Globalizacion
Enviado por YonHye • 20 de Noviembre de 2013 • 2.348 Palabras (10 Páginas) • 259 Visitas
LA GLOBALIZACIÓN: CONCEPTOS GENERALES
El proceso de profundización de la división internacional del trabajo, a raíz de los cambios tecnológicos sin precedentes en la estructura de la economía mundial en la segunda mitad del siglo XX, en los campos de la electrónica, especialmente de la microelectrónica, las telecomunicaciones, la informática, la biotecnología, la ingeniería genética, la sustitución de materiales, los medios de transporte, etc., ha contribuido a una mayor integración de las naciones dentro del complejo tejido del sistema planetario de interconexiones económicas, políticas y culturales. Esta situación ha sido caracterizada por los medios académicos, políticos y empresariales como el fenómeno de la globalización, sin que haya consenso sobre el significado de dicho término. En realidad, el concepto de globalización tiene connotaciones de tipo ideológico, socioeconómico, político y cultural.
Desde el punto de vista ideológico la globalización es el argumento neoliberal que trata de justificar la inevitabilidad de someter el desarrollo de los países a los dictados del mercado, bajo el supuesto de la igualdad de oportunidades para todos. Es en este marco que se ha intensificado el proceso de apertura de los países menos desarrollados, como condición para la supuesta inserción competitiva en los mercados internacionales. No obstante, la realidad dista mucho del planteamiento teórico, pues en la práctica globalización no significa homogeneización de las economías, sino más bien profundización de la brecha económica y tecnológica entre los países más desarrollados y el resto de naciones del planeta. En este sentido el concepto de globalización viene a ser como el pretexto para ampliar el dominio del capital transnacional sobre las economías menos avanzadas, a través de los flujos de capital de préstamo y de inversiones directas, así como de la penetración de los medios de comunicación masiva.
Aunque los voceros del capital transnacional muestran la globalización como el resultado aparentemente lógico de la expansión del mercado a escala planetario, este enfoque tiene detractores aún en sus propias filas. Uno de los magnates de la especulación financiera, George Soros, pone en entredicho la supuesta efectividad de la economía sustentada en lo que el llama el "fundamentalismo del mercado", al cual responsabiliza de que "el sistema capitalista global carezca de solidez y sea insostenible" (SOROS, 1999:22)
Esta reflexión es importante, toda vez que la Universidad, incluyendo la Universidad pública, ha ido descendiendo en su escala de valores al pragmatismo mercantil, a tal punto que el criterio economicista, cortoplacista, termina imponiéndose a la búsqueda de la excelencia académica y científica, limitando de esta manera su papel en la transformación del entorno socioeconómico dentro del cual está inserta. Es cuestión de ética, de compromiso con la sociedad en su conjunto, lo cual no es típico de la economía orientada solamente por la "mano invisible" del mercado. La fetichización de este último no ha hecho más que promover el consumismo desaforado en las naciones más desarrolladas, produciendo el creciente deterioro del medio ambiente y el agotamiento de los recursos naturales del planeta, así como la intensificación del parasitismo económico, especialmente en el campo de la especulación financiera y bursátil, lo cual ha generado una creciente incertidumbre y desestabilización a escala mundial.
En el aspecto socioeconómico la globalización sustentada en el fetichismo mercantil, lejos de solucionar problemas como la pobreza, el atraso económico y el deterioro ambiental, ha profundizado la brecha entre un puñado de naciones privilegiadas y en resto del mundo. Se estima que en la actualidad por lo menos 1200 millones de personas sobreviven en la miseria, con ingresos que no superan un dólar diario, y se prevé que muy pronto esta cifra llegue a los 1500 millones. (Banco Mundial, 1999: 3). Si miramos el mapa económico del mundo, aún asumiendo metodologías generosas, la mayor parte de la producción, el consumo y los avances tecnológicos se concentra en un grupo de países que no representan ni el 20% de la población total de las naciones del planeta. De acuerdo con el último informe del FMI, las 28 economías más avanzadas, que representan apenas el 15.5% de la población mundial, generan el 57.4% del producto y controlan el 77.6% de las exportaciones mundiales de bienes y servicios, al tiempo que 128 países en desarrollo, con el 77.7% de la población planetaria, solo participan en el 36.8% del producto y el 18% de las exportaciones (IMF: table A). La tendencia a la desigualdad se acentúa, pues si hace cuarenta años la renta de los países desarrollados era 30 veces superior a la del 20 por ciento de los más pobres, hace cinco años llegó a ser 80 veces mayor. 67
En este proceso apabullante de la globalización a veces se dejan de lado aspectos como la transculturación, resultado de la profundización de relaciones asimétricas entre los pueblos del mundo. De acuerdo con el SELA, la dimensión cultural es muy importante para poder hacer una lectura coherente del mundo contemporáneo. " Los modelos de economía política y de relaciones internacionales actualmente vigentes no pueden por sí solos explicar, dar sentido y proponer políticas orientadas a la solución de los problemas multidimensionales que hoy enfrentamos"(SELA, 1996)
La globalización ha afectado, para bien o para mal, las culturas dependientes que lenta pero sostenidamente van perdiendo su identidad, al asumir patrones de comportamiento sociocultural a imagen y semejanza de las naciones más desarrolladas. Al mismo tiempo, el resurgir de los nacionalismos y la lucha por el afianzamiento de los valores locales, así como la globalización de los canales de comunicación planetaria, generan nuevas oportunidades para la internacionalización de culturas antes ignoradas.
Pero, independientemente de las contradicciones asociadas al fenómeno de la globalización y de la economía de mercado, especialmente la persistencia de la asimetría tecnológica y socioeconómica entre las naciones, no hay duda de que nos encontramos ante una fase del desarrollo capitalista mundial cualitativamente diferente a la etapa toffleriana de la "segunda ola", caracterizada por el predominio de la gran industria, sustentada en elevadas escalas de producción masiva. El carácter de los cambios tecnológicos ocurridos en las últimas décadas han con conducido al surgimiento de una especie de "nuevo continente sin tierra", en el cual las fronteras convencionales prácticamente desaparecen, dando lugar a la aparición de una "nueva economía" (OHMAE, 2000)
En este nuevo escenario se está
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