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La Biofertilizacion Del Suelo


Enviado por   •  16 de Junio de 2013  •  1.361 Palabras (6 Páginas)  •  358 Visitas

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El manejo ecológico de los suelos

Liliana Lara Capistrán, Doris G. Castillo Rocha,

Ramón Zulueta Rodríguez y Dora Trejo Aguilar

Durante el transcurso de la historia, las distintas civilizaciones surgidas en todo el planeta comprendieron cuán importante era la protección del suelo; las plantas cultivadas dependían del agua, pero también de los elementos nutritivos que aportaba el suelo para obtener cosechas abundantes y asegurar así la manutención de las personas.

Aunque dicha percepción ha trascendido hasta nuestros días, resulta apremiante recordar que los sistemas productivos sostenibles requieren de algunas propiedades físicas, químicas y biológicas de los terrenos donde se establecen los cultivos para asegurar su multifuncionalidad, pues la productividad y el rendimiento deseables derivan de los niveles de fertilidad de la capa superficial de la corteza terrestre para la satisfacción de las diversas necesidades humanas (alimentarias, medicinales, rituales, ornamentales, maderables, etc.).

De este modo, para garantizar la acumulación de biomasa con valor agrícola o forestal en un área determinada es imprescindible considerar ciertos principios inherentes al manejo ecológico de un suelo en que la incorporación de materia orgánica, la disposición de coberturas o el diseño de rotaciones y asociación de cultivos con leguminosas son esenciales para minimizar el efecto de los factores que limitan el rendimiento esperado en un agroecosistema, tal como sucede con la degradación o erosión del suelo originada por la deforestación, la labranza excesiva o el pastoreo desordenado.

Las prácticas que se mencionan no solamente favorecen las condiciones de aireación, retención de humedad o contenido de nutrimentos en el suelo, sino que también mejoran la diversidad y el desempeño de los microorganismos que contribuyen en los procesos de mantenimiento y recuperación de su fertilidad. Además, son tan sencillas de poner en práctica que pueden adaptarse a sitios con poca capacidad para retener nutrimentos, con pendientes pronunciadas o que sufran sequías prolongadas, todo lo cual reduce la rentabilidad de un sistema agroproductivo y amenaza el equilibrio ecológico de una región.

Si bien son varias las técnicas que se pueden utilizar para no desaprovechar la parte biológica de un suelo, de la cual depende la descomposición y transformación de los residuos animales y vegetales en nutrimentos que las plantas puedan asimilar, los numerosos agentes dañinos de tipo físico (como agua, viento o temperatura) y antrópico (como la aplicación excesiva de insumos) hacen necesarias la protección y conservación de los ecosistemas mediante la combinación de ciertas estrategias de manejo orientadas al aprovechamiento racional de áreas con aptitud agrícola, ganadera o forestal.

En consecuencia, la combinación de faenas tales como la incorporación de materia orgánica, la biofertilización, la asociación y la rotación de cultivos a menudo desempeñan un papel preponderante en el aumento de la producción en los agroecosistemas.

La materia orgánica es esencial para la fertilidad de los suelos debido a que, además de mejorar su estatus microbiano, les permite almacenar nutrimentos, evita su lixiviación (esto es, el lavado de una sustancia pulverizada para extraer las partes solubles) y asegura una absorción paulatina en el tiempo y en el espacio.

La biofertilización se convirtió en un aspecto central de la investigación agrícola a partir de los años 90, debido a la ineludible necesidad de restringir el empleo desmedido e irracional de los agroquímicos, aminorar la degradación en los agrohábitats y fomentar el uso de tecnologías limpias orientadas a preservar la biodiversidad y obtener rendimientos sostenibles sin menoscabo del ambiente.

Desde entonces, el uso de microorganismos benéficos en las labores de cultivo se ha convertido en una prioridad nacional e internacional destinada a incidir de un modo importante en la calidad de vida de los consumidores y de los propios agricultores.

Al respecto, se necesita hallar hongos y bacterias que coexisten en el suelo, los cuales a menudo establecen relaciones simbióticas o se asocian libremente con las raíces de las plantas para mejorar la absorción de agua y nutrimentos (sobre todo nitrógeno y fósforo), así como otros compuestos y humus de lombriz, los que pueden regenerar la fertilidad de los suelos y contribuir a que se sustituya gradualmente la fertilización química en áreas dedicadas a la agricultura intensiva.

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