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INTRODUCCION A LA INMUNIZACION MATERNA NEONATAL


Enviado por   •  27 de Mayo de 2021  •  Trabajo  •  5.859 Palabras (24 Páginas)  •  106 Visitas

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ICEST.

MATERIA: MATERNO INFANTIL.

NLE.G.1

MANEJO DE INMUNIZACIONES EN BINOMIO MATERNO INFANTIL

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ALUMNA: Mitzy Alejandra Sandoval Aceves

INTRODUCCION A LA INMUNIZACION MATERNA NEONATAL

La inmunización materna y neonatal hace referencia a las vacunas administradas antes del embarazo, durante el embarazo y en el puerperio con el fin de inmunizar tanto a la madre como a su hijo. Se trata de un concepto fundamental, por cuanto los recién nacidos y los prematuros son especialmente vulnerables a las infecciones prevenibles mediante vacunación y, además, su sistema inmune inmaduro es incapaz de generar respuestas inmunitarias protectoras frente a los antígenos específicos de las distintas vacunas hasta varias semanas o meses después del nacimiento. Esto crea un período desprotegido durante el cual los recién nacidos son extremadamente vulnerables. La inmunización materna y neonatal ofrece posibilidades de reducir la morbilidad e incluso la mortalidad durante la primera infancia. Infecciones como la influenza, el tétanos y la tosferina se asocian a resultados adversos en los niños muy pequeños; esto es, antes de que puedan finalizar o iniciar siquiera el calendario de vacunación primaria en lactantes. Aproximadamente un 40% de las defunciones infantiles en todo el mundo ocurren en el período neonatal, y muchas de estas defunciones se deben a infecciones que podrían prevenirse mediante vacunas maternas existentes o futuras. La vacunación durante el embarazo inmuniza no solo a la madre, sino también al feto, pues permite la transmisión transplacentaria de elevadas concentraciones de anticuerpos protectores. De ese modo, aporta al recién nacido una fuente materna de protección contra las enfermedades hasta que pueda procederse a la inmunización activa del lactante. La inmunización materna reviste especial importancia en lo relacionado con las enfermedades prevenibles mediante vacunación, como la influenza, pues no hay ninguna otra opción para proteger a los niños que son demasiado pequeños para vacunarse. El éxito de la inmunización materna para la prevención del tétanos neonatal, la influenza y las consecuencias negativas en el feto y el recién nacido, como ha sido resaltado por el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE) de la OMS  ponen de relieve el beneficio de una plataforma más amplia de inmunización materna y neonatal para prevenir otras enfermedades de elevada carga de morbimortalidad gestacional o neonatal. Sin embargo, faltan aún por afrontar los problemas para llevar a cabo las estrategias de inmunización materna con las vacunas actualmente disponibles que no han sido específicamente autorizadas para su uso en las embarazadas o con las vacunas aún pendientes de desarrollar. El embarazo suele considerarse criterio de exclusión en los ensayos clínicos. Como consecuencia de ello, son escasos los datos científicos sobre los riesgos y los beneficios de los medicamentos y las vacunas usados durante el embarazo. De manera parecida, en la práctica clínica tanto las autoridades sanitarias como los fabricantes adoptan una actitud cautelosa con respecto a la administración de vacunas durante el embarazo. En definitiva, hacen falta más investigaciones para respaldar el valor y evaluar el impacto de la inmunización materna. Las recomendaciones de vacunación antes del embarazo, durante el embarazo y en el puerperio varían de un país a otro. Ciertas vacunas se recomiendan sistemáticamente durante el embarazo, mientras que otras se recomiendan durante el embarazo únicamente en presencia de determinados factores de riesgo o se recomiendan específicamente para el puerperio. La vacunación de los recién nacidos es una parte importante de la plataforma de inmunización materna y neonatal, e incluye la administración de las vacunas antihepatítica B y antituberculosa (BCG) lo antes posible en las 24 primeras horas de vida.

EVOLUCION DE LA INMINIZACION MATERNA NEONATAL  

• La vacunación de rutina durante el embarazo contra el tétanos, la difteria, la influenza y la poliomielitis se inició en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.

 • En 1977, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos prohibió a las embarazadas participar en los ensayos clínicos con medicamentos.

 • La seguridad y los beneficios de vacunar a las embarazadas se demostraron por primera vez durante los brotes de poliomielitis en Finlandia e Israel y durante un brote meningocócico en el Brasil entre 1970 y 1990.

• Durante la pandemia de influenza A (H1N1) del año 2009, se confirmó el riesgo de infección gripal durante el embarazo, así como los beneficios de la inmunización.

