La Ciencia Politica En La Teoria Y En La Practica
Enviado por Rodru • 26 de Septiembre de 2011 • 2.627 Palabras (11 Páginas) • 1.166 Visitas
LA CIENCIA POLÍTICA EN LA TEORÍA Y EN LA PRÁCTICA
¿Qué es la política? ¿Cómo definimos la política? ¿Es ciencia, arte, técnica o filosofía? Existen muchas definiciones de este concepto, que han cambiado a través de los años, a pesar de que podríamos considerar que la política existe prácticamente desde el momento en que las sociedades se comenzaron a organizar jerárquicamente, y por lo tanto se comenzaron a gestar las relaciones de poder, no es sino hasta que Aristóteles le da el nombre de πολιτικος (politikós, relativo al ordenamiento de la ciudad) a la actividad humana que busca dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad. Es a partir de ese instante, cuando en su obra, titulada precisamente “Política”, Aristóteles afirma que el hombre es un animal político, que podemos ubicar el nacimiento de la Política.
Pero ¿qué es la política? Adentrarse en este mundo, es caminar por un sendero largo, sin fin, en el cual es un tanto fácil perderse. Para muchos, “política” es es el ‘arte de gobernar’ sin embargo, afirmar que se tiene razón en este punto, sería negar lo que Aristóteles dijo anteriormente: que el hombre es un animal político por naturaleza. Otros, como Max Weber, afirman que la política puede entenderse como “la dirección o la influencia sobre la trayectoria de una entidad política, aplicable en nuestro tiempo al Estado” (Weber, 1920).
¿Se puede considerar a la política como una ciencia? Antes de pasar a este punto, conviene recordar qué entendemos por “ciencia”. La definición más aceptada es la dada por la Real Academia Española (con algunas modificaciones): “conjunto de conocimientos sistematizados y ordenados, que buscan llegar a la verdad y dar una explicación a la realidad a través de métodos”. ¿Qué cualidades o características definen a la ciencia? Podría decirse que la ciencia da como resultado un conocimiento comprobable, y es Universal.
Se distinguen tres tipos o clases de Ciencias:
• Ciencias Formales – aquellas que trabajan con ideas, y con el razonamiento lógico, es decir con objetos no tangibles, tales como las matemáticas o las ciencias de la computación teórica.
• Ciencias Naturales – también conocidas como experimentales, tienen como objeto de estudio la misma naturaleza, y para ello emplean lo que es el método científico. Estudian los aspectos físicos, no los humanos, del mundo. Como ejemplo encontramos la Geología, la Biología o la Física.
• Ciencias Sociales – Son aquellas que buscan ocuparse de aspectos relativos al comportamiento y actividades de los seres humanos, aspectos no estudiados en las Ciencias Naturales. Algunos ejemplos son la Sociología, la Economía, Psicología o la Ciencia Política.
Tratar o entender a la política como una ciencia, no es sencillo, y no lo ha sido durante mucho tiempo. A pesar de que podemos ubicar las raíces de la Ciencia Política poco antes del Renacimiento, época en la cual se da el inicio de la política como una actividad “científica” basada en métodos empíricos, han tenido que pasar más de 400 años para que hoy se le dé un lugar al lado de otras Ciencias Sociales.
Pero, ¿por qué tal renuencia? Para empezar, existe una discusión general en cuanto a si las Ciencias Sociales pueden ser consideradas como ‘ciencias’, ya que, si algo caracteriza a los otros tipos de ciencia, sobre todo a las Ciencias Naturales, es el hecho de que en ellas, es posible realizar experimentos controlados en laboratorios, que permiten comprobar y repetir un fenómeno una cantidad de veces, así como predecir acontecimientos con cierta exactitud, mientras que en las Ciencias Sociales, debido a la naturaleza de su objeto de estudio (el ser humano en sociedad) es prácticamente imposible aplicar los mismos criterios y métodos usados en las ciencias naturales experimentales.
Las ciencias sociales han buscado, desde siempre, llegar a una etapa verdaderamente científica, logrando cierta independencia respecto del método prevaleciente en la filosofía. La ciencia y la filosofía han estado siempre en constante debate, aunque se complementan, a veces no es posible estudiar alguna disciplina más que con una u otra. Ya Sartori, nos recalcaba las diferencias entre ambas, pero a la vez nos decía que eran necesarias una de otra, pues ambas, de alguna manera, nos acercan a la verdad a distintos niveles (Sartori, 1984).
En la filosofía coexisten posturas opuestas respecto de algún aspecto de la realidad, mientras que en las ciencias exactas, no. Tan marcada era la diferencia entre las ramas humanistas de la ciencia a las ciencias exactas que había quien afirmaba que aquella sólo era una serie de charlas y opiniones, pero no había ni una sola ley como en la física, por lo tanto no eran ciencia.
El hecho es, que toda ciencia debe establecer descripciones objetivas basadas en aspectos observables, y por tanto verificables, de la realidad. Busca crear leyes, y su conocimiento debería estar organizado con premisas, axiomas, debe tener un lenguaje propio, de esta manera, si están organizadas así, las ciencias sociales adquirirán el carácter científico que tanto se busca. (Sartori, 1984, pág. 53)
De igual manera, Mario Bunge afirma que es necesario que los investigadores científicos se guíen por el método científico, el cual se puede resumir en esta serie de pasos: conocimiento previo, problema, hipótesis, prueba, evaluación del candidato, revisión final de uno u otro candidato a la solución, examinando el procedimiento, el conocimiento previo e incluso el problema. Lo importante de este método científico es que las proposiciones deben someterse a prueba para verificar su verdad, sin las pruebas empíricas, no existe ciencia alguna. También dice que esto es válido para todas las ciencias, independientemente de las diferencias de objetos, técnicas especiales o grados de progreso. Si una disciplina no emplea el método científico o si no busca o utiliza regularidades, no es científica. (Bunge, 1999)
Haciendo todo este análisis, y, a simple vista, bien podría decirse que aquellos que afirman que es difícil considerar a la Ciencia Política como tal, están en lo correcto, y solamente la podríamos catalogar como ‘filosofía política’, sin embargo, otros autores, como Norberto Bobbio y el mismo Sartori, aseveran que ha habido una evolución histórica que ha hecho que la Política dé el salto de filosofía a ciencia. Al respecto, Bobbio dice que “en la filosofía política están comprendidos tres tipos de investigación:
a) Sobre la mejor forma de gobierno o sobre la óptima república
b) Sobre el fundamento del Estado, o del poder político, con la consiguiente justificación de la obligación política
c) Sobre la esencia de la categoría
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