La obesidad psicológica
Enviado por marjorisiitazz • 18 de Noviembre de 2012 • Ensayo • 448 Palabras (2 Páginas) • 348 Visitas
La obesidad es el problema nutricional más común en Norteamérica. Puede ser una
preocupación estética para los individuos afectados. Pero es un problema de salud
importante. En los adultos, la obesidad está vinculada con hipertensión, diabetes,
osteoartritis, metabolismo de colesterol anormal, enfermedad cardíaca, apnea obstructiva
del sueño y problemas psicológicos. Existen consecuencias de salud similares para los
niños y adolescentes que son obesos. Los problemas psicológicos son de especial
preocupación para los chicos en desarrollo, quienes pueden sentirse marcados de manera
negativa si son obesos y, por ende, es probable que desarrollen una baja autoestima,
mayor riesgo de aislamiento de sus compañeros y depresión.
La obesidad en los niños se puede determinar utilizando compases para medir los
pliegues de la piel y cotejando los resultados con gráficos estandarizados. La extensión de
la obesidad se determina cotejando la altura y el peso del niño respecto del gráfico de
crecimiento del National Center for Health Statistics/Centers for Disease Control (Centro
Nacional de Estadísticas de Salud/Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades- NCHS/CDC, por sus siglas en inglés). Los niños cuyo peso supera el
percentil 95 tienen sobrepeso y los que están entre el percentil 85 y 95 son de
preocupación. En algunos individuos, la distancia de los brazos de punta a punta se puede
sustituir por la altura.
Cómo se desarrolla la obesidad
Toda la ingestión de energía (medida en kilocalorías [calorías]) proviene de los alimentos
que se ingieren y luego consume el organismo para satisfacer sus necesidades. La
obesidad se produce cuando la ingestión de calorías de una persona supera las
necesidades funcionales de su organismo (el metabolismo, la actividad física, el efecto
térmico del alimento y el crecimiento). De igual modo, la pérdida de peso se produce
cuando el cuerpo consume más calorías que las que se ingieren al comer. En promedio, la
mayor parte (alrededor del 60 por ciento) de nuestra energía se utiliza para el
metabolismo básico (que está controlado en parte por la herencia); la actividad física
consume alrededor del 25 por ciento, el efecto térmico de la comida cerca del 10 por
ciento, y el crecimiento aproximadamente el 5 por ciento. Nuestros organismos cumplen
bien la función de equilibrar los excesos a corto plazo tanto en la ingestión de energía
como en su consumo. Sin embargo, la ingestión excesiva continua llevará a almacenar
energía en forma de grasa (aumento de peso), y la ingestión insuficiente continua forzará
al cuerpo a consumir la energía almacenada (grasa)
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