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La bomba atómica


Enviado por   •  24 de Junio de 2015  •  Tesis  •  2.263 Palabras (10 Páginas)  •  226 Visitas

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"La bomba atómica fue más que un arma de una terrible destrucción, fue un arma psicológica.Henry L. Stimson, Ex-Secretario de Guerra de los Estados Unidos

La importancia de los bombardeos en la rendición de Japón, así como la justificación ética de Estados Unidos, ha sido un tema de debates entre académicos y público en general durante décadas. J. Samuel Walker escribió en abril del 2005 un resumen de la historiografía reciente sobre el tema, «parece que la controversia sobre el uso de la bomba aún continúa». Walker hace notar que «El aspecto fundamental que ha dividido a los académicos por casi cuatro décadas radica en que si el uso de la bomba fue necesario para obtener la victoria en la guerra en el Pacífico en términos satisfactorios para Estados Unidos».

Con motivo del cincuenta aniversario de los bombardeos, el periódico estadounidense The Seattle Times clasificó los debates al respecto de la siguiente forma:

La bomba era necesaria o estaba justificada porque:

Los japoneses habían demostrado una resistencia semi-fanática, como los ataques kamikazes de Okinawa, los suicidios masivos de Saipán o la lucha hasta prácticamente el último hombre en las islas del Pacífico. El bombardeo de Tokio había matado a más de 100.000 personas sin efectos políticos, por lo que la bomba era necesaria para la rendición del país.

Con sólo dos bombas construidas y listas para usarse, era demasiado arriesgado «gastar» una al lanzarla sobre un área despoblada.

Una invasión a Japón hubiera costado una gran cantidad de vidas en ambos bandos de tal forma que se rebasaría el número de muertes de ambos bombardeos.

Ambas ciudades hubieran sufrido bombardeos incendiarios de cualquier forma.

El uso inmediato de la bomba convenció al mundo de su horror y se disuadió su utilización cuando se construyeron más bombas.

El uso de la bomba sorprendió tanto a la Unión Soviética y la guerra terminó tan rápido que éstos no pudieron solicitar la invasión conjunta de Japón.

La bomba no era necesaria o no estaba justificada porque:

Japón ya estaba listo para rendirse antes de los bombardeos.

El rechazo estadounidense a los términos de la rendición al no garantizar la continuidad de la figura del Emperador prolongó la guerra innecesariamente.

Una explosión de demostración sobre la Bahía de Tokio hubiera servido para convencer a los líderes de los efectos de la bomba sin muertes innecesarias.

Incluso si el bombardeo a Hiroshima fuese justificado, los Estados Unidos no le dieron tiempo suficiente a los japoneses a considerar los alcances de la bomba antes del bombardeo a Nagasaki.

La bomba fue lanzada para parcialmente justificar los 2 billones de dólares utilizados para su fabricación.

Las ciudades tenían casi nulo valor militar. Los ciudadanos tenían una relación de cinco o seis a uno sobre los militares.

Se sacrificaron cientos de miles de vidas de japoneses simplemente por la lucha de poder político entre la URSS y los Estados Unidos.

El bombardeo incendiario causaría mucho más daño sin la necesidad de convertir a los Estados Unidos en el primer país en utilizar armas nucleares.

¿Por qué se lanzaron las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki?

Bomba atómica de plutonio Fat Man, que sería arrojada en Nagasaki el 9 de agosto de 1945. Mató de inmediato a entre 40.000 y 70.000 personas. Algunos miles más morirían después.

Ahora que empieza el veranito, qué mejor que hablar de las bombas atómicas.

Aunque a mediados de 1945 los jefes militares japoneses estuvieran divididos en cuanto a cómo acabar la guerra, los partidarios de la negociación, entre los que estaba el primer ministro Kantarō Suzuki, se habían impuesto a los que querían seguir combatiendo a toda costa hasta la victoria final, liderados por el ministro de la Guerra, Korechika Anami. Lo cierto es que Japón estaba dispuesto a negociar la paz desde meses antes de los lanzamientos de las bombas atómicas. Los japoneses trataron de buscar la mediación de la URSS a inicios del verano de aquel año (tenían firmado un tratado de no agresión con Stalin desde 1941, que éste violaría en agosto), aunque no lo consiguieron porque el líder soviético estaba ya decidido a invadir Manchuria, como se había acordado en laConferencia de Yalta.

El primer ministro Kantarō Suzuki

El general Anami, ministro de la Guerra

A cambio de rendirse, los nipones sólo pedían que se respetasen el sistema imperial de su país y al propio emperador Hirohito (única figura que creían que podía conferir estabilidad a la nación), cosas que se hicieron de todas formas tras la guerra, a pesar de que la Declaración de Potsdam, que detallaba las condiciones de la rendición de Japón, no diera garantías al respecto. Si los estadounidenses hubieran asegurado a Japón que no tenían intención ni de abolir el sistema imperial ni de juzgar a Hirohito, quizá los nipones se habrían rendido antes y el mundo se habría ahorrado los bombardeos atómicos y la invasión soviética de Manchuria.

En la Declaración de Potsdam, redactada y difundida el 26 de julio durante la conferencia del mismo nombre, no se advertía explícitamente a los japoneses de los lanzamientos de las bombas atómicas si no se rendían. Se limitaba a prometer una “inmediata y completa destrucción” del Japón de no aceptar la rendición incondicional.

El gobierno japonés decidió ignorar la Declaración de Potsdam, y seguramente habría hecho lo mismo aunque se le hubiera advertido explícitamente en ella de los bombardeos atómicos, pero en todo caso dicha advertencia no habría estado de más.

Los yanquis se enteraron de las intenciones negociadoras de los japoneses porque interceptaban y descifraban sus mensajes diplomáticos (desde antes del ataque a Pearl Harbor), y además porque los nipones les hicieron llegar sus propuestas por varias vías, por ejemplo desde su legación diplomática en Suiza a la Oficina de Servicios Estratégicos, que dirigía Allen Dulles en aquel país. Pero los estadounidenses jamás contestaron a dichas propuestas.

Finalmente la rendición de Japón fue incondicional, puesto que cuando depuso las armas, tanto la autoridad del emperador como la del gobierno nipón quedaron subordinadas "al comandante supremo de las fuerzas aliadas". Si los yanquis hubieran querido, Hirohito habría sido juzgado.

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