La oruga y el gusanito
Enviado por caserolas • 8 de Enero de 2012 • Resumen • 979 Palabras (4 Páginas) • 702 Visitas
La oruga y el gusanito
En un parque lleno de grandes árboles, un gusanito comía hojas mientras en una rama cercana una oruga lo observaba con atención.
Llegado el momento, la oruga le preguntó al gusanito: ¿Oye amiguito porque estás comiéndote las hojas de este árbol, no ves que me vas a dejar sin una ramita para la sombra?
El gusanito mirándola con cara de pocos amigos, detuvo por un momento su trabajo y le respondió: ¡Disculpe amiga oruga, yo no puedo perder el tiempo como usted, que se la pasa todo el día durmiendo y no se mueve de esa rama, yo en cambio tengo que trabajar de sol a sol, comiéndome todas estas hojas, así podré crecer y llegar al tope de este árbol, para mirar desde las alturas el mundo! ¿Ve lo importante que es mi trabajo?
Un poco sorprendida por las palabras del gusanito, la oruga exclamó: ¡Qué arrogante eres gusanito! ¿No ves que pretendes crecer a costillas de comerte todas las hojas del árbol, sin pensar por un momento en el daño que le causas? ¡No podrá respirar y alimentarse y entonces morirá, yo en cambio no le hago ningún daño al dormir sobre su rama, simplemente aprovecho su sombra y para tu conocimiento, te digo que sí es verdad, que me la paso todo el día durmiendo ya que esa es la manera en que puedo crecer y algún día volar y contemplar el mundo desde las alturas!
Ante las palabras de la oruga, el gusanito soltó la risa y burlándose de ella le dijo: ¿Qué vas a estar volando tú oruga, si tengo tiempo viéndote colgada de esa rama? ¡Mira mejor te levantas y vas a comer porque estoy seguro que en cualquier momento te vas a desmayar de tanto pasar hambre!
La oruga no le prestó mayor atención a las palabras y burlas del gusanito, continuó muy tranquila reposando colgada de la rama. Transcurrieron algunos meses y un día muy soleado, el pequeño gusanito que ya se había convertido en un gusano adulto, llegó por fin a la última rama del árbol y muy erguido observó el bello paisaje desde las alturas que le permitía el inmenso árbol. En ese momento escuchó que alguien lo llamaba, al voltear sorprendido vio a una gran mariposa que revoloteando muy alegre lo saludaba: ¡Hola amigo gusano como estás!
¿No te acuerdas de mí? Soy aquella pequeña oruga que dormía sobre la rama de este árbol y de la cual tu tanto te burlabas, ahora mira como he crecido, soy una bella mariposa y como te dije en aquella oportunidad puedo volar hacia donde yo quiera y viajar por el mundo, en cambio tu sólo puedes contemplar el mundo desde esa rama del árbol, chao amigo espero que estas sinceras palabras te sirvan de reflexión y no te burles más nunca de ningún otro animalito del bosque.
La mariposa se fue volando muy alegre, mientras el gusano sintió una lágrima rodarle por la cara. A partir de ese momento no dejó de pensar en aquellas sabias palabras.
La increíble lluvia negra
Gustavo Gruñetas
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