CLASES DE SUELOS
Enviado por josle • 8 de Julio de 2011 • 2.604 Palabras (11 Páginas) • 1.771 Visitas
CLASES DE SUELOS
Los suelos se dividen en clases según sus características generales. La clasificación se suele basar en la morfología y la composición del suelo, con énfasis en las propiedades que se pueden ver, sentir o medir por ejemplo, la profundidad, el color, la textura, la estructura y la composición química. La mayoría de los suelos tienen capas características, llamadas horizontes; la naturaleza, el número, el grosor y la disposición de éstas también es importante en la identificación y clasificación de los suelos. Las propiedades de un suelo reflejan la interacción de varios procesos de formación que suceden de forma simultánea tras la acumulación del material primigenio. Algunas sustancias se añaden al terreno y otras desaparecen. La transferencia de materia entre horizontes es muy corriente. Algunos materiales se transforman. Todos estos procesos se producen a velocidades diversas y en direcciones diferentes, por lo que aparecen suelos con distintos tipos de horizontes o con varios aspectos dentro de un mismo tipo de horizonte.
Los suelos que comparten muchas características comunes se agrupan en series y éstas en familias. Del mismo modo, las familias se combinan en grupos, y éstos en subórdenes que se agrupan a su vez en órdenes.
Los nombres dados a los órdenes, subórdenes, grupos principales y subgrupos se basan, sobre todo, en raíces griegas y latinas. Cada nombre se elige tratando de indicar las relaciones entre una clase y las otras categorías y de hacer visibles algunas de las características de los suelos de cada grupo. Los suelos de muchos lugares del mundo se están clasificando según sus características lo cual permite elaborar mapas con su distribución.
Ejemplos de suelos
.- COLOR.
Esta propiedad permite deducir rasgos importantes en el suelo: un color oscuro o negro indica contenido alto en materia orgánica, color blancuzco presencia de carbonatos y/o yesos, colores grises/verdes/azulados hidromorfía permanente. El color se caracteriza por tres parámetros que son: Matiz o Hue, que expresa la longitud de onda dominante en la radiación reflejada. Se consideran cinco colores principales (R, rojo; Y, amarillo; G, verde, B, azul y P, púrpura) y cinco intermedios. Brillo o Value que expresa la porción de luz reflejada y mide el grado de claridad o de oscuridad relativa del color comparado con el blanco absoluto. Intensidad o Croma que expresa la pureza relativa del color del matiz de que se trate.
Un horizonte puede presentar un color uniforme o presentar manchas de distinto color.
.- ESTRUCTURA.
Las partículas no se suelen presentar en el suelo de un modo totalmente independiente, sino que se encuentran más o menos ligadas unas a otras, constituyendo los agregados. Así, la estructura de un suelo se puede definir como “el modo de agregación o unión de los constituyentes del suelo (partículas minerales, materia orgánica, etc.)”.
Entre los factores que influyen o determinan la morfología de la estructura están: a) la cantidad o porcentaje del material o matriz que une las partículas del suelo (carbonatos, arcilla, materia orgánica); b) la textura; c) la actividad biológica del suelo (lombrices) y d) la influencia humana (en el horizonte cultivado se forma una estructura con una morfología totalmente distinta a la natural que poseía el suelo).
La permeabilidad del suelo al agua, aire y a la penetración de las raíces también depende de la estructura.
CONSERVACIÓN DEL SUELO
La conservación del suelo implica mantener su fertilidad, evitar su degradación, incluyendo en ella a la contaminación, y procurar atenuar, en lo posible y nunca acelerar, su pérdida por erosión.
La utilización de cualquier tipo de recurso implica siempre una cierta agresión al mismo. No obstante, los recursos naturales tiene una cierta capacidad de regeneración, por ello su utilización no debe implicar necesariamente una destrucción, degradación o desaparición de los mismos.
El agua lleva sustancias disueltas que, tras su evaporación, deposita en el suelo incrementando su nivel de sales, pudiendo llegar a constituir un problema para algunos cultivos, lo que constituye una degradación del suelo; esto puede resolverse con la utilización de mayor cantidad de agua que permita el lavado y arrastre de esas sales.
Otro factor contaminante es la acumulación de sustancias de desecho, incluso cuando su naturaleza las haga susceptibles de biodegradación. En el mejor de los casos, hemos de buscarles una ubicación adecuada en suelos de muy baja permeabilidad que impidan el paso de los componentes líquidos o en solución a las aguas freáticas.
La erosión del suelo es un fenómeno consustancial al mismo e incluso necesario para ir provocando un rejuvenecimiento que impida el agotamiento de los minerales primarios que son la base del aporte de nutrientes minerales. Algo similar a lo que ocurre con la vegetación.
Todo esto lleva a una perdida de material que a veces es muy evidente como las grandes cárcavas y otras poco conspicua, como la erosión laminar de los terrenos llanos, que cargan los cursos de agua con grandes masas de coloides minerales y orgánicos del suelo, que para más abundar son los más activos en el mismo.
Por todo ello se hace necesario actuar en la conservación del suelo, tanto cualitativa como cuantitativamente.
ARADO DEL SUELO
La labranza es la manipulación física del suelo con implementos apropiados para ablandar la camada superficial del suelo.
Las operaciones de labranzas realizadas con implementos acoplados al tractor son las más apropiadas y rápidas. Para el arado inicial use un arado de vertedera o un arado de discos. Cuando se desee invertir el suelo, debe utilizarse un arado de vertedera.
Por otro lado, cuando el suelo es duro, irregular y tiene macollas o cepas es preferible utilizar un arado de discos.
El arado del suelo, realizado cuando éste tiene un nivel óptimo de humedad, es fundamental para lograr una buena labranza. Suelos demasiado húmedos interrumpen el movimiento de la maquinaria en el campo y causan la destrucción de la estructura del suelo.
Por otro lado, suelos demasiado secos no dejan que las palas penetren en profundidad, lo que produce frecuentes fallas mecánicas, aumento de los requerimientos energéticos y sellado de la superficie del suelo, afectando las relaciones suelo-agua-aire.
Las operaciones de labranza secundaria son ejecutadas con rastras de discos, rastras de clavos o con una
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