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LA CIENCIA PARA TODOS


Enviado por   •  26 de Mayo de 2014  •  2.114 Palabras (9 Páginas)  •  226 Visitas

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NOMBRE: MARIEL ANDRADE CONTRERAS

ESCUELA: “C BETIS” 165 MAESTRA:

MARÍA EUGENIA DELGADO GARCÍA

MATERIA: LECTURA EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA

TAREA: LA CIENCIA PARA TODOS

LIBRO: CACERIA DE CARGAS

Entre los retos a los cuales se enfrenta la humanidad está la difícil tarea de lograr en la Tierra el control de las reacciones nucleares de fusión. Se busca ese control para poder satisfacer las necesidades energéticas de nuestro planeta. Estas necesidades se incrementan continuamente con el objeto de aumentar el número de trabajos y servicios requeridos en beneficio de cada habitante, Se prevé un incremento del uso de la electricidad en el hogar y en los sectores comercial e industrial, y la aparición de grandes demandas inexistentes hoy, como la producción de hidrógeno por electrólisis, para ser usado como combustible en vehículos.

Si suponemos una duplicación de la población mundial en el término de 30 años y vemos al mundo con su almacén finito de recursos naturales de gas y petróleo, se deduce que las necesidades de energía deberán satisfacerse mediante carbón, uranio, deuterio y litio, y eventualmente por otras fuentes renovables de energía. El deuterio y el litio son los combustibles más abundantes para la fusión nuclear.

Hasta ahora la fusión nuclear se ha logrado en algunos países en la forma descontrolada y amenazante de una bomba de hidrógeno. Pero desde hace algunos decenios se han hecho generosas inversiones en favor de los estudios experimentales y teóricos, principalmente en los países con mayor desarrollo tecnológico, a fin de alcanzar el dominio de la fusión nuclear, que ofrece una promesa hermosa de abundancia de energía. Se trata de la misma fuente de energía con la cual el flujo radiante del Sol ha venido calentando durante muchos milenios al Sistema Solar. Es ésa la energía que ilumina las noches estrelladas con los millones de soles en su brillo continuo hacia todas las direcciones del espacio.

Según la leyenda griega, Prometeo robó a los dioses la semilla del fuego del Olimpo para regalarla a los hombres. No sabemos si tomó el fuego de los grandes hornos del monte Olimpo, o quizá de la fragua de Vulcano. Veremos primero algunas propiedades de las cargas en cuanto a su comportamiento y origen. Los dos tipos de cargas y la posibilidad de ocultarlas cuando están cerca otras de distinto signo. La forma como se contemplan las cargas en la naturaleza se ha modificado en nuestros días debido a la invasión de nuestros hogares por la corriente eléctrica. Comentaremos la importancia y utilidad de esta presencia. Se destaca la posibilidad de transformar energía eléctrica. En el capítulo I se verán los momentos culminantes de la historia de la electricidad y el magnetismo. Veremos a los osados navegantes ibéricos convertidos en descubridores de las propiedades del magnetismo y de su campo. Se presenta asimismo la contribución francesa, inglesa y de otros países. Por último, en este capítulo se definen los isótopos por el número de neutrones, y se presentan los elementos radiactivos como isótopos inestables; se describen las radiaciones más importantes emitidas y se describe la experiencia de Rutherford para conocer la existencia del núcleo de carga positiva en el átomo. El capítulo II reúne un conjunto de ejemplos donde se conoce el movimiento de cargas en el seno de campos magnéticos de forma particular. Se describen ahí los movimientos helicoidales de las cargas en un campo constante. Se relata el movimiento en una geodésica, la línea de menor longitud, sobre un cono en cuyo vértice se halla un monopolo magnético, y éste sirve de modelo para explicar el espejo magnético, consistente en el rebote de la carga al acercarse al monopolo donde concurren y se concentran las líneas del campo.

En el capítulo III hablamos del campo magnético de la Tierra y de su modificación con la altura debido al viento solar. De los grandes cinturones de Van Allen que rodean la Tierra en forma de neumáticos de automóvil, como anillos saturnianos, y que fueron descubiertos a raíz de las exploraciones científicas por medio de satélites artificiales. Se leerá allí sobre la variación del campo magnético de la Tierra, fluctuando en tamaño al paso de los siglos y dejando su huella de magnetización en las cerámicas de la Antigüedad. Pero la prehistoria del cambio del magnetismo en nuestro mundo hay que investigarla mediante técnicas de paleomagnetismo en las lavas volcánicas y en los sedimentos depositados durante millones de años. Encontraremos así la evidencia de inversiones en dirección del campo magnético. Como testimonio de la inversión reiterada del campo magnético en la Tierra contamos con los hallazgos de las franjas alternadas de polaridad magnética, localizadas paralelamente a ambos lados de la gran cresta mesoatlántica que une las placas africana y americana a lo largo del Océano Atlántico y a lo largo de las otras crestas en diversos océanos.

El capítulo IV se refiere principalmente al análisis de los trabajos experimentales a fin de lograr el confinamiento de plasmas a altas temperaturas por medio de campos magnéticos. Se intenta el logro de condiciones donde sea posible la fusión nuclear de los núcleos ligeros que desprenden enormes cantidades de potencia, al fundirse unos con otros. Hoy estamos muy cerca de lograr la fusión nuclear controlada. Prometeo ha robado a los dioses las ruedas del carro del Sol.

Las cargas eléctricas son partículas que ejercen fuerzas atractivas y repulsivas entre ellas. Por ser partículas, tienen una masa que se opone a ser acelerada por fuerza alguna, y sufre la atracción gravitacional del centro de la Tierra, como todos los demás cuerpos sobre la superficie del mundo. Se dividen en dos tipos diferentes: las cargas positivas y las cargas negativas. Una positiva y una negativa se atraen entre sí. Si se atraen, deben ser de distinta carga. Las cargas negativas repelen a las cargas negativas. Las cargas positivas también se repelen entre sí. Si encontramos una carga desconocida, para preguntarle su tipo de carga le acercamos una carga positiva. Si se aleja la carga desconocida de la carga positiva es porque se trata de una carga positiva; si la carga —antes desconocida— es atraída por la carga positiva sabremos en ese momento que es negativa. Si una partícula no se aleja ni se acerca de una carga positiva, entonces no es una

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