La ciencia, una nueva religión

La ciencia, una nueva religión

El método científico, pilar de la ciencia, una disciplina apostante a la veracidad y al sentido crítico, una herramienta de gran utilidad. Siendo propiamente útil, preciso, critico, objetivo, racional, ha permitido grandes avances a lo largo de la historia de la humanidad y aún en muestra de nuestra actualidad sigue teniendo relevancia, con diversos avances; pensad un poco en el pasado, hace 50 años era realmente complejo salir de la atmosfera terrestre, hoy en día los viajes espaciales se hacen con frecuencia, bien sea para tránsito de personas o tránsito de material. SpaceX es un claro ejemplo de cómo la ciencia ha avanzado a lo largo del tiempo.         
Y es que preguntas cómo, ¿por qué llueve? O ¿por qué el cielo es azul? Entre muchas otras, es un tema que nos ha llevado a desarrollar estrategias, metodologías, técnicas, para poder resolver estas inquietudes y como diría mi mamá: “la curiosidad siempre mata al gato”, de allí es donde nace el método científico, de la resolución de problemas que por muy simple que parezcan, son más complejos de lo que se ven a primera vista. Y es que, para mí la “importancia” del método científico radica en esto, en el poder tener una herramienta para resolver estas dudas y no quedarme con lo que me digan e ir más allá de la curiosidad.

Hoy en día la información fluye a grandes velocidades, lo que se tiene previsto para mañana ya se conoce hoy o quizás ayer. Si bien es cierto que gran parte de la información es verificada, dudamos muy poco de lo que nos transmiten los medios, sólo porque tienen dicha estampa “el método científico”. Y es que, en las últimas generaciones he notado algo curioso, y es el alto nivel de ateísmo y agnosticismo. Desde hace unos años he llegado a pensar en cómo la ciencia se está convirtiendo en nuestra nueva religión, quizás esto suene ridículo, en lugar de matar a dios sólo lo hemos sustituido por una nueva deidad, la misma ciencia.
Y no sólo es eso, me gustaría hablar de la actitud pedante y arrogante que ha tomado gran parte de nuestra sociedad, ubicando sobre encima de cualquier cosa el maldito método científico, llegando hasta tal punto de considerarnos más inteligentes y más «científicos» sólo por usar dicha premisa. Existe una tendencia a burlarnos de la religión, por considerarla en contra de la ciencia; de la filosofía, quizás por no poder resolver a las cuestiones que se plantea como lo hace este maravilloso método científico. Y creo que esto no debería ser así, no tenemos porque desprestigiar otras disciplinas, que hacen parte de nuestra humanidad, siendo el arte, la literatura, la religión y la filosofía igual de importantes que la ciencia. Frases como «hay que creer en la ciencia», «se lo debemos todo a la ciencia», «tú no estás especializado en esto, así que cállate», «no creo en dios, creo en el método científico», me han hecho considerar que estamos haciendo algo mal como comunidad científica, para comenzar la ciencia no nos invita a creer en ella, a tener fe en el método científico. Decir que creemos en la ciencia como una verdad irrefutable, sin llegar a pensar en que los científicos también se equivocan, es una actitud que considero anticientífica, la ciencia no te pide que tomes sus postulados como una verdad absoluta o un dogma, tampoco apuesta por el desprecio de otras disciplinas. La verdadera ciencia apuesta al saber critico y a la veracidad, la ciencia (para aquellos que se consideran superiores por ser científicos) no es una etiqueta, es un conjunto de saberes.

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