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La moral en los animales no humanos


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2017  •  Ensayo  •  1.975 Palabras (8 Páginas)  •  300 Visitas

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SOBRE LA MORAL EN LOS ANIMALES NO HUMANOS

Jhorman Coronado

Eleonora, la matriarca de su familia, se mueve y es incapaz de tenerse en pie. Gracia le ayuda cuidadosamente a ponerse de nuevo en pie. Intenta que Eleonora camine, empujándola con sumo cuidado. Pero Eleonora vuelve a caer. Gracia parece profundamente afligida y chilla con fuerza. Trata de levantar de nuevo a Eleonora, pero sus esfuerzos son en vano. Gracia permanece junto a Eleonora durante una hora; mientras, va anocheciendo. Si Gracia fuera humana, no tendríamos ningún reparo en atribuirle cierto tipo de emociones como compasión o simpatía. Pero Gracia no es humana, tampoco Eleonora lo es. Eleonora es la matriarca de la familia de elefantes Primeras Damas. Gracia es un miembro más joven de otra familia de elefantes, la familia Virtudes. Este es el tipo de caso que se suele citar como evidencia de que el comportamiento de los animales no humanos puede estar motivado por consideraciones morales dice el filósofo Mark Rowlands en su artículo “¿Pueden los animales ser morales?”.  Respecto a esta pregunta aún queda mucho por decir y todavía permanecen en discusión las posiciones a favor y en contra dentro del mundo científico y filosófico; y ya que es un tema de gran interés y que puede incluir innumerables posibilidades respecto a las respuestas que se pudieran encontrar, en el presente texto se discutirán algunas de las razones por las cuales si es posible encontrar en los demás animales conductas que sean consideradas como comportamientos morales.

En primer lugar debido a que somos la única especie que hasta ahora tiene una aproximación a lo que puede definirse como moral, tomaremos como referencia el significado universalmente más aceptado y que relaciona la moral con el conjunto de comportamientos, individuales o en grupo, que promueven o regulan las interacciones en una sociedad determinada, algo así como el parámetro que estas tienen para saber cuándo algo está mal o bien. Con ello no se pretende inferir que se busque el mismo tipo de moralidad humana indiscriminadamente en todas las especies del planeta Tierra, porque si algo es cierto, tal y como lo dicen Marc Bekoff y Jessica Pierce en su libro “Wild Justice. The moral lives of Animals” es que en cuanto a la moralidad, lo mejor es abordar la visión de misma como algo relativo a cada especie, o sea, tener claro que cada especie en la que ha evolucionado el comportamiento moral tiene su propio repertorio de conductas. Y esto es sumamente importante para comenzar con nuestra discusión porque muy fácilmente podemos caer en el error de utilizar a los seres humanos como el patrón para juzgar la moralidad de las especies no humanas, algo que es muy habitual en nosotros, el creernos la medida de todas las cosas y de todos los seres. Este error podría llevarnos a considerar que los demás animales no tienen moral porque simple y llanamente no son iguales a nosotros, y es obvio que no lo son. Nuestras organizaciones sociales son más complejas y con ello nuestros preceptos morales, pero esto no quiere decir que los animales no humanos carezcan por completo de sus propias normas para convivir en sociedad. El profesor de filosofía Mark Rowland que ha estudiado ampliamente este tema, está de acuerdo en que los seres humanos poseen una conciencia moral con la que ningún animal puede competir, pero él sostiene que no es necesario que una persona deba de tener la capacidad de reflexionar sobre sus motivos para ser moral. Los animales no pueden hacer todo lo que nosotros hacemos, pero pueden actuar sobre la base de algunas razones morales básicas, razones morales que implican la preocupación por los demás. Y cuando lo hacen, están actuando moralmente.

Además así como en el relato de la parte introductoria, donde conocemos sobre una elefanta joven llamada Gracia que ayuda a moverse a otra elefanta de más edad llamada Eleanora demostrando algo conocido como empatía, es decir, la capacidad de sentir lo que otro siente y de compartir su sufrimiento; también existen diversas conductas dentro del reino animal que pueden ser consideradas como morales según los ya mencionados Marc Bekoff y Jessica Pierce, sobre todo en animales en los cuales hasta ahora se han centrado las investigaciones, ellos son los primates (grandes simios y algunas especies de monos), los carnívoros sociales (lobos, coyotes y hienas), los cetáceos (delfines y ballenas), los elefantes y algunos roedores (ratas y ratones). Sin embargo esto no excluye al resto de animales de tener las mismas capacidades, es posible que las tengan, solamente no han sido exhaustivamente estudiados.

En el mismo libro de Bekoff y Pierce se mencionan algunos de los ejemplos donde los animales muestran aparentes comportamientos de compasión o empatía hacia otros animales, incluyendo los seres humanos. En un experimento, un grupo de monos diana en cautiverio eran entrenados para sacar una ficha de una caja y obtener comida, pero una de las hembras, la más vieja no consiguió aprender; su pareja al observar que no lo lograba, tomó las fichas que no había podido insertar. En otro estudio, una gorila hembra llamada Binti Jua rescató a un niño de 3 años de edad que había caído en su recinto del zoológico de Brookline en Illinois, la gorila protegió al niño inconsciente de otros gorilas e incluso pidió ayuda humana. Otro ejemplo, cuando un coche golpeó e hirió a un perro en una autopista chilena hace varios años, su compañero canino esquiva el tráfico, arriesgando su vida para arrastrar el perro inconsciente a la seguridad de la cuneta. Así también se pueden encontrar los relatos de testigos que han visto como los elefantes guardan luto por la muerte de miembros de la familia.

Frente a lo anterior, una de las razones por las cuales se podría pensar que la moral existe en otras especies diferentes a la nuestra se basa en asuntos evolutivos, pues así como Darwin propuso que en el mundo natural “sobrevive el más fuerte y el mejor adaptado” y como todo no puede ser caos y competencia, al parecer la moralidad se constituyó como una estrategia alterna de adaptación para poder vivir en sociedad, no solo para los humanos sino también para las demás grupos animales. Por medio de esta estrategia se crean las familias de todo tipo, nucleares, ampliadas y extensas, e incluso se logra que estas familias puedan convivir juntas en un mismo sitio. Frans de Waal un primatólogo con 40 años de experiencia en su área, en su último libro "El bonobo y el ateo” sostiene que el comportamiento moral en los grupos de animales donde se ha podido observar tiene un pasado evolutivo ligado a la vida en sociedad, no a la religión ni a la filosofía. Grupos donde la cooperación se volvió fundamental y había que ser sensible a las necesidades, intenciones y ánimos de los pares. Y eso, según De Waal, no tiene nada que ver con una decisión o un mandato superior, sino con la básica supervivencia. Incluso con este profesor podríamos encontrar la respuesta a ¿por qué razón tenemos conductas morales más elaboradas que el resto de animales? Y la respuesta por lo visto se encuentra en que los seres humanos tenemos todo tipo de intereses egoístas y conflictos individuales que necesitamos resolver para lograr una sociedad cooperativa.

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