Geografia De Conflictod
Enviado por yeyiiis • 4 de Julio de 2013 • 2.571 Palabras (11 Páginas) • 281 Visitas
La nueva geografía de los conflictos internacionales
Por Michael T. Klare
Del Foreign Affairs En Español, Verano 2001
Michael T. Klare imparte la cátedra Five College of Peace and World Security
Studies en el Hampshire College y es autor de Resource Wars: The New
Landscape of Global Conflict.
INTERESES VITALES
En octubre de 1999, en una rara alteración de la geografía militar de Estados
Unidos, el Departamento de Defensa cambió el mando general de las fuerzas
estadounidenses en Asia Central al trasladar la Comandancia del Pacífico a la
Comandancia Central. Esta decisión no produjo titulares en la prensa ni otras
muestras de interés en Estados Unidos, y sin embargo representó un cambio
significativo en el pensamiento estratégico estadounidense. Asia Central se había
considerado antaño un asunto periférico, un rincón alejado de las principales áreas
de responsabilidad de la Comandancia del Pacífico (China, Japón y la península
de Corea). Pero esa región, que se extiende de los montes Urales a la frontera
occidental de China, se ha convertido hoy en importante objetivo estratégico
debido a las grandes reservas de petróleo y gas natural que se cree que yacen
bajo el Mar Caspio y sus alrededores. Como la Comandancia Central ya tiene a su
cargo las fuerzas de Estados Unidos en la región del Golfo Pérsico, su toma del
control sobre Asia Central significa que esta área recibirá ahora una atención más
cercana de parte de aquellos cuya tarea primaria es proteger el flujo de petróleo
hacia Estados Unidos y sus aliados.
La nueva preeminencia de Asia Central y de su potencial riqueza petrolera no es
sino un signo de una transformación mayor en el pensamiento estratégico
estadounidense. Durante la Guerra Fría, las áreas de mayor interés para los
planificadores militares eran las de confrontación entre Estados Unidos y el bloque
aliado soviético: Europa Central y del sureste y el Lejano Oriente. Sin embargo,
desde el fin de la Guerra Fría, estas áreas han perdido mucha de su importancia
estratégica para Estados Unidos (salvo, quizá, por la zona desmilitarizada entre
Corea del Norte y Corea del Sur), en tanto que otras regiones –el Golfo Pérsico, la
cuenca del Mar Caspio y el mar de la China Meridional– están recibiendo cada vez
mayor atención del Pentágono.
Tras ese cambio de la geografía estratégica hay un nuevo énfasis en la protección
al suministro de recursos vitales, sobre todo el petróleo y el gas natural. Mientras
en la era de la Guerra Fría se creaban divisiones y se formaban alianzas siguiendo
lineamientos ideológicos, en la actualidad la competencia económica rige las
relaciones internacionales y, por lo mismo, se ha intensificado la competencia por
el acceso a esas vitales riquezas económicas. Como cualquier interrupción en el
abastecimiento de recursos naturales tendría graves consecuencias económicas,
los principales países importadores consideran hoy que la protección de ese flujo
es una importante preocupación nacional. Además, con un consumo global de
energía cuyo aumento se estima en 2% anual, la competencia por el acceso a las
grandes reservas de energéticos sólo puede ser más intensa en los años
venideros.
Por consiguiente, los funcionarios de seguridad han empezado a prestar una
atención mucho mayor a los problemas que origina la creciente competencia por el
acceso a materias primas cruciales, en especial aquellas que, como el petróleo,
con frecuencia yacen en áreas en disputa o políticamente inestables. Como
observó el Consejo de Seguridad Nacional en el informe anual sobre política de
seguridad redactado en 1999 por la Casa Blanca: "Estados Unidos seguirá
teniendo un interés vital en asegurar el acceso a los suministros de petróleo del
exterior". Por tanto, concluía el informe, "debemos mantenernos conscientes de la
necesidad de estabilidad y seguridad regionales en áreas clave de producción, a
fin de garantizar nuestro acceso a esos recursos tanto como su libre circulación".
LÍNEAS DE FALLA
Desde luego, la preocupación por el acceso a los recursos globales ha sido
durante mucho tiempo tema importante en la política de seguridad
estadounidense. Por ejemplo, en la década de 1890, el capitán Alfred Thayer
Mahan, destacado estratega naval de la nación, obtuvo un apoyo generalizado al
sostener que Estados Unidos necesitaba una flota numerosa y capaz a fin de
reforzar su posición como potencia comercial en el mundo. Esta perspectiva
también moldeó el pensamiento geopolítico de los presidentes Theodore
Roosevelt y Franklin Delano Roosevelt. No obstante, durante la Guerra Fría las
preocupaciones por los recursos se subordinaron con frecuencia a las
dimensiones políticas e ideológicas de la rivalidad entre Estados Unidos y la Unión
Soviética. Apenas ahora, cuando la Guerra Fría ha terminado definitivamente, la
garantía de acceso a materias primas vitales vuelve a adquirir una posición central
en la planeación de la seguridad estadounidense.
La prueba de esta reanimación del interés por los recursos fue especialmente
clara el año pasado, durante la escasez global de petróleo y gas natural. En
agosto de 2000 el presidente Bill Clinton voló a África con la esperanza de obtener
petróleo adicional de Nigeria –en la actualidad uno de los principales
abastecedores de Estados Unidos– y alentó a los estados del Mar Caspio a
acelerar la construcción de nuevos oleoductos con destino a Europa y el
Mediterráneo. Entretanto, el entonces gobernador de Texas George W. Bush se
valió de los debates de la campaña presidencial para exigir la exploración de
petróleo y gas en los territorios vírgenes de Estados Unidos, a fin de reducir la
dependencia nacional de los suministros del extranjero. Una vez electo, una de
sus primeras iniciativas de política exterior fue su reunión con el presidente de
México, Vicente Fox, para discutir propuestas destinadas a aumentar el flujo de
energéticos de ese país a Estados Unidos.
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