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Hacia Donde Se Dirige La Medicina


Enviado por   •  9 de Mayo de 2014  •  7.329 Palabras (30 Páginas)  •  270 Visitas

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La investigación en salud como elemento integrador entre la universidad y los servicios de salud1

INTRODUCCION

La salud ha sido siempre (desde que fue enunciado así en "La Historia me Absolverá") un componente básico de nuestro proyecto social.

La obra concreta de la Revolución ha sido consecuente con 3 ideas básicas:

1. Que la salud es un derecho, no un lujo.

2. Que la salud de todos es responsabilidad de toda la sociedad, no sólo del individuo.

3. Que la salud (así como la educación) no puede verse como consecuencia del desarrollo económico, sino como prerrequisito para el desarrollo económico.

Se han hecho bien las cosas hasta hora. Ahí están las conquistas, los indicadores, el respeto del pueblo a la obra, y el sano orgullo que sentimos por lo alcanzado.

Ahora se trata (en este taller) de analizar lo que hay que hacer para seguir triunfando en el futuro, porque el futuro siempre plantea desafíos nuevos, que requieren, como muchos problemas médicos, "diagnóstico precoz".

¿HACIA DONDE SE DIRIGE LA MEDICINA?

Tres tendencias se identifican claramente:

1. Hacia una medicina más "poblacional" (social o comunitaria, u otro término equivalente).

2. Hacia una medicina más diagnosticadora y preventiva (diagnosticadora del "riesgo" no sólo de la enfermedad).

3. Hacia una farmacopea biológica.

En efecto, cada vez más el centro de gravedad de las organizaciones de salud se sitúa en la salud de la población, en sus indicadores colectivos, en el nivel de cobertura de los servicios, en la profundidad de penetración de las tecnologías, en la evaluación de impacto (resultado final) de las acciones de salud, en la participación de la comunidad, en el enfoque multisectorial, en los determinantes sociales del nivel de salud poblacional. Ello se refleja en la prioridad a la atención primaria y en nuestro caso concreto, al revolucionario Programa del Médico y la Enfermera de la Familia.

Simultáneamente ocurre un desplazamiento hacia atrás de lo que hay que diagnosticar:

-la enfermedad,

- el riesgo y

- la salud positiva.

El concepto de "factor de riesgo" emergió de la medicina poblacional. Pero esta tendencia diagnosticadora se ve ahora reforzada por las nuevas tecnologías que surgen de la masiva aplicación de la computación (las técnicas de imágenes por ejemplo) y de la biotecnología. Cada vez disponemos de más sistemas de inmunoensayo, que nos permiten medir más y más "marcadores". A ello se sumarán pronto las técnicas de diagnóstico por sondas de ADN recombinante (DNA-diagnóstico) y los conocimientos derivados del mapeo del genoma humano.

En nuestro país hemos visto aflorar estas tendencias en el Programa de Inmunoensayo (SUMA), el Diagnóstico Prenatal, el Cardiocid, la Neurónica, etcétera, y el médico debe estar preparado para usar e interpretar información, porque dichas tecnologías penetran cada vez más en el nivel primario de atención. Esta enorme capacidad de medición enriquece el concepto de factor de riesgo y sus posibilidades prácticas.

Por último, la farmacología del siglo xxi promete ser la farmacología de las moléculas biológicas: interferones, citoquinasas, factores de crecimiento y anticuerpos monoclonales, entre otros, lo cual nos llevará a una intervención más "fisiológica" en el proceso salud-enfermedad. Pero ello no implica solamente que habrá nuevos medicamentos. La terapia biológica lleva implícita el concepto de "estratificación del paciente", es decir, la identificación de subgrupos de pacientes (sobre la base de nuevas mediciones) en los cuales determinado tratamiento es aplicable (como sucede por ejemplo en el caso de las mediciones de receptores hormonales para la hormonoterapia en el cáncer de mama) y lleva también implícita la proliferación de mediciones de laboratorio para evaluar el efecto de estas moléculas biológicas.

Hay ante nosotros un enorme desafío (para incluso una contradicción) en la implementación práctica de una medicina cada vez más cercana a la comunidad, y de mayor participación comunitaria, y la implementación al mismo tiempo de una medición que maneja tecnologías más complejas.

Esta contradicción, si la manejamos bien, será sin duda creadora.

En las estrategias sanitarias de otros países vemos ya las consecuencias de manejar mal este problema: medicina de élite altamente tecnológica y sin impacto social en unos casos, atención primaria submédica sin acceso a la tecnología moderna, en otros.

Muchos esperan ya por la respuesta cubana.

El enfrentamiento a estos desafíos no es simple, y tendrá múltiples componentes. Pero indudablemente 3 de ellos son los que se discuten en la sesión de hoy: la investigación, la integración y la Universidad Médica.

INVESTIGACION: LA NUEVA ALFABETIZACION

En 1961 enfrentamos el desafío de la escolarización total. La capacidad de asimilación de conocimientos no podía ser atributo de parte de la sociedad, sino de toda ella. Igual sucede hoy con la capacidad de generación de conocimientos. ¿Por qué?

El determinante esencial del éxito en una función social (en este caso la salud, pero caben ejemplos en otras áreas) también se está desplazando "hacia atrás": disponer de los recursos fue siempre necesario y en una época fue suficiente; después fue necesario disponer de tecnología y capacidad de asimilación de tecnología y el éxito dependía de tener el famoso know how.

Ahora resulta que eso tampoco es suficiente; hace falta además tener capacidad de generar tecnología (es decir, de investigación científica). Ello se debe a su vez, en primer lugar, a que hay varias (a veces muchas) opciones tecnológicas para cada problema y por lo tanto la asimilación tiene un alto componente creativo, y en segundo lugar, a que las tecnologías demoran en ser sustituidas menos tiempo que el que demoran en ser evaluadas. Para ir a la vanguardia hay que manejar tecnologías nacientes, aun imperfectas, insuficientemente evaluadas, cada vez más cercanas al laboratorio de donde salieron. Hacer medicina sobre bases de "ciencia constituida" o "tecnologías medimentadas" equivale a convivir con el atraso. Ya no es una opción viable: o hacemos nosotros nuestra propia investigación, o alguien va a hacer investigación sobre nosotros.

Para estar en la vanguardia hace falta una medicina en la que sin desconocer el estudio de los resultados de otros, las decisiones prácticas cotidianas deriven de los resultados de investigaciones propias.

La investigación científica es más que un apoyo a la política de salud, es parte de la política

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