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Las Capacidades De Las Computadoras Y Sus límites


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2014  •  6.157 Palabras (25 Páginas)  •  388 Visitas

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LAS CAPACIDADES DE LAS COMPUTADORAS Y SUS LÍMITES

Harry Collins

Al igual que la mayoría que los animales –con la excepción, tal vez, de los chimpancés y los delfines, para los cuales esta cuestión sigue abierta-, las computadoras, como las demás máquinas, difieren de los seres humanos. Esta diferencia se pone claramente de manifiesto cuando los seres humanos hacen uso de su lenguaje. Sin embargo, el lenguaje no es más que un síntoma de una cualidad fundamental que los seres humanos comparten con sus semejantes. Llamo a esta cualidad “socialidad” (socialness). Desgraciadamente, a causa de lesiones cerebrales o de una educación que no llega a realizarse (como en el caso de los niños educados por animales salvajes o encerrados en sí mismos desde su más temprana edad), no todos los seres humanos demuestran socialidad. Nótese que la socialidad así entendida no se aplica tampoco a las llamadas “criaturas sociales”: hormigas, abejas o perros (un caso al cual nos referiremos más adelante). Del mismo modo, ninguna computadora conocida o imaginable manifiesta esta cualidad, a pesar de que las redes de computadoras puedan ser consideradas tan “sociales” como las hormigas o las abejas.

Inspirado en Descartes, mi argumento establece una división semejante a la de las fronteras del alma. Sin embargo, el sentido de mi argumento no niega, al menos en principio, que una computadora pueda adquirir un día la “socialidad”, porque no se trata de una cualidad sagrada. Sin embargo, la socialidad no está desprovista de misterio; no conocemos, en verdad, su funcionamiento y no tenemos idea del modo en que podríamos implementarla en las máquinas que conocemos o que podemos imaginar. A pesar de no saber cómo funciona la socialidad, nos es posible describirla. La socialidad es, simplemente, la capacidad que nos permite (1) adquirir todas las habilidades y savoir faire cuyas reglas somos incapaces de formular, y (2) utilizar estas habilidades y savoir faire en forma creativa, aventurándonos por nuevos caminos sin por ello violar sus reglas de uso. No conocemos, explícitamente, estas reglas. Sin embargo, sabemos que estas habilidades y capacidades están gobernadas por reglas en la medida en que somos capaces de transgredirlas. El ejemplo más adecuado para demostrar este punto es el discurso natural: usted, querido lector, no conoce las reglas de construcción de un enunciado aceptable, pero sí sabe cómo producir un número indeterminado de expresiones inadmisibles. Vemos este tipo de capacidad allí donde la gente se entrega a prácticas ingeniosas, entre las que incluyo a la práctica científica. Esta concepción de las prácticas humanas ha sido frecuentemente asociada con el filósofo Ludwig Wittgenstein. Intentaremos alcanzar un objetivo similar al suyo aunque aventurándonos en un sendero más sinuoso.

AQUELLO QUE LAS COMPUTADORAS NO SON CAPACES DE HACER: CUATRO TIPOS DE CONOCIMIENTO

El conocimiento de tipo simbólico

Comencemos por interrogarnos acerca del proceso de transmisión de los conocimientos. Un telefilme (cuyo título olvidé) pone en escena la transferencia de conocimientos de un cerebro a otro a través de señales eléctricas. Un veterano de Vietnam fue víctima de un lavado de cerebro hecho por los chinos y su cerebro se volvió únicamente receptivo. Una serie de copelas metálicas en forma de colador le fueron colocadas en el cráneo. Cuando una de ellas se invierte y se conecta –cables mediante- con amplificadores y cátodos a una copela idéntica ubicada en el cráneo de un experto, el veterano adquiere en cuestión de segundos los conocimientos del experto. También le es dado hacerse pasar por un corredor de autos, un campeón de tenis o cualquier otra cosa. Y en la medida que puede disponer de los conocimientos que le sustrajo de otra gente, la CIA contrata como espía.

Lo atractivo de este modelo “de doble colador” tiene que ver con el parecido respecto de la transmisión de conocimientos entre computadoras. Cuando uno extrae los conocimientos de una computadora para depositarlos en otra, esta última se vuelve idéntica a la primera desde el punto de vista de sus capacidades. Las capacidades son transferidas de una computadora a la otra bajo la forma de señales eléctricas transmitidas por cables o grabadas en disquetes. Transferimos en forma cotidiana a una computadora los conocimientos que se hallan en otra, sin que el “hardware” o la implementación material de esta posibilidad tenga mayor importancia. De este modo es que podemos transferir “el conocimiento de tipo simbólico”.

El conocimiento encarnado

Al profundizar nuestra reflexión sobre la transferencia de conocimientos simbólicos entre seres humanos surgen una serie de complicaciones. Imaginemos que el cerebro de nuestro veterano de Vietnam haya sido llenado con los conocimientos de un campeón de tenis. En el momento en que se apresta para el saque en su primer partido -¡puhh! su brazo no responde. Su cuerpo no posee la estructura ósea ni el desarrollo muscular necesario para efectuar el movimiento. En otras palabras, habrá que preguntarse cómo reacciona la estructura nerviosa que vincula el cerebro con el brazo y si el cerebro de un campeón de tenis contiene conocimientos tenísticos adaptados al tamaño y a la silhueta del destinatario. En gran medida, el “saber” del cual dispone un jugador de tenis está contenido en su cuerpo.

Esta metáfora es una versión ficcionalizada de lo que se ha dado en denominar “tesis de la encarnación” (embodiment thesis). Según una versión más radical de esta tesis, el modo en que segmentamos el mundo físico que nos rodea está vinculado a la forma de nuestro propio cuerpo. Así, el reconocimiento de una “silla” –algo notoriamente imposible de definir- tiene que ver con nuestra estructura corporal, nuestro peso, el modo en que doblamos las rodillas para sentarnos. En otras palabras, el modo en que segmentamos el mundo, así como nuestra capacidad de reconocer sus partes, son la consecuencia de nuestra realidad corporal.

Nos abocaremos ahora a los prolegómenos de un sistema de clasificación; algunos tipos de saber/capacidad/habilidad no pueden transferirse mediante señales que emanen de una computadora/cerebro y que sean recibidos por otra. Este tipo de conocimientos parecen requerir un soporte “material”, mientras que en otros casos el conocimiento puede transmitirse sin que el “hardware” tenga incidencia alguna.

El conocimiento encapsulado en el cerebro

Algunos rasgos de las habilidades y del savoir-faire de los seres humanos están inscriptas en el cuerpo. Ahora bien, ¿podría pensarse que ciertos tipos de conocimientos

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