La Educación Ambiental En El Nivel Superior
Enviado por pattyruizmendoza • 3 de Julio de 2011 • 2.631 Palabras (11 Páginas) • 1.817 Visitas
INTRODUCCIÓN
El deterioro ambiental constituye uno de los signos característicos del tránsito de la humanidad
hacia un nuevo milenio. La responsabilidad sobre su regeneración y conservación plantea a cada
individuo, en el plano en el que se desarrolle, nuevos retos que comprometen sus capacidades
moral e intelectual.
Una de las frases más frecuentemente pronunciadas en los distintos ámbitos escolares es, sin
duda alguna, la educación ambiental. La sociedad en general está convencida de que ésta es una
de las misiones que las instituciones educativas deben asumir de aquí en adelante.
Esencialmente, a los niveles educativos superiores se les atribuye la responsabilidad de desarrollar
las capacidades de los individuos para coadyuvar a mejorar la calidad de vida en el planeta.
En el presente trabajo trato de definir qué y cómo la educación superior tiene la posibilidad de
incidir en la formación de los individuos integrando la dimensión ambiental como una prioridad que
guíe su desempeño personal y profesional en cualquiera de sus campos de desarrollo.
En primer lugar definiré lo que algunos autores conceptualizan como educación y educación
ambiental, y cómo se inserta en éste concepto tan amplio, la formación ambiental entendida como
responsabilidad concreta de las instituciones educativas de nivel superior. Comentaré
posteriormente cual es la problemática institucional que observo con respecto a la integración de
conceptos, metodología y prácticas educativas para asumir este reto, para concluir con algunas
ideas generales de las acciones con las cuales se pudiera responder a la problemática
socioambiental.
¿Qué significa la Educación?
El planteamiento de esta cuestión podría parecer ocioso si reconocemos que existe un largo
camino de estudios e investigaciones a través del cual las respuestas y definiciones son infinitas.
No es la intensión en este trabajo agregar una más a la lista, sino más bien abrir un espacio de
reflexión para revisar y replantearnos el significado de la educación y descubrir que los conceptos
e ideas sobre la misma están sometidos a constantes cambios de acuerdo a las perspectivas que
marcan las distintas épocas.
La época contemporánea, que ya es reconocida como posmodernismo, define ciertas tendencias
que los educadores debemos reconocer para orientar nuestra función, tales como la importancia
del proceso educativo, el desarrollo del pensamiento, la creatividad, la participación activa en la
sociedad, la corresponsabilidad social y la formación integral del ser humano; reconocer que en
nuestros días más que en otros tiempos la educación debe tener un significado social, es decir,
proporcionar respuestas válidas a las necesidades de su sociedad, a través de "despertar en el ser
humano su capacidad creadora y generadora de un nuevo orden natural y social" (Esquivel:2000,
pág. 6).
La educación "es un concepto global e integral que busca conjugar en el ser humano todos los
elementos que conforman el ambiente natural, biológico, psíquico, moral, espiritual, sin
marginación" (Esquivel: 2000, pág. 6), ni jerarquización, agregaríamos a ésta idea. Sea cual fuere
nuestro concepto o definición, entendamos que a partir de ello y de nuestro propio convencimiento,
debemos actuar de manera congruente, si deseamos que los aprendizajes de los alumnos
trasciendan en el tiempo y el espacio para la transformación de la sociedad.
La Educación Ambiental.
Por algún tiempo se consideró a la educación ambiental desde un enfoque eminentemente
naturalista o ecologista, aparentemente guiado por un profundo sentimiento de culpabilidad
humana por la grave explotación de los recursos que la naturaleza ha otorgado al hombre para su
supervivencia.
Por fortuna quienes se han dedicado al análisis de la situación de crisis que vivimos en el planeta
en todos los aspectos, han logrado a través de sus intervenciones desde distintos ámbitos,
propiciar en el resto de la sociedad la necesidad de reflexionar y llegar a la conclusión de que el
ser humano forma una parte determinante de esa totalidad llamada naturaleza y que por lo tanto, lo
que ocurra a éste se constituye asimismo un efecto positivo o negativo según lo que estamos
viviendo.
Lo anterior lo podemos encontrar expresado en el discurso político y académico, para generalizar.
Sin embargo en la práctica dichas reflexiones encuentran una proyección aún pobre. He
comentado en párrafos anteriores que la sociedad responsabiliza a la educación de la misión
regeneradora y conservadora del ambiente. Sin embargo, dado que la educación en la amplitud del
término corresponde a la sociedad en general, a través de las instituciones creadas por ella misma
(familia, iglesia, escuela, estado) el problema ambiental se convierte en un asunto de
corresponsabilidad.
La educación ambiental en el plano formal, que en esta ocasión es el que nos ocupa, es entendida
como "integrante del campo general de la educación..." la cual "es un punto de encuentro y de
confluencia de distintos saberes... que posibilita romper las rígidas fronteras de las asignaturas
tradicionales del curriculum, para que los estudiantes encuentren nuevos significados a su proceso
formativo" (Soriano:1999).
Lo anterior significa que ésta no debe ya traducirse en una programación de actividades
ambientales temporales o constituirse en una moda, sino más bien incorporarse como un eje
transversal del curriculum formal y no formal. Es decir, ya ningún ámbito de formación humana
debe ignorar esta propuesta fundamentada en la perpetuación de la vida.
Por ello, debemos comprender que los fines de la educación, particularmente con relación al
ambiente, están más bien relacionados al entendimiento de nuestro propio objetivo de vida, como
seres sociales en relación estrecha con la naturaleza, acompañado de un compromiso por
trascender con nuestras enseñanzas en la formación, aprendizajes y participación de otro ser
humano para la sociedad. El actuar de acuerdo a esta convicción es factor esencial para llegar a la
comprensión de una situación por parte de quienes deban establecer un compromiso más alto que
el del observador indiferente.
Si bien es cierto, la responsabilidad de la
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