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Enviado por itachiuchia • 7 de Enero de 2015 • 394 Palabras (2 Páginas) • 191 Visitas
a través de peticiones de los cabildos, en las que se solicitaba la revocación de la medida, pues el contrabando era la única fuente de supervivencia de las poblaciones que iban ser afectadas con la ‘mudanza’.
Detener el contrabando resulta muy difícil, pues todas las autoridades de la isla participan y se benefician del negocio que ponía en peligro la hegemonía española en su ‘primada de América’.
Dos personajes que vivían en la isla, Baltasar López de Castro y el nuevo arzobispo Agustín Dávila y Padilla, le hicieron al rey varias propuestas, como ‘remedios’ al mal del contrabando. López de Castro, intelectual y burócrata nacido en Santo Domingo, pero al servicio de España, cuyos escritos desempeñaron un papel decisivo en el destino histórico de
la isla, propuso en 1598 que los ‘pocos vecinos’ de la banda del norte, que no pasaban de ciento setenta, fueran ‘mudados’, juntos a sus ganados, a la banda del sur, en tormo a Santo Domingo, en cambio, Dávila y Padilla, preocupado por el auge de las ideas protestantes que circulaban al amparo del comercio ilegal, escribió una carta donde proponía ‘dos medios’ como solución al contrabando: el primero, que España enviara barcos comerciales a las regiones escenarios de los rescates, ‘los cuales carguen allí de frutos y cueros de los vecinos’, y el segundo, concederle a aquellos pueblos ‘el comercio libre como lo tienen en San Lucas y en Canaria las naciones extranjeras’. Ambas propuestas, las más inteligentes, no se aplicaron porque estaban en franca contradicción con los mercaderes de Sevilla.
En agosto de 1603, el rey Felipe III, sucesor de Felipe II, quien murió en 1598, ordeno despoblar a Bayaja. La Yaguana, Montecristi y Puerto Plata, y que con sus habitantes se fundaran dos nuevas poblaciones, Bayaguana y Monte Plata, cercanas a Santo Domingo. El rey escogía así las recomendaciones del ‘Consejo de Indias’ que a la vez había hecho suya la propuesta de López de Castro, quien se encontraba en España. Para ejecutar las despoblaciones, fue nombrado como gobernador Antonio Osorio, un hombre de mano dura que aplico la disposición al pie de la letra.
De nada valieron las protestas de todos los vecinos de la isla,
a través de peticiones de los cabildos, en las que se solicitaba la revocación de la medida, pues el contrabando era la única fuente de supervivencia de las poblaciones que iban ser afectadas con la ‘mudanza’.
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