Historia De La Anestecia
Enviado por erichdb • 28 de Marzo de 2014 • 1.812 Palabras (8 Páginas) • 801 Visitas
A través del tiempo el hombre se ha inquietado y preocupado por mitigar o al menos controlar el dolor físico. En ocasiones con buenos resultados, en otras con menos suerte.
Durante miles de años el hombre ya había experimentado diferentes productos con efectos analgésicos, narcóticos e hipnóticos, como los son los opiáceos, el beleño y la mandrágora, asimismo, también se había ensayado el propinarle un fuerte golpe al paciente para noquearlo y operarlo aprovechando el estado de aturdimiento producido por el fuerte golpe, o se había recurrido también a los efectos de la ingesta de abundante alcohol etílico para mitigar la intensidad de dolor en los pacientes durante los procedimientos quirúrgicos o en sus distintos padecimientos.
Todos estos métodos comenzaron a caer en desuso a partir del siglo XV, debido a la influencia religiosa de la Inquisición. Se hizo una persecución de todas las personas que ejercieran la brujería, la magia negra o rindieran culto al diablo.
En tiempos de Hipócrates y Galeno se dieron los primeros pasos en la lucha contra el dolor con el uso de las esponjas soporíferas. Este sistema consistía en la combinación de mandrágora, beleño y opio. La mandrágora fue usada por muchos pueblos antiguos, incluso se cree que 200 años antes de Cristo era usada como anodina por los babilonios. El beleño es un narcótico suave, de la familia de la belladona, su representante actual es la escopolamina, la cual se mezclaba con morfina para producir el “sueño crepuscular”.
Sin embargo, ninguna sustancia o remedio había resultado lo suficientemente eficaz en el control del dolor, de modo que, sobre todo, en los procedimientos quirúrgicos los pacientes se movían tanto que el cirujano tenía, por obligación, que realizar la cirugía lo más rápidamente posible y con la necesidad de sujetar fuertemente al paciente, ya sea atándolo previamente o bien sometiéndolo con la ayuda de varios ayudantes, resultando las operaciones un acto sumamente sangriento, temido y horripilante.
Realmente la historia de la anestesia como verdadera ciencia en el sentido estricto de la palabra, se inició con los adelantos de la química, especialmente con el descubrimiento de algunos gases en estado puro.
En 1772 Joseph Priestley descubrió el óxido nitroso, pero sólo lo utilizó cómo “gas hilarante”, debido al estado de euforia que producía en quienes lo inhalaban. Años más tarde, en los inicios del siglo XIX, Humphry Davy observó que el óxido nitroso producía un incremento en el umbral de las personas para sentir dolor y fue realmente el primero que propuso su utilización en cirugía, pero su iniciativa no obtuvo respuesta.
El siguiente evento importante es el aislamiento de la morfina a partir del opio por F.W. Saturner en 1806. Este fue el primer alcaloide aislado y muy usado por ser seguro y fácil de manejar. En 1807 aparece la anestesia por refrigeración.
En los albores del siglo XIX, específicamente en 1824, Henry Hill Hickman probó un método en animales que consistía en la producción de un estado de “animación suspendida” secundaria a asfixia por inhalación de dióxido de carbono, lo que según él le permitió hacer operaciones en animales sin causarles dolor, trató en vano de convencer a los científicos de llevar su aplicación a los seres humanos, pero no logró persuadir a nadie de sus intenciones.
Los odontólogos decimonónicos fueron unos de los profesionistas más involucrados en la búsqueda del control del dolor de sus pacientes.
Hacia 1831 ya se conocían los tres agentes (óxido nitroso, éter y cloroformo), sin embargo, aún no se habían utilizado en medicina y cirugía para mitigar y controlar el dolor.
El primero en utilizar el éter sulfúrico con fines quirúrgicos fue Crawford Williamson Long en la ciudad de Jefferson, condado de Jackson, Georgia U.S.A., el 30 de marzo de 1842, pero no publicó sus observaciones, sino hasta varios años después.
Posteriormente, en 1844, el dentista de Connecticut Horace Wells inhaló el óxido nitroso y se extrajo él mismo un diente sin dolor.
A continuación aparece otro personaje quien al igual que el doctor Long estuvo bastante cerca del descubrimiento de la anestesia; se trata del médico E.R. Smilie quien en la primavera de 1844 utilizó con éxito la mezcla de opio y éter para el drenaje de un absceso.
El 15 de enero de 1845 y ante un nutrido público, Horace Wells se dispone a hacer inhalar óxido nitroso a su paciente. Cuando se preparaba para empezar a extraer una muela al paciente, éste comienza a dar gritos desesperados.
El discípulo de Wells, el odontólogo William Thomas Green Morton, empieza a investigar con éter en perros, en sus amigos y en sí mismo.
Tuvo la oportunidad de poner a prueba su método con un paciente que acudió a su consultorio por un terrible dolor de muelas. Le hizo inhalar éter y cuando estuvo suficientemente profundo le realizó la extracción sin que esto le produjera dolor. De aquí en adelante se dedicó a diseñar su pequeño aparato de anestesia que consistía de una esfera de vidrio con fieltro en su interior y dos orificios: uno superior a través del cual se introducía el éter y uno inferior del cual salía la boquilla que iba a la boca del paciente.
Cuando ya estuvo listo le solicitó autorización al profesor Warren para realizar una demostración de su método en el anfiteatro de la escuela de medicina de Harvard. Fijaron la fecha para el 16 de octubre de 1846.
Sin embargo, Morton no apareció en la hora señalada, entonces el Dr. Warren inició los preparativos y rutinas tradicionales en su aterrorizado paciente. Simultáneamente Morton se apresuró en su camino hacia
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