La amigdala cerebral

LA AMÍGDALA CEREBRAL

Definición y funcionamiento

La amígdala cerebral es la parte del cerebro cuya función primordial es el almacenamiento, y también el procesamiento, de respuestas emocionales. Se trata, pues, de una serie de neuronas (o núcleos de neuronas) ubicadas en los sectores más profundos de los lóbulos temporales, que funcionan a semejanza de pequeñas gavetas en las que se depositan las imágenes, los sonidos, los sabores, en definitiva, todas aquellas sensaciones que hayan producido en nosotros respuestas emocionales.

El hipotálamo, cuya responsabilidad es la activación del sistema nervioso autónomo, recibe los estímulos de la amígdala cerebral y, de este modo, se producen en la persona ciertas respuestas reflejas: la cautela, el estado de paralización, el escape o la huida. Esto se da gracias a la aceleración de las sustancias básicas para que dichas respuestas reflejas se realicen: dopamina, noradrenalina, adrenalina, etc.

Funciones de la amígdala cerebral

1. La función más destacada de la amígdala cerebral es el almacenamiento de las emociones, es decir, la memorización de asociaciones entre determinados estímulos y las respuestas que el ser ha esgrimido frente ellos.
2. Las investigaciones también han sugerido que la amígdala participa en el condicionamiento del apetito.
3. La memoria, gracias a la amígdala, se consolida: luego de alguna situación en la que el sujeto haya aprendido, la información inherente a dicho evento se procesa lentamente para su almacenamiento en la memoria a largo plazo. A este proceso se le denomina “consolidación de la memoria”.
4. Según estudios relacionados con la amígdala cerebral, se ha concluido que la misma está estrechamente relacionada con las diversas respuestas a las hormonas sexuales. En este sentido, la amígdala posee, tanto para estrógenos como andrógenos, un conjunto de receptores, por lo cual responde a las variaciones de los niveles hormonales en base a cambios en su morfología.

LA PSICONINMUNOLOGÍA

Desde hace algún tiempo, se ha creído, cada vez con más firmeza y más basamento científico, que la mente juega un papel decisivo en el sistema inmunológico del organismo. Se pensaba anteriormente que dicho sistema inmune gozaba de cierta autonomía y que, además, era regulado internamente por citoquinas gracias a las mismas células inmunológicas. No obstante, se ha concluido luego de diversos estudios que el sistema nervioso posee la capacidad de llevar adelante la regulación de, prácticamente, todos los demás sistemas del organismo (por ejemplo, el cardiovascular, el gastrointestinal y el sistema endocrino). Es decir, que el sistema nervioso y el sistema inmunológico, también pueden comunicarse de alguna manera y en forma bidireccional. Para el estudio de dicho fenómeno existe una ciencia transdisciplinaria llamada Psiconeuroinmunología (PNI), que se interesa por la interacción bidireccional entre el Sistema Nervioso Central, el Sistema Endocrino y el Sistema Inmunológico. Clínicamente, la PNI aborda aspectos biorregulatorios, relacionados con el mantenimiento de la salud y el combate que se ha deliberar contra las enfermedades.

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