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La cría del cruzamiento entre un asno


Enviado por   •  20 de Marzo de 2013  •  Informe  •  2.751 Palabras (12 Páginas)  •  411 Visitas

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., La cría del cruzamiento entre un asno (Equus asinus) o un burro y una yegua (Equus caballus) se denomina macho o mula, en tanto que la cría de una asna o una burra y un potro se conoce como burdégano. Los períodos de gestación para los mulares son de 355 días y también para los burdéganos, mientras que para los caballares es de 340 días (Von Frey, 2003).

La diferencia que se da a conocer entre asno y burro es que el asno es el animal puro, en tanto la gestación del asno es de 365 días, se conoce como burro el asnal criollo o mestizo.

Muchos mulares no son muy inferiores al caballo respecto del tamaño y forma del cuerpo, sin embargo se diferencian, por la cabeza, longitud de las orejas, por tener la raíz de la cola recubierta de cortos pelos, las ancas más robustas y los cascos más estrechos, más parecidos por lo tanto a los de los asnos (Carrazzoni, 2005).

Los mulares son estériles, aunque rara vez son fértiles, en estados unidos sólo se han registrado 5 (cinco) casos auténticos de mulas que han tenido descendientes. Esta esterilidad probablemente tiene su origen en el hecho de que los cromosomas no forman pares y no se dividen en forma equitativa durante la meiosis.

Los descendientes de mulas fértiles presentan una apariencia similar a la del caballo y carecen de las características del asno. Por tanto, los embriones que los producen no son portadores de cromosomas del asno; son puros con características de caballo, sin ninguna herencia de los abuelos asnales. Esto indica que cuando se forman los óvulos en las mulas, la división reduccional da como resultado que todos los cromosomas del caballo van al embrión y ninguno a los glóbulos polares (Ensminger, 1980).

Estos animales son ariscos por lo que el proceso de amansa o doma requiere de varias horas al día y mucho trabajo. Por más dóciles y obedientes que ellos se muestren en los años siguientes, no son de confiar, pues; un mular sirve a su amo, durante setenta años para poder matarlo. (a veces finalmente lo consiguen). Esto se confirma por una cantidad de sucesos trágicos que se han visto en la montaña y en los entrenamientos. Muchos jinetes han sido arrastrados por el suelo, rompiendo sus piernas, perdiendo sus manos o destrozando sus cabezas contra árboles o piedras, y así otros más (Dobrizhoffer, 2005).

Pues, si bien los mulares son más fuertes que los caballos y pisan más firme, casi nunca chocan con los cascos, los jinetes deben cuidarse de ellos más que de los caballos porque son de naturaleza miedosa por lo cual temen peligros en todas partes (Dobrizhoffer, 2005).

Durante las dos ultimas décadas, en los EE.UU., se ha incrementado el interés por mulas de equitación, un fenómeno sin antecedentes históricos. Adicionalmente, existe un renovado interés en la mula con fines militares (Jurczyszyn, 2001).

Lo anterior, se explica debido a que el mular tiene una gran capacidad de carga, a su vez se traduce en un alto rendimiento, cualquiera sea la naturaleza del camino, marchando sin dar muestras de agotamiento durante varias horas en una jornada (Acevedo, 1996).

Al mular le gusta el baño, y sobre todo revolcarse, por lo que el conductor debe tener gran cuidado para que no deteriore la carga al pasar por corrientes de agua o al detenerse durante la marcha en un camino polvoriento.

A su vez, el desempeño en montaña no tiene comparación con el caballo, ya que éste al ser precipitado, pierde su fuerza y resistencia; la mula, en cambio, lo hace lento y constante (Acevedo, 1996).

Un elemento importante para el conocimiento de cualquier especie son los parámetros zoométricos (Bonacic, citado por Montero, 1996).

Si bien las mulas son el único medio de transporte y carga con que se cuenta en la alta montaña, por no tener una preparación y adiestramiento particular para desarrollar las actividades que se les confieren, muchas veces se transforman en un estorbo, distando así de ser una ayuda (Rojo, M. 2003).

Desde comienzos de la historia, los burros han sido utilizados en Europa y Asia occidental para trasladar cargas, tirar de carros y transportar personas. A pesar de no ser tan rápidos como el caballo, tienen una larga vida, su mantenimiento es menos costoso, tienen una gran resistencia y son ágiles en caminos deteriorados. Continúan siendo de crucial importancia económica en muchos países en vías de desarrollo.

Hay criaderos que abastecen de mulares a predios, como el Haras Pupunahue que fue fundado el año 1986 en la X Región Comuna de Mafil Provincia de Valdivia, en el cual utilizan asnos y burros mestizos de la raza Pointevin; La principal característica que se pretende obtener es docilidad en el manejo. Las yeguas que se usan para conseguir estos híbridos son yeguas que han cesado su actividad de trabajo o deportiva (Demiquili, 2005).

En referencia a la bibliografía existente en relación a la temática mular, ésta es bastante escasa, razón por la cual se plantea la inquietud de conocer las características morfométricas, como es la alzada, el perímetro torácico y la longitud, de estos animales, y también conocer el manejo al cual son sometidos; información que podría resultar de utilidad para futuros estudios en diferentes ámbitos, ya sean de patología, alimentación, selección, entre otros.

• La mandíbula está conformada sólo por el hueso dentario, rasgo único y exclusivo de todos los mamíferos, constituyendo la principal característica diagnóstica para el grupo.

• La articulación de la mandíbula con el cráneo se efectúa entre el dentario y el escamosal, característica también única y exclusiva de los mamíferos.

• Presentan tres huesos en el oído medio: martillo, yunque y estribo, con excepción de los monotremas, que presentan el oído reptiliano.

• Son los únicos animales actuales con pelos presente en casi todas las etapas de su vida, y todas las especies, en mayor o menor medida, lo tienen (aunque sea en estado embrionario).

• Poseen glándulas sebáceas, modificadas como glándulas mamarias, capaces de segregar leche, alimento del que se abastecen todas las crías de mamíferos.

Y es probable que, para sobrevivir al frío de la noche, comenzasen a desarrollar la endotérmica, es decir, la autorregulación interna de la temperatura corporal - la vulgarmente llamada «sangre caliente» -, gracias a la aparición del pelo y del sebo que lo impermeabiliza (la secreción de las glándulas sebáceas), y al sudor de las glándulas sudoríparas. Una vez adquirida la endotérmica, los primeros mamíferos verdaderos mejoraron su capacidad competitiva frente a otros tetrápodos terrestres, porque su metabolismo continuo les permitió hacer frente a los rigores climáticos, tener un crecimiento más rápido y ser más prolíficos. Además de

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