliberal, el cooperativismo fue uno de los medios sociales más afligido. Esto se debe, en primer lugar, por su debilidad doctrinaria e ideológica. En segundo lugar, a la agresiva competencia entre cooperativas por ganar clientela, y por último, la falta de cambios estructurales para institucionalizar al cooperativismo.

LA EVOLUCIÓN

El cooperativismo ha sido probado en las más diversas actividades y disciplinas. Para todas las cooperativas es fundamental el voto de los cooperativistas, asociados libremente y por propia voluntad, ya que cada uno de los asociados es -sin duda- el nervio impulsor del movimiento. Pero ese mismo crecimiento -que hizo que las cooperativas fueran adquiriendo importancia y haciendo más complejo su funcionamiento por las modernas técnicas de producción y distribución- el ejercicio original de la “democracia directa” debió convertirse en “democracia indirecta”, actuando los cooperativistas por medio de representantes en quienes delegan los derechos de intervenir en las asambleas y consejos administrativos.

Las cooperativas conservan una premisa ética de solidaridad intransferible: cada socio nuevo goza de los mismos beneficios que los socios fundadores, aún cuando los iniciadores tuvieron a su cargo crear la infraestructura de la institución e incorporaron los bienes de cuyos beneficios van a disfrutar todos los socios, en igualdad de condiciones.

Además la capacitación y especialización en temas cooperativos se ha hecho una necesidad insoslayable para los cooperativistas para el mantenimiento y expansión de cada institución. Y para asegurar esta Educación Cooperativa, los estados nacionales -que han comprobado los beneficios de todo orden que el sistema trae a las comunidades- han incorporado la teoría y práctica del cooperativismo como materias de programas de estudio en los todos los niveles de educación formal. Queda en cada cooperativista comprobar las ventajas y trabajar en pos de difundir y acrecentar este sistema.

NUEVAS FORMAS COOPERATIVA

Por estos días, están surgiendo nuevas formas de cooperativas de pequeña dimensión que se centran especialmente en algunos sectores (prestaciones sociales y sanitarias, desarrollo local y regional, educación, alojamiento, servicios a las empresas y servicios basados en el conocimiento). Su existencia está siendo de gran importancia para las mujeres como fuente de empleo y de experiencia de gestión. Estas nuevas iniciativas, además de presentar muchas de las cualidades de las PYME que se han puesto en marcha recientemente, ofrecen ventajas especiales derivadas de su forma cooperativa:

 Su independencia de la inversión exterior les permite generar empleo allí donde las empresas tradicionales no lo hacen (en zonas urbanas e industriales en declive, en regiones escasamente pobladas, entre personas que corran el riesgo de la exclusión social).

 Sus bases de asociación pueden hacer de ellas empresas social, económica y tecnológicamente innovadoras.

 Su estructura organizativa promueve el espíritu de empresa entre grupos que, de otra forma, podrían tener limitado el acceso a las responsabilidades de gestión.

 Sus amplios objetivos impulsan el bienestar y la prosperidad de muy diversos interesados.

 Sus estructuras participativas pueden materializar, con la cooperación entre esos diversos interesados, el potencial local o regional que se halle en estado latente; presentan, además, un altísimo índice de mujeres empresarias.

En el mundo, la forma cooperativa está adoptando hoy vías innovadoras que merecen ser destacadas y, en su caso, impulsadas o imitadas. Con frecuencia, esas vías no son sino reinvenciones o nuevas aplicaciones de ideas cooperativas ya existentes. En el caso de algunas, son factores locales los que explican su éxito en un contexto nacional determinado, pero la mayoría de ellas funcionan bien debido a su propia naturaleza cooperativa y podrían así aplicarse en cualquier parte. Como ejemplos pueden citarse los siguientes:

Ferias de consumo familiar: vinculación asociativa entre productores y consumidores en condiciones de equidad y participación comunal, tanto urbana como rural. Tienen como base a amplios grupos de población urbana, la que se organiza para recepcionar en un espacio y un día determinado la producción de los campesinos organizados, de acuerdo a los productos que comercializan (32).

En ella, los productores obtienen mejores precios y los consumidores adquieren sus productos a un 15 ó 30 por ciento más bajo que en los mercados tradicionales. Además, todos los productos se venden a un solo precio promedio por kilo (ejemplo una bolsa que contiene diversos productos agrícolas tiene un valor promedio igual). En estas ferias también se ofrecen productos industriales obtenidos al por mayor, por lo que su precio también oscila entre 7 y 15 por ciento más bajo que en los mercados aledaños.

La importancia de las ferias es grande pues moviliza semanalmente varios miles de toneladas de productos y beneficia a varios cientos de miles de personas, generalmente de zonas urbanas deprimidas.

La gestión la llevan a cabo pequeños grupos de personas especializadas (12 ó 15) por feria y la mayor parte de la organización y promoción se hace gracias al concurso voluntario de los vecinos. (Venezuela, Bolivia y Colombia).

Empresas comunitarias, sociedades anónimas y cooperativas que no se denominan cooperativas. Ante las dificultades e injerencia excesiva del Estado se conforman empresas de carácter solidario bajo la denominación de sociedad anónima Son empresas formadas por trabajadores para crear o consolidar una fuente de trabajo en forma colectiva y sustentada en la mutua cooperación. Prefieren la denominación de sociedad anónima por las facilidades para su constitución, la mayor simplicidad para su organización laboral y gestión interna, menor grado de control y supervisión del Estado y mayor grado de autonomía. En esencia son empresas de gestión democrática bajo la modalidad jurídica de sociedad anónima.

Se rigen por tres principios (33), ellos son: Todas las acciones son de propiedad de los trabajadores de la empresa, ningún trabajador puede tener más acciones que otro y cuando alguien se retira, otro trabajador las adquiere, la retribución es una función del trabajo.

En cuanto a su dimensión son pequeñas y medianas (17 trabajadores promedio). Resultan interesantes por la rapidez con que pueden organizarse (cuatro trabajadores como mínimo), su autonomía y la preferencia del gobierno para la privatización de ciertos servicios públicos. Si bien la gestión interna es regida por los principios de la empresa mercantil (votos en función del capital) muchas de ellas tienen una función democrática y participación igualitaria entre sus miembros, en particular las formadas por profesionales. (Perú, Bolivia, Colombia).

Precooperativas y cooperativas de microempresarios. Son modalidades de carácter temporal y reciben un acompañamiento especial debido a que son

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