 • Los brotes de tosferina que afectaron a muchos países americanos en el período 2012-2014 pusieron de manifiesto el elevado riesgo de mortalidad neonatal. Actualmente (datos del 2016), en la Región de las Américas hay 31 países que vacunan de forma rutinaria a las embarazadas contra la influenza, 15 que las vacunan contra la tosferina con Tdap (vacuna combinada contra el tétanos, la difteria y la tosferina), y 23 que las vacunan con Td (toxoide tetánico y toxoide diftérico). En cuanto a la inmunización neonatal, 21 países vacunan de forma rutinaria a los recién nacidos contra la hepatitis B, y 31 los vacunan contra la tuberculosis con BCG. Se puede apreciarse el progreso de la inmunización materna y neonatal en la Región entre los años 2010 y 2015. Aun cuando las vacunas antihepatítica B y antitosferínica no figuran actualmente como recomendadas para las embarazadas por el Grupo Técnico Asesor (GTA) sobre enfermedades prevenibles por vacunación, algunos países las administran de forma rutinaria a las embarazadas en el marco de sus políticas nacionales de control o eliminación de la hepatitis B y la tosferina. Deben documentarse las lecciones aprendidas en estos países para basar en ellas las recomendaciones regionales futuras.


 ANTECEDENTES Y JUSTIFICACION PARA LA INMUNIZACION MATERNA, MORBILIDAD Y MORTALIDAD MATERNOINFANTILES.

Morbilidad y mortalidad maternoinfantiles a nivel mundial Cada año, mueren en todo el mundo unas 300.000 mujeres en el parto o por complicaciones del embarazo. Entre los años 1990 y 2015, la mortalidad materna a nivel mundial disminuyó en un 44%, pasando de 385 a 216 muertes por cada 100.000 nacidos vivos. Esta reducción, sin embargo, dista aún mucho de la meta fijada en el quinto objetivo de desarrollo del milenio (ODM 5), que pedía reducir la razón de mortalidad materna1 en un 75% para el 2015. Un análisis sistemático para el estudio de carga mundial de morbimortalidad en el 2013 puso de manifiesto unas tendencias mundiales según las cuales únicamente 16 países habrían alcanzado la meta del ODM 5 a finales del 2015. Aprovechando el impulso creado por el ODM 5 para reducir la tasa de mortalidad en dos tercios y la tasa de mortalidad materna en tres cuartos entre 1990 y el 2015, la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible celebrada el 25 de septiembre del 2015 adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye un conjunto de 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) dirigidos a acabar con la pobreza, combatir las inequidades e injusticias y afrontar el cambio climático de aquí al año 2030. El tercer objetivo de desarrollo sostenible (ODS 3) busca garantizar la salud y el bienestar para todos, e incluye un audaz compromiso de acabar con las epidemias de sida, tuberculosis, malaria y otras enfermedades transmisibles en el 2030. Su meta 3.1 es reducir la razón de mortalidad materna mundial a menos de 70 defunciones por cada 100.000 nacidos vivos para el 2030, y su meta 3.2, acabar con las muertes evitables de recién nacidos y niños menores de 5 años también para el 2030. En la actualidad, solo la mitad de las embarazadas en los países en desarrollo reciben los cuatro chequeos prenatales recomendados por la OMS. Estos controles prenatales son cruciales para proporcionar a las embarazadas el debido seguimiento clínico en cada trimestre, así como los pertinentes servicios preventivos de salud, incluidas las vacunas para proteger tanto a la madre como a su hijo en gestación. Más recientemente, en el 2016, la OMS subrayó la necesidad de que cada mujer embarazada tenga al menos ocho visitas prenatales. Las enfermedades prevenibles son la principal causa de mortalidad en los niños menores de 5 años y las responsables de casi la mitad de las muertes registradas en ese grupo de edad durante el período neonatal. La mortalidad neonatal representa casi el 40% de los 6,6 millones de muertes en niños menores de 5 años y cerca del 60% de todas las muertes en lactantes menores de 1 año. Morbilidad y mortalidad maternoinfantiles a nivel regional La meta de reducir la razón de mortalidad materna en un 75% entre los años 1990 y 2015, fijada en el ODM 5 (mejorar la salud materna), no se ha alcanzado en la Región de las Américas. Según los Indicadores Básicos 2014 de la OPS, la razón de mortalidad materna en la Región era de 110 defunciones por cada 100.000 nacidos vivos en 1990, y se redujo a 68 por 100.000 en el 2014. En cuanto a la mortalidad regional en menores de 5 años, en el 2014 la tasa fue de 15 muertes por cada 1.000 nacidos vivos en América Latina y el Caribe. Según el progreso logrado hasta la fecha, se esperaba que la Región de las Américas consiguiera alcanzar la meta de reducción de la tasa de mortalidad infantil (menores de 1 año) fijada por el ODM 4 para el 2015: 12,60 muertes en lactantes por cada 1.000 nacidos vivos. En lo relacionado con las defunciones de recién nacidos en América Latina y el Caribe, un 34% de las muertes registradas durante el período neonatal están relacionadas con la prematuridad, y un 4% se deben a infecciones agudas de las vías respiratorias bajas.

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