Interbolsa
Enviado por javbvelasquez • 19 de Mayo de 2013 • 2.412 Palabras (10 Páginas) • 1.854 Visitas
InterBolsa
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También hay otra empresa más pequeña no afiliado con el mismo nombre que tiene su sede en Portugal. Es uno de los dos depositario central de valores y sistemas de liquidación en Portugal [ 3 ]
InterBolsa ( BVC : INTERBOLSA ), anteriormente el Grupo Financiero Interbolsa ahora ampliamente conocido como Grupo InterBolsa, era un colombiano basado en agencia de valores (el más grande en Colombia) y comerciante propietario que también se dedica a la gestión de activos y otros tipos de banca de inversión , que funcionó hasta noviembre de 2012 cuando el Gobierno colombiano ordenó su cierre debido a un incumplimiento de las deudas con el sistema bancario local. El grupo todavía tiene otras inversiones y empresas extranjeras que las operaciones no pueden ser interrumpidos por este cierre. [ 4 ]
La empresa contaba con más del 29% del volumen de mercado de la actividad de intermediación en Colombia. [ 5 ]
Historia
Hasta 2008 funcionó como un conglomerado débilmente integrado con una participación mayoritaria en una serie de pequeñas empresas, cada una especializada en una región diferente (Panamá) o producto (Futures InterBolsa). En 2009, después de que se hizo un movimiento en el mercado brasileño con la adquisición de todos Finabank de 21 dólares EE.UU. millones de dólares que oficialmente se ha organizado en un holding llamado Grupo InterBolsa .
Un abrir y cerrar de ojos. Eso fue lo que le tomó a Interbolsa, la principal corredora de bolsa del mercado bursátil colombiano, pasar de ser una compañía ejemplo a un descalabro de grandes proporciones. La flamante firma, que a agosto pasado tenía $1,5 billones de activos y era el principal jugador del mercado de valores colombiano esta hoy en el ojo del huracán y es mirada con recelo por sus antiguos colegas, muchos a quienes hoy los puede haber dejado en problemas.
La historia de la firma es muy parecida a la de muchos grandes jugadores del mercado, a quienes el exceso de confianza, el exceso de riesgo o simplemente los malos cálculos y los giros inesperados a los que están acostumbrados los comisionistas de bola les jugó una mala pasada.
Creada en 1990, Interbolsa fue el vehículo por el cual el ingeniero químico Rodrigo Jaramillo entró al mundo bursátil en la ya desaparecida Bolsa de Valores de Medellín. Sus primeros años fueron los típicos de una firma de su talante: hacer estudios sobre el rumbo del mercado, conseguir clientes que quieran invertir en instrumentos, cobrar una comisión, crear productos propios para volver a invertir. Hasta que a mediados de los años 90 apareció un personaje que terminaría siendo clave en toda su historia: Juan Carlos Ortiz, un comisionista de bolsa expulsado en 1997 de la Bolsa de Valores de Bogotá por prácticas que, entonces, se consideraron poco transparentes.
Su amistad con Tomás Jaramillo, hijo del fundador de Interbolsa, lo llevó a invertir una fuerte suma de dinero en la firma comisionista, a instalarse en Medellín e implantar como sello corporativo la llamada posición propia: con los recursos de caja, se invierte en el mercado accionario aprovechando los momentos de baja cotización, en los que el precio baja, y se vende en el pico, cuando sube. Es una estrategia de último minuto, en donde se aprovecha cada instante y se reacciona ante cualquier variación. Una ruleta rusa que deja enormes ganancias, pero que también puede cosechar pérdidas profundas.
Con ella, la comisionista se convirtió en un jugador de peso gracias a la gran posición que tomó en el mercado de TES. Su gran influencia hizo que, con el cambio de siglo, llegara un inversionista de peso: Víctor Maldonado, presidente de Foto Japón, quien se convirtió en el principal socio de la sociedad con una participación de 30%. Su llegada les permitió a los demás socios explorar nuevos negocios. Fue así como Ortiz y su amigo Jaramillo terminaron constituyendo en Curaçao el fondo Premium Capital, con el cual, a través de un contrato de corresponsalía con Interbolsa, buscaban clientes colombianos con capital fresco para invertir en diversas empresas e instrumentos financieros.
Para entonces, la firma comisionista se había convertido en un jugador de peso en la naciente Bolsa de Valores de Colombia (BVC), el mercado surgido de la unión de los parqués de Bogotá, Medellín y Occidente (Cali). Su poder llegó a tal punto que en 2007 adquirió a la su competidor Inversionistas de Colombia, se convirtió en el principal actor del mercado y se estructuró como un conglomerado de servicios financieros, con ocho empresas bajo su manto (en sectores como el de los seguros, el inmobiliario, la responsabilidad social empresarial y la interacción en los mercados bursátiles de Panamá, Brasil y EE.UU.) y una acción en la bolsa local.
Hoy corre todo tipo de rumores sobre la causa del desplome, pero todos apuntan a que el detonante pudo ser el deterioro de la otra fructífera relación de negocios entre las familias Jaramillo y Ortiz. Una fuente consultada señala que el Grupo Nule prendió la mecha. A comienzos de la década pasada, este era uno de los principales conglomerados económicos de Colombia y un jugador clave en el sector de la infraestructura, que escogió a la comisionista Proyectar Valores (donde Ortiz tenía una participación aproximada del 6%) como su vehículo de inversión.
Pero los grandes problemas vinieron cuando los Nule se quebraron. Un informe del CTI estableció que el conglomerado utilizó a Proyectar para hacerse un autogiro de $10.000 millones para financiar a Gas Kpital, en Cúcuta, fondos que habrían sido aportados para la construcción de la fase III de Transmilenio, en Bogotá. Esta situación, que desencadenó la desaparición de la comisionista, habría sido un motivo crucial para que la relación entre los Jaramillo y Ortiz se deteriorara.
Otra versión señala que el descontento giró en torno a la compra de un avión privado por parte de Interbolsa, hecho que no le gustó a Ortiz. Lo cierto fue que se desencadenó una pelea entre los accionistas, que terminó con Tomás Jaramillo pidiéndole a su amigo que le entregara la oficina desde la que despachaba en el edificio de la comisionista. Esta mañana, en entrevista con La W Radio, Ortiz matizó esta versión: “Con Tomás tuvimos una relación de amistad de 15 años, en la que era lógico que se presentara un desgaste”.
Según su versión, aunque tenía el 2,8% de la firma (en su mejor momento, esa participación llegó a vale alrededor de US$10 millones), se marginó de sus operaciones para centrarse en sus propios negocios, como la constitución de Millonarios FC, la empresa que compró y recapitalizó al club bogotano de fútbol. Sólo volvió a enterarse de la comisionista la semana pasada, cuando sus antiguos
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