La onda de presión arterial

La onda de presión arterial

La presión o tensión arterial es la fuerza por unidad de superficie ejercida por la sangre contra las paredes vasculares. Esta fuerza de empuje es el único impulso con que la sangre ha de recorrer todo el circuito vascular para poder retornar al corazón. La presión viene determinada por el volumen de sangre que contiene el sistema arterial y por las propiedades de las paredes, si varía cualquiera de los dos parámetros, la presión se verá modificada.

Tan sólo una tercera parte del volumen sistólico sale de las arterias durante el periodo de sístole, y el volumen restante distiende las arterias incrementando la presión arterial. Al terminar la contracción ventricular, las paredes arteriales distendidas vuelven de forma pasiva a su posición de partida y la presión arterial empuja la sangre a las arteriolas.

        La curva de la presión arterial representa el cambio de esta misma a lo largo del ciclo cardíaco y es el resultado de la eyección de sangre desde el ventrículo izquierdo hacia la aorta durante la sístole, seguido de la distribución de este volumen de sangre por las arterias periféricas  durante la diástole. Los elementos sistólicos siguen la onda R del electrocardiograma y constan de una elevación de la presión (componente inotrópico), un pico levemente sostenido (distención aortica y desplazamiento del volumen) y un descenso de presión que corresponde al periodo de eyección sistólica del ventrículo izquierdo.  

        El descenso de la onda se interrumpe por la hendidura dicrótica y que  corresponde al cierre de la válvula aortica y choque de flujo sanguíneo retrogrado contra una válvula cerrada. Este cierre supone el inicio de la diástole ventricular, que aparece junto con la onda T del electrocardiograma. La presión desciende a medida que la sangre abandona la aorta. El final de la rama diastólica marca la presión mínima del ciclo cardiaco y se corresponde con el final de la diástole. [pic 1]

[pic 2]

1.1 Información obtenida de una onda de presión arterial

        La forma y el tamaño de la curva de la presión arterial permiten obtener información del estado hemodinámico del paciente. Por un lado, el análisis de la onda permite obtener tres valores de presión: Presión arterial sistólica, presión arterial diastólica y la presión arterial media. La presión arterial media se obtiene matemáticamente mediante una integral entre el inicio de la sístole y el fin de la diástole. Asimismo, es importante determinar la contractibilidad cardiaca para saber con qué fuerza vence el miocardio  la resistencia vascular. Este valor se estima en función de la pendiente de ascenso sistólico de la curva.

        El volumen sistólico y gasto cardiaco se pueden calcular como integral del área bajo la curva de flujo, situada entre el inicio de la sístole y la incisura dicrótica. Las resistencias vasculares sistémicas se estiman partiendo de la incisura dicrótica y de la pendiente de descenso diastólico de la curva.

        Para cuantificar la variación de las presiones durante el ciclo respiratorio, el problema es determinar el punto cero  a partir del cual hacer mediciones. Una forma es alargar la espiración hasta desaparecer la oscilación, allí se alcanza el punto cero. Al aumento de la presión sistólica sobre ese punto se le denomina variación de aumento, y a la variación hacia abajo respecto a ese punto variación de descenso. La suma de estas dos es la variación de la presión sistólica.

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