La naturaleza eléctrica al servicio de los peces

La electricidad existe en todo el mundo natural, y es la fuente de movimiento de todo ser vivo. Los seres humanos emitimos un "crujido" al peinar nuestro cabello o cuando acariciamos un animal peludo, aunque en general no somos muy sensibles a la electricidad. Nosotros podemos no sentir la dirección en que fluyen las corrientes eléctricas, mientras un microbio de nombre paramecio puede detectarla sin error.

Así mismo, existe varios grupos de peces, algunos que responden a las corrientes eléctricas sólo estando en el agua mientras otros están equipados para generar su propia electricidad.

Algunos animales que viven en la negra oscuridad de las profundidades marinas, un lugar donde la vista no es suficiente, poseen receptores de corrientes eléctricas en la piel y varios órganos para la emisión de corrientes que les permita percibir su entrono.

La electropercepción se presenta en algunos renacuajos, salamandras y ciertos mamíferos; pero en los peces es en quienes ha adquirido mayor desarrollo, carga y complejidad.

Cierto grupo pequeño de variados peces, algunos originarios de África y otros de América Latina, posee la capacidad de generar y percibir campos y corrientes eléctricas, he ahí su apodo "peces eléctricos"

El sentido eléctrico de estos peces funciona en base a dos sectores: un generador, el órgano eléctrico que emite descargas hacia el medio ambiente: y los electrorreceptores ubicados en la piel.

Cuando se menciona electricidad, peces, agua, mar, lo más común es pensar en una anguila eléctrica ¿o no?, pero la variedad va mucho más allá que sólo esa especie.

Para concluir, el misterio de la electricidad de estos animales acuáticos ha sido revelado, su sistema único produce descargas de alto alcance y voltaje gracias a un electrogenerador.

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