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IDENTIFICACIÓN DE RESTOS ÓSEOS HUMANOS


Enviado por   •  28 de Marzo de 2014  •  15.222 Palabras (61 Páginas)  •  881 Visitas

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TRABAJO N° 04 CRIMINALÍSTICA

IDENTIFICACIÓN DE RESTOS ÓSEOS HUMANOS

Dicente: Eudis Genaro Torres Santa Cruz

I. RESUMEN

El presente trabajo tiene como finalidad resaltar el desempeño del antropólogo físico en la identificación de restos óseos, aportando con sus conocimientos a las ciencias forenses y por ende a la justicia, los que le permiten identificar y diferenciar restos óseos humanos de los que no lo son, estiman la edad, la data de muerte, la raza, la estatura, les permite conocer su grado de robustez, forma del rostro situación nutricional, principales enfermedades que afectaron su estado de salud y dejaron huella en el hueso, las posibles causas de su deceso; así como también diferencian restos óseos tanto de un sujeto masculino como de un femenino.

ABSTRACT

This paper aims to highlight the performance of the physical anthropologist in the identification of skeletal remains, bringing their expertise to forensic science and therefore to justice, that allow you to identify and differentiate human remains of those who are not , estimated age, date of death, race, height, allowing them to determine their degree of robustness, face shape nutritional status, major diseases affecting his health and left their mark on the bone, the possible causes of their death, as well as both differentiated skeletal remains of a male subject and a female.

II. INTRODUCCIÓN

La identificación del hombre como ser individual, poseedor de derechos y obligaciones es necesaria durante su vida y ella debe ser establecida después de su muerte. Al identificar una persona se establece una identidad. La identificación puede hacerse sobre individuos vivos o muertos y sobre estos últimos en cadáveres más o menos reconocibles o sobre sus restos esqueletarios. Sobre este último punto se centra el principal objetivo de la Antropología Forense, es decir, en la posible identificación de restos óseos humanos en un contexto legal, siendo de especial utilidad en los casos en que las víctimas son halladas en avanzado estado de putrefacción, reducción esquelética, mutilación o carbonización. Por medio del estudio de los restos óseos el antropólogo forense puede determinar el sexo, la edad, la raza, la estatura y características propias de cada persona, con el fin de establecer una identidad positiva.

El hueso no es un órgano muerto, como comúnmente se cree; al contrario, participa de las actividades vitales de la persona y aún estando seco y enterrado, es decir, sin vida, continua interactuando con el terreno en que fue depositado.

El antropólogo físico tiene como una de sus tareas principales la identificación de los restos óseos o estimar la antigüedad de los restos; pues han adquirido gran habilidad para reconocer en el terreno no solo la pieza entera, sino fragmentos de huesos, así como hacer un diagnóstico diferencial del tejido óseo humano del que no lo es.

En la anatomía ósea identifican muchas de sus características como: sexo, edad probable que tenía el individuo al momento de su muerte, estatura, robustez, ciertas patologías que dejaron huellas en el hueso, antigüedad y efectos tafonómicos, es decir, el proceso de momificación que experimentan los organismos vivos en su transición desde la muerte hasta que es estudiado por el especialista, ayudando a establecer el momento de la muerte; por lo que puede aplicar tales conocimientos y experiencia a los aspectos legales.

Es evidente la importancia de la participación del antropólogo en la investigación en la escena del crimen, identificación y dictamen judicial; pues el antropólogo físico al contar con los conocimientos necesarios, tanto en el manejo de distintas técnicas arqueológicas como en el estudio de restos óseos, le permiten avanzar en la identificación de los restos esqueléticos; lo cual es un problema, en enterramientos colectivos donde se mezclan elementos óseos de distintos individuos, o en aquellos casos en que son desmembrados de manera intencional por la acción de un asesino psicópata, de restos de personas que han sido expuestos a la acción del fuego de manera accidental o por su victimario en aras de desaparecer toda huella del delito cometido.

En general, la naturaleza de los restos humanos y de evidencias físicas que un antropólogo forense puede examinar para obtener información relevante, abarca un rango que va desde algo tan pequeño como un diente o un simple fragmento de hueso, hasta algo mucho mayor como de segmentos corporales o un esqueleto completo, así como el contexto en el cual los restos fueron encontrados y diferenciar si fue o no el lugar de los hechos o del hallazgo.

Una de las principales metas de la antropología física forense, al analizar los restos humanos recuperados, es su identificación positiva, lo que significa llegar a conocer la identidad del individuo. Para ello se puede llegar a utilizar toda una serie de elementos de confrontación, tales como: detalles anatómicos, tatuajes, restauraciones y prótesis dentales o de otro tipo únicos en el individuo y que evidentemente se manifiestan antes, durante y después de su muerte. Se pude utilizar placas radiográficas que le fueron tomadas en vida por alguna causa, pues en ellas es posible encontrar huellas de lesiones diversas (fracturas, patologías, etc.), este tipo de datos se pueden obtener directamente del cadáver o de los restos esqueléticos, con el propósito de acumular evidencias que en su momento puedan llegar a establecer la identidad del individuo.

En otras situaciones se emplean técnicas de reconstrucción de los detalles fisiognómicos. Por ejemplo, es sabido que del cráneo es posible obtener datos sobre la edad, sexo, procedencia geográfica y adscripción del ancestro, pero también proporcionar una posterior individualización que puede llevar a lo que se ha dado en llamar una identificación craneal o cefálica. Al respecto se parte del supuesto de que el cráneo es, en esencia, la matriz de la cabeza en el vivo, por lo que se pueden reconstruir paso a paso, con cierto detalle los rasgos fisiognómicos del individuo para obtener un facsímil bastante aceptable; también se puede usar la relación del cráneo a la pintura o al duco. Existen otros recursos que pueden ayudar en la identificación como las fotografías que se emplean para llevar a cabo el proceso que se denomina sobreposición fotográfica cara-cráneo. Esta técnica fué usada y desarrollada hacia 1935 por John Glaister y permitió mucha mayor confianza que las técnicas anteriores. El advenimiento de la computación y de la digitalización en la sobreposición fotográfica y de video, ha mejorado en gran medida esta técnica.

El hueso como tejido y como órgano es afectado durante la vida del individuo tanto por factores endógenos (desórdenes hemopoyéticos,

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