La Investigación En La Escuela Normal Superior Federal De Aguascalientes

LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA EN LAS ESCUELA NORMAL

SUPERIOR FEDERAL DE AGUASCLIENTES

Lo más recurrente en la escuela formadora de Licenciados en Educación Secundaria es desacreditar el trabajo del otro, un vicio arraigado no sólo en esta escuela sino en todo el sistema educativo mexicano. Por lo tanto una de las preguntas siempre punzantes en los informes de fin de ciclo escolar es ¿Qué se hace en el departamento de investigación? La respuesta es en el mismo tono para algunos es un rotundo “nada” y para otros críticos más tolerantes sólo se simulan proyectos que también conducen a la “nada,” estas construcciones comunicativas sólo enumeran listas de palabra donde la falta de respeto está presente entre los participantes de la trama educativa. Por eso el presente trabajo tiene la pretensión de aportar algunos elementos que clarifiquen el clima laboral que prevalece en la Escuela Normal Superior Federal de Aguascalientes, para desarrollar los proyectos de investigación, además de las problemáticas que enfrenta la figura del docente-investigador en éste proceso.

Pero dentro de este panorama gris algunos docentes infiernen que algo se mueve ya en investigación desde el momento en que el IEA (Instituto de Educación de Aguascalientes) ha convocado a las diferentes normales del estado a participar en el Diplomado en Investigación Educativa. ¿Se relazará en los próximos años investigación en serio? Posiblemente se pretenda aplicar la normatividad porque estos intento no son ajenos a lo que señala la Ley General de Educación en su artículo 14 que las autoridades educativas deben promover la investigación para que sirva como sustento a la innovación educativa. De forma más general, la misma ley en su artículo 11 se refiere al establecimiento del Consejo Nacional Técnico de la Educación, cuya tarea es realizar investigaciones, estudios y análisis de carácter técnico-pedagógico, también artículo 20 habla acerca de la constitución del sistema nacional de formación, actualización, capacitación y superación profesional para maestros, el cual tiene entre sus finalidades el desarrollo de la investigación pedagógica y la difusión de la cultura educativa.

Éste rol docente-investigador no es de reciente creación está en el discurso de 1983, en los programas de las Escuelas Normales ya se señalaba entonces la necesidad de tener investigadores en educación y que éstas se difundieran. A lo anterior se agregaría en la reforma educativa de educación básica de 1993 que ya propone la creación de estos espacios de reflexión deberían tener como referente los derechos humanos estos valores se promoverían primero entre los profesores, para que desde la planificación de proyectos llegaran a la vida cotidiana de los alumnos; hasta llegar con algunos programas al compromiso con los padres para apocar en el hogar los valores de los derechos humanos; además de esto la escuela debía fomentar el activismo a favor de los derechos humanos.

Pero la reforma en las Escuelas formadoras de docentes no se da articulada con los preceptos que sustentan los nuevos programas curriculares en educación básica, esta desfase se acentúa porque a la escuela incursiona hasta 1999 en el Programa para la Transformación y el Fortalecimiento Académicos de las Escuelas Normales (PTFAEN). Este amplio título nunca coincidió con bonanzas económicas, que se canalizaran en proyectos de investigación aunque profesionalizar la tarea pedagógica ha sido prioritario en la propuesta textual del programa.

En este año se habla nuevamente de una reforma Educativa en Normales, aparecen los mismos problemas arrastrados desde 1984 no bastó que se elevaran los estudios al rango de licenciatura, o que las disposiciones de la reforma de 1999 ubiquen a las escuelas junto a las universidades del país aunque no compartan hasta ahora características, asumir la investigación desde la práctica no se aprende por órdenes superiores están implicados factores sociales, políticos y económicos. De lo que puede dar testimonio el docente que inauguró hace treinta y cuatro años la escuela que la Normal ha estado en el abandono total, sobreviviendo, a las crisis económicas del país y por lo tanto también está abandonada la investigación y esto pareciera que no se soluciona sólo con actitudes, valores y normas sino que tiene que ver con el presupuesto destinado a las escuelas formadoras de docentes.

Sin embargo el estreno de la reforma para las Escuelas Normales, tiene ahora el agregado de las intenciones éticas en la profesión. Cada docente revisará éstas desde sus contenidos donde él tiene que vivir los valores. Esto implica todo un reto para las escuelas formadoras de docentes. Las conversaciones de pasillo entre los involucrados tiene el ímpetu de esperanzas porque se podrá hablar con la verdad en las investigaciones que se realicen en el futuro, aunque para los escépticos pareciera otra vez una reforma de papel porque las escuelas normales no han tenido el ambiente propicio para educar en valores .

En medio de todo este desorden y carencias está acuñado el nombre: Área de investigación como un requisito que tiene que asumir la escuela como parte del organigrama de las Escuelas Normales, pero el nombre no le da la operatividad ni tampoco las recomendaciones que el CIEES (Comité Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior) para mejorar las funciones del área de investigación. En su última evaluación hay algunos señalamientos que van entorno la formación de educadores que tendría que replantearse constantemente desde la discusión del trabajo colegiado y el papel de la investigación en la generación de conocimientos donde tienen que participar los alumnos.

Para el mediador del aprendizaje que se concreta a cubrir un programa, el entendimiento de este proceso es complejo sobre todo porque ya no hay altruistas investigadores educativos en este contexto neoliberal. Los docentes que comparten esta comisión, en su mayoría no tienen tiempo completo, aunque se promueva desde el texto escrito una cultura para la investigación, esto no es suficiente para enfrentar todas las dificultades que se tiene para desarrollar esta tarea, más aún cuando la investigación en el campo educativo hoy, debe relacionarse con el desarrollo socio económico en los diferentes contextos internacionales, nacionales, regionales locales.

En los últimos años se han concretado algunos avances en proyectos centrados en el trabajo de las Academias y en el Seguimiento a Egresados, pero esto no es suficiente, se percibe en los involucrados un extravío que sólo acentúa más las dificultades

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