INFORME TABLA PERIODICA
Enviado por Salma Jiménez • 5 de Noviembre de 2019 • Informe • 4.373 Palabras (18 Páginas) • 246 Visitas
TABLA PERIODICA
[pic 1]
DINA SANDRITH OROZCO LOPEZ.
JAYRETH GISSELA DUEÑAS CLAVIJO.
LAURA CAMILA MARIN SIERRA.
SALMA MARINA JIMENEZ SALCEDO.
UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ENFERMERIA
VALLEDUPAR, CESAR
2019
TABLA PERIODICA
[pic 2]
DINA SANDRITH OROZCO LOPEZ.
JAYRETH GISSELA DUEÑAS CLAVIJO.
LAURA CAMILA MARIN SIERRA.
SALMA MARINA JIMENEZ SALCEDO.
LIC.LUIS ALBERTO TABORDA CATALAN
QUIMICA INORGANICA
UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ENFERMERIA
VALLEDUPAR, CESAR
2019
- Introducción
Los elementos de la tabla periódica extienden su aplicación en el organismo y en medio en que desarrollamos la vida, por esta y muchas razones es necesario conocer cada una de las propiedades de estos elementos distinguir sean químicas o físicas, identificar su número atómico y numero de masa, partiendo de las observaciones realizadas a cada uno de los elementos, descubriendo su forma, color, dureza entre otras especificaciones, así mismo observaremos las distintas reacciones y actividades químicas que ocurren al mezclar un metal con un acido .
- Objetivos Generales
Realizar un estudio experimental de los elementos de la tabla periódica. Conociendo sus diferentes especificaciones.
- Objetivos específicos.
Observar la reacción de un metal al adicionarle un ácido.
Distinguir las propiedades del elemento utilizado para dicho proceso.
Emplear las normas de seguridad al trabajar con ácidos.
- Marco teórico
- Historia de la tabla periódica
La primera versión de la Tabla Periódica fue publicada en 1869 por el profesor de química ruso Dmitri Mendeléyev, y contenía 63 de los 90 elementos hoy conocidos en la naturaleza. Al año siguiente, el alemán Julius Luthar Meyer publicó una versión ampliada. Ambos estudiosos organizaron los elementos en filas, teniendo la previsión de dejar espacios en blanco en donde intuían que habría elementos aún por descubrir.
En 1871 Mendeléyev publicó una segunda versión de la Tabla Periódica, agrupando los elementos según rasgos comunes en columnas y grupos, enumeradas las primeras del I al VIII conforme al estado de oxidación del elemento. La versión contemporánea de la misma vendría a manos del americano Horace Groves Deming en 1923, ya con 18 columnas identificadas.
- El descubrimiento de los elementos
Aunque algunos elementos como el oro (Au), plata (Ag), cobre (Cu), plomo (Pb) y el mercurio (Hg) ya eran conocidos desde la antigüedad, el primer descubrimiento científico de un elemento ocurrió en el siglo XVII cuando el alquimista Henning Brand descubrió el fósforo (P). En el siglo XVIII se conocieron numerosos nuevos elementos, los más importantes de los cuales fueron los gases, con el desarrollo de la química neumática: oxígeno (O), hidrógeno (H) y nitrógeno (N). También se consolidó en esos años la nueva concepción de elemento, que condujo a Antoine Lavoisier a escribir su famosa lista de sustancias simples, donde aparecían 33 elementos. A principios del siglo XIX, la aplicación de la pila eléctrica al estudio de fenómenos químicos condujo al descubrimiento de nuevos elementos, como los metales alcalinos y alcalino-térreos, sobre todo gracias a los trabajos de Humphry Davy. En 1830 ya se conocían 55 elementos. Posteriormente, a mediados del siglo XIX, con la invención del espectroscopio, se descubrieron nuevos elementos, muchos de ellos nombrados por el color de sus líneas espectrales características: cesio (Cs, del latín caesĭus, azul), talio (Tl, de tallo, por su color verde), rubidio (Rb, rojo), etc.
- La noción de elemento y las propiedades periódicas
Lógicamente, un requisito previo necesario a la construcción de la tabla periódica era el descubrimiento de un número suficiente de elementos individuales, que hiciera posible encontrar alguna pauta en comportamiento químico y sus propiedades. Durante los siguientes 2 siglos, se fue adquiriendo un gran conocimiento sobre estas propiedades, así como descubriendo muchos nuevos elementos. La palabra "elemento" procede de la ciencia griega pero su noción moderna apareció a lo largo del siglo XVII, aunque no existe un consenso claro respecto al proceso que condujo a su consolidación y uso generalizado. Algunos autores citan como precedente la frase de Robert Boyle en su famosa obra "The Sceptical Chymist", donde denomina elementos "ciertos cuerpos primitivos y simples que no están formados por otros cuerpos, ni unos de otros, y que son los ingredientes de que se componen inmediatamente y en que se resuelven en último término todos los cuerpos perfectamente mixtos". En realidad, esa frase aparece en el contexto de la crítica de Roberto Boe a los cuatro elementos aristotélicos. A lo largo del siglo XVIII, las tablas de afinidad recogieron un nuevo modo de entender la composición química, que aparece claramente expuesto por Lavoisier en su obra "Tratado elemental de Química". Todo ello condujo a diferenciar en primer lugar qué sustancias de las conocidas hasta ese momento eran elementos químicos, cuáles eran sus propiedades y cómo aislarlos.
El descubrimiento de un gran número de nuevos elementos, así como el estudio de sus propiedades, pusieron de manifiesto algunas semejanzas entre ellos, lo que aumentó el interés de los químicos por buscar algún tipo de clasificación.
- Los pesos atómicos
A principios del siglo XIX, John Dalton (1766-1844) desarrolló una nueva concepción del atomismo, al que llegó gracias a sus estudios meteorológicos y de los gases de la atmósfera. Su principal aportación consistió en la formulación de un "atomismo químico" que permitía integrar la nueva definición de elemento realizada por Antoine Lavoisier (1743-1794) y las leyes ponderales de la química (proporciones definidas, proporciones múltiples, proporciones recíprocas). Dalton empleó los conocimientos sobre las proporciones en las que reaccionaban las sustancias de su época y realizó algunas suposiciones sobre el modo cómo se combinaban los átomos de las mismas. Estableció como unidad de referencia la masa de un átomo de hidrógeno (aunque se sugirieron otros en esos años) y refirió el resto de los valores a esta unidad, por lo que pudo construir un sistema de masas atómicas relativas. Por ejemplo, en el caso del oxígeno, Dalton partió de la suposición de que el agua era un compuesto binario, formado por un átomo de hidrógeno y otro de oxígeno. No tenía ningún modo de comprobar este punto, por lo que tuvo que aceptar esta posibilidad como una hipótesis a priori. Dalton conocía que 1 parte de hidrógeno se combinaba con 7 partes (8 afirmaríamos en la actualidad) de oxígeno para producir agua. Por lo tanto, si la combinación se producía átomo a átomo, es decir, un átomo de hidrógeno se combinaba con un átomo de wolframio, la relación entre las masas de estos átomos debía ser 1:7 (o 1:8 se calcularía en la actualidad). El resultado fue la primera tabla de masas atómicas relativas (o pesos atómicos como los llamaba Dalton) que fue posteriormente modificada y desarrollada en los años posteriores. Las incertidumbres antes mencionadas dieron lugar a toda una serie de polémicas y disparidades respecto a las fórmulas y los pesos atómicos que sólo comenzarían a superarse, aunque no totalmente, con el congreso de Karlsruhe en 1860.
